
Madrid es una de las paradas más especiales del calendario para los tenistas españoles, aunque no solo para ellos. Hace ya unos cuantos años que Dinara Safina (Moscú, 1986) decidió colgar la raqueta para siempre, un acontecimiento que tuvo lugar aquí, en la Caja Mágica, recinto que conquistó en 2009 y que luego la vería decir adiós. Hoy en día sigue teniendo un fuerte apego con el torneo, tanto a nivel profesional como emocional. La rusa, una de las pocas ex número 1 del mundo que nunca pudo levantar un Grand Slam, reservó un pequeño espacio con Punto de Break para dialogar sobre algunos aspectos de su vida antes y después del tenis.
Seis años ya desde tu retirada, ¿todavía se sigue echando de menos el tenis?
Echar de menos de entrar en la pista otra vez en la pista y jugar, no. Sufrí mucho dolor y lo tengo tan adentro que cuando pienso que me puede volver a llegar a doler igual, no me atrevo. Pero hasta hoy he seguido muy ligada al mundo del tenis, estuve medio año como entrenadora y también trabajando para el torneo, No sigo jugando pero sigo dentro de la rueda.
¿Qué es lo que más se echa de menos?
El ambiente y la gente. La sensación de entrar a una pista llena, esa adrenalina con el apoyo del público, luego estas cosas las buscas en la vida y no se encuentran. Sí es verdad que como entrenadora se vuelven a vivir esos nervios, no tanto como en la etapa de jugadora, como por ejemplo en un match point, pero al jugar tu chica sí estás muy nerviosa por ver cómo irán las cosas.
¿Y lo que menos?
El dolor. Es que lo tengo tan en la memoria que es difícil de olvidarlo.
Pero el tema del dolor es algo que lo arrastran todos los jugadores.
Sí, seguramente, aunque depende del tipo y la intensidad. Por ejemplo, yo tuve mala suerte en una zona lumbar, tanto que luego me podría resultar peligroso para la vida. Si fuera un codo o un hombro pues me hubiese operado y ya está, pero si es algo que tiene que ver con la espalda no me la jugaría.
¿Qué estás haciendo ahora mismo?
Justo ahora he parado por temas personales, no quería seguir. Aquí trabajo en Madrid con mi manager de toda la vida y es un placer ayudarle con las chicas para ver cómo podemos mejorar de cara al futuro, además aprovecho y estoy con ellas. Es como estar en casa.
De Madrid recordarás especialmente aquella semana de 2009.
En primera ronda tenía Bye. En segundo ronda me tocó Li Na, una china que era muy dura pero le gané bien. Luego Safarova, Bondarenka, Schnyder y Caroline Wozniacki.
¿Tu título más especial?
Uno de los más especiales. Además en aquella época era número 1 del mundo y todo se valora diferente.
[getty:532591966]
Una vez retirada, ¿qué se recuerda más? ¿Lo conseguido o lo que se escapó?
Depende. Hay veces que ves algún partido y piensas lo que podrías haber hecho, pero va y viene, recuerdas un poco todo.
¿Te recuerdan mucho que nunca ganaras un Grand Slam?
Sí. Tenía muchas ganas de ganar uno, tantas tenía que me acabé ahogando en las oportunidades que tuve. Pero lo llevo bien, mi vida no iba a ser mejor o peor de haberlo ganado. El juego ya terminó.
Se debate mucho sobre si es mejor ganar un Grand Slam o ser número 1.
Lo mejor es ganar las dos cosas.
Lo que sí ganaste fue una medalla olímpica, ¿esto en qué nivel de importancia lo colocamos?
Por encima de ser número 1 del mundo. Una medalla es algo que lo ganas para tu país, es diferente.
¿Dónde la tienes?
En casa de mis padres.
¿Qué influencia tuvo Marat en tu carrera?
Me ayudó mucho, aparte de que nos llevábamos muy bien. Para mí era un ejemplo, una suerte poder hablar con él para pedirle consejos. Él fue número 1 del mundo y eso me hizo desearlo mucho a mí también. Trabajamos los dos muy duro.
Cuéntame cómo fue tu etapa en TennisVal, ¿qué te aportó formarte en un lugar como Valencia?
El primero que fue a Valencia fue Marat, al equipo de Pancho (Alvariño) y con Rafa Mensua de entrenador, fue como un segundo padre para él. Mi madre, como quería tenernos a los dos juntos y más cerca, me trajo también a Valencia. Allí aprendí a cómo jugar al tenis, agradezco todo lo que Valencia nos dio a nuestra familia. Todavía guardo relación con ellos y les visito de vez en cuando. España es un país muy cómodo para vivir porque tiene playas, montañas y puedes ir a Andorra.
Del caso Sharapova, ¿algo que decir?
No quiero comentar nada, la verdad. Estoy feliz de que haya vuelto, he sufrido mucho por lo que ha tenido que pasar porque es una gran persona y una gran campeona. Me puse muy feliz cuando la vi regresando al circuito. Ha sido un poco injusto el trato que ha recibido.