
No estaba siendo una buena temporada para Nao Hibino. En busca de las sensaciones entre el circuito ITF, las fases previas y el circuito WTA, la jugadora de 24 años contaba como mejor resultado este curso unos octavos de final en Monterrey, torneo donde logró su única victoria en la élite desde el mes de enero. Tenía que llega septiembre y su gira asiática para recuperar la sonrisa, no había otra fórmula. Este domingo, la tenista de Aichi abandonó el WTA International de Hiroshima con la maleta cargada de trofeos: el de individual y el de dobles. Un renacer que la devuelve al top100 en el momento exacto.
El doblete comenzó en la final individual, ante una Misaki Doi a la que no le sirvió la experiencia para gestionar un 3-1 favorable en la primera manga. Rápidamente llegó la reacción de Hibino, quien conquistaría once de los últimos trece juegos del encuentro. “Hoy estaba realmente nerviosa, mucho más que en las semifinales. Pero al ya haber pasado por esos nervios en la ronda anterior, creo que me ayudó a manejar las expectativas en la final. Estaba preparada para mantenerme positiva durante el encuentro completo”, asegura la nipona, quien ya había dejado por el camino a mujeres como Diyas o Hsieh.
Se trata del segundo título en la carrera de Hibino, cuatro años después del que logró en Tashkent 2015. La diferencia es que aquí ya no le pilló por sorpresa, en declaraciones a la página web de la WTA, la japonesa ya sabía incluso cómo invertir sus nuevas ganancias. “Ya sé lo que voy a hacer con las ganancias del campeonato. Había hablado anteriormente con mi madre acerca de la idea de comprar un perro si volvía de nuevo al top100, así que imagino que pronto compraremos uno. Mi hermana ya tiene un nombre elegido: Terrine”, declaraba entre sonrisas.
Tras derrotar a Misaki Doi en la final individual, el azar quiso que ambas, formando pareja, capturaran horas después la corona en dobles. Curioso. “He visto a Misaki luchar mucho tras una caída importante en la clasificación y puedo decir que me encanta ver que ha subido de categoría. Creo que el trabajo duro ha merecido la pena para las dos, ambas hemos logrado llegar hasta el final en este torneo de Japón. Estoy muy feliz de haber tenido una gran semana y haber aprendido a ser mentalmente más fuerte”, declaró la mujer que llegó a Hiroshima siendo la 146 del mundo y se va siendo la 87.
Su rival, perdedora y campeona el mismo día, también dejó escritas sus emociones tras el domingo final. “El comienzo del partido fue bueno, pero ella ha sido paciente, corrió mucho y yo no pude mantener mi ritmo. Fue muy persistente, tiene un fuerte revés pero también estuvo usando una derecha espectacular para estructurar los puntos, dándome muy pocas oportunidades de desarrollar mi juego. Obviamente, estaría más feliz si hubiera ganado, pero también valoro el hecho de estar en la final después de haber salvado un partido muy complicado en primera ronda y haber soportado el calor durante toda la semana. Espero que todo este aprendizaje me sirva también en Osaka”, manifestó la veterana.
Dos mujeres protagonistas que salieron por la puerta grande de Hiroshima para convertirse esta semana en la segunda y tercera mejor baza japonesa del ranking, solo por detrás de Naomi Osaka. Seguro que tienen mucho que decir en esta gira.