Mucha gente se llevó un alegría inmensa el pasado mes de enero al ver a Sofia Kenin conquistando el Open de Australia, aunque no por la estadounidense. A pocos metros de la campeona, escondida entre su equipo de trabajo, Dinara Safina sonreía tímidamente por sentirse al fin ganadora de Grand Slam. Justo lo que no consiguió como jugadora, le llegó a los 33 años como asesora. Un día inolvidable que le ha hecho pensar a la rusa hasta el punto de plantearse nuevos objetivos en su futuro. De todo esto y mucho más habla en una entrevista con la WTA publicada hace unos días. Hoy recuperamos los titulares más relevantes.
La importancia de la promoción. “Aprendí el tipo de conocimiento que desearía tener en mi época de jugadora. He estado en la posición del jugador y sé que tiende a ser vago. Cada vez que me pedían que hiciera una sesión de autógrafos o algo así, intentaba omitirla. Ahora lo pienso y puedo decir que cometí un gran error al ser así. Ahora que he trabajado para torneos y puedo ver cómo funcionan, desearía que más jugadores entendieran lo importante que es tener contacto con los patrocinadores. Al final del día, son solo cinco o diez minutos de tu tiempo, un tiempo que significa mucho para el torneo y al jugador no le cuesta nada. Cuando un jugador cumple con esa conexión, el patrocinado lo recuerda y es más probable que quiera seguir ayudando al torneo”.
Una mejora que proponer. “Creo que sería buena idea si los patrocinadores pudieran entrar un poco más en los torneos para ver cómo funcionan. Los jugadores tienen que hacer lo que puedan para venderse, porque no se trata solo de estar en la cancha, sino también fuera de las canchas. Vienes año tras año a un mismo torneo y conoces a esas personas que te apoyan. Cuanto más conectes con la gente, tus fans, más tiempo seguirás teniendo ese apoyo cuando regreses el próximo año. Eso sí, esto solo lo aprendí cuando dejé de jugar”.
Un futuro incierto. “A veces pienso en estar en un lugar concreto, con un grupo de jóvenes que entrenar. Me gustaría construir un jugador, no exactamente desde cero. Preferiría tener a alguien alrededor de los 15-16 años, a esa edad comienzan a madurar y ya están a punto de convertirse en profesionales. Podría tener un grupo conmigo y alguien que viajara con ellos, no haría falta viajar a tiempo completo. Hasta mediados de abril quiero pensarlo y dejarlo ir. Mientras tanto, quiero aclarar mi mente, hacer mis cosas y ver qué pasa. Existen esas dos posibilidades, cuanto más nos acerquemos al día, más cerca estará la respuesta”.
Experiencia junto a Kenin en Australia. “He estado queriendo acercarme al tenis nuevamente. A Sofia lo único que le dije es que disfrutara de la final. Es un momento y una experiencia única, creo que era eso lo que me faltaba. Siempre estuve demasiado tensa cuando llegaba a las finales, tan ansiosa por ganar que mi mente estaba completamente bloqueada. Por supuesto que todas queremos ganar, pero una vez estás allí, hay que disfrutarlo y divertirse. Eso es lo que me faltó”.
El ejemplo de Clijsters. “Me gusta mucho pensar sobre a vida, por qué venimos a este mundo y cuál es nuestro propósito. Solo tenemos una oportunidad, no hay otra vida después. Si esto es lo que te hace feliz, ¿por qué no hacerlo? Tal vez alguien piense que es una locura, que con tres hijos ya ha pasado su momento, que ya no es joven. Lo entiendo, pero si eso te hace feliz no hay que escuchar a nadie, solo a tu corazón. Es mejor haberlo intentado, aunque no funcione, porque eso nadie lo sabe. Hasta que no lo intente, nunca se sabrá, pero al menos ha sido honesta consigo misma y tiene que estar satisfecha de haberlo intentado. Puede pensar que tuvo un sueño y quiso probarlo de nuevo. Luego, si no funciona, puede que simplemente hizo todo lo que quería”.