Personaje carismático donde los haya, Goran Ivanisevic ofrece una perspectiva siempre inteligente, irónica y reveladora del tenis. Su triunfo en Wimbledon 2001 fue uno de los episodios más heroicos de la historia del tenis y el croata alcanzó el cielo. Las lesiones que le dificultaron la machada, acabaron por finiquitar su carrera antes de lo deseable, pero el croata sigue muy ligado al mundo del tenis y es una de las voces más autorizadas del mismo.
En una interesante entrevista concedida a Il Sole 24 Ore Italien Magazine, Ivanisevic reflexiona sobre su carrera profesional. "Mi ídolo siempre fue John McEnroe, recuerdo un póster gigante suyo en mi habitación cuando era joven", comenta el que fuera número 2 del mundo en 1994, que también tiene recuerdos con Ivan Lendl. "La primera vez que jugué con él estaba muy nervioso. Los primeros juegos los perdí antes de empezar, pero cuando iba 3-0 abajo me di cuenta de que seguía vivo y de que podía competir contra él. Era humano, aunque a veces no lo pareciera", argumenta entre risas el croata.
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Aunque si hay algo que Ivanisevic suele desvelar en sus entrevistas más íntimas, es la sensación que tuvo al enfrentarse con Rafael Nadal en Estoril 2004. "Me ganó 6-4 6-1 y cuando fui a la rueda de prensa dije que ese chico ganaría 10 Roland Garros", señala Ivanisevic rememorando aquel encuentro cuando el español apenas tenía 18 años. Pero si hay algo por lo que se le recuerda a Ivanisevic, ganador de 22 torneos en su carrera profesional, es su triunfo en Wimbledon 2001 habiendo entrado en el torneo con una wild card al figurar como 125 en el ranking ATP.
"En el último juego recé a todos los dioses que puedas imaginar. Nunca he tenido nada fácil en mi carrera pero aquel juego fue exagerado. Tenía mucho miedo, y creo que Pattrick Rafter también lo tenía. Fue como una tragedia griega, estaba jugando contra mí mismo", declara el hombre que perdió dos bolas de partidos con dos dobles faltas, antes de poder certificar el gran logro de su carrera. "Hay gente que dice que en los deportes lo importante es participar pero es una mentira. No hay nada bueno en quedar segundo. Nadie recuerda a los que pierden finales y yo siempre fui de esos, hasta aquella final. La gente me para aún por la calle y me habla de ese partido en Wimbledon 2001. Cambió mi vida".
Ivanisevic admite que fue muy duro retirarse del tenis profesional. "Sentía mucho dolor en el hombro y no me veía con opciones de competir. Cuando me retiré me sentí muy perdido, no sabía qué hacer con mi vida. Por suerte nació mi hija en 2003 y eso me ayudó a encontrar el camino para reconvertirme", señala un hombre que dirige en una prestigiosa escuela de tenis y ha sido entrenador de Marin Cilic.
Pero si hubo un hombre que marcó su carrera, fue Pete Sampras. El estadounidense era número 1 del mundo indiscutible en los mejores momentos de la carrera de Goran y le ganó en 12 ocasiones, cuatro de ellas en Wimbledon (finales en 1994 y 1998 y semifinales en 1992 y 1995) y otra en US Open (semifinal en 1996). "Perdí los partidos más importantes de mi carrera contra él. Su mentalidad ganadora y espíritu de lucha fueron clave para sus éxitos. La verdad es que puedo decir que odio deportivamente hablando a Pete; él arruinó mi carrera", comenta el croata.
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Así es Goran Ivanisevic, un hombre transparente, honrado y sincero que ha sabido reconvertirse y ser feliz tras abandonar las pistas. Con mucho que aportar a nivel táctico y mental, las declaraciones del croata han de ser muy tenidas en cuenta por todos los estamentos del tenis mundial. Pocas historias hay tan dramáticas, inesperadas y de final tan cinéfilo como la que supone la carrera deportiva de esta leyenda del tenis.