Pliskova confirma su favoritismo para Wimbledon

La checa domina con claridad a Wozniacki en Eastbourne y levanta su tercer título de la temporada. Será la rival a batir en el All England Club.

A dos días para que comience el tercer Grand Slam de la temporada, una jugadora se ha encargado de confirmar que su favoritismo no es ninguna tontería. Karolina Pliskova, tercera raqueta mundial, se opuso este sábado a Carloline Wozniacki en la final de Eastbourne (6-4, 6-4) para conquistar su tercer título del curso en tantas finales disputadas. Todo lo contrario que la danesa, quien de momento sigue perdiendo finales (4/4) en 2017 y no encuentra la manera de estrenar su palmarés este año. Con muchísima confianza, determinación y un aura de campeona que crece semana a semana, Pliskova dio un nuevo mordisco en su camino hasta Wimbledon, el lugar donde buscará tocar el cielo.

Lo cierto es que estas dos mujeres no pueden ser más diferentes, como el día y la noche, pero es la hierba una superficie donde se maquillan en cierta manera estos extremos. El pasto exprime hasta la perfección el tenis de una Pliskova que construye con su servicio y destruye con su derecha a quien se ponga por delante. Pero no se limita a romper la bola en cada lance, también le suma esa ‘mano’ necesaria cuando abre con el revés o cuando el punto se resuelve en la red. En cambio, la danesa sufre algo más por la alta velocidad y el bote bajo de la pelota, aun así sus piernas y su dictadura al resto le siguen dando crédito para competir bajo cualquier circunstancia.

Todo esto se puede intentar explicar de manera detallada o hacerlo de manera mucho más simple: cuando el primero de Pliskova entraba, la de Louny tenía el 90% de posibilidades de llevarse el gato al agua. Todo esto teniendo enfrente a una de las mejores restadoras del circuito, pero esos misiles en hierba no son sencillos de frenar ni siquiera para Wozniacki. Lo intentó, eso sí, pero ni una sola opción de quiebre apareció durante el primer set. Lo que sí apareció fue el martillo de Karolina con 18 golpes ganadores y tan solo tres errores no forzados. Una estadística que dice mucho de la evolución que ha tenido la actual número 3 del mundo y que le ha llevado a convertirse una de las amenazas más serias de la WTA. En hierba, posiblemente, la mayor que exista.

Pero la mente humana comete errores y a veces se relaja por comodidad. No era un 6-4 un marcador como para confiarse, pero Pliskova rebajó ligeramente su rendimiento y desconectó durante un par de juegos en favor de una Wozniacki que veía cómo llegaban esas primeras bolas de break tan deseadas. Cuatro en total y ninguna pudo amarrar. Perdonó a la checa, alguien que no suele perdonar y eso, de normal, se suele pagar. Quizá no tan caro como lo acabaría pagando la de Odense, que sufría el break más doloroso en el noveno juego del segundo asalto, entregándole prácticamente el encuentro a su oponente.

Brisbane, Doha y Eastbourne. Tres títulos para Pliskova esta temporada y la energía rozando los topes antes de debutar en Wimbledon frente a Rodina. Si miran sus últimos resultados en Grand Slam, entenderá por qué habrá que seguirla muy de cerca en Londres. Si miran un partido suyo sobre hierba, entenderán por qué esta checa de 25 años tiene todas las cartas para ocupar el trono de Serena en un par de semanas.

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