El precioso acto solidario del tenis francés
Alizé Cornet y otros jugadores galos hicieron posible que una fotógrafa pudiera recuperar lo que era suyo, su profesión.


Os traemos una de esas historias que deberían aparecer más a menudo en vez de las habituales de barbaries y catástrofes. Una historia de solidaridad y de generosidad que protagoniza la tenista francesa Alizé Cornet y una fotógrafa, Corinne Dubreuil. La de Niza junto con otros tenistas franceses y muchas más aportaciones pudo conseguir que esta profesional con años y años de experiencia en el mundo del tenis pudiera volver a ejercer su profesión tras ver como le robaban sus bienes más preciados, sus equipos de fotografía. Una historia que nos trae The New York Times, merece la pena.
Todo comienza un domingo. El primer domingo del torneo de Miami en la península de Cayo Vizcaíno. La fotógrafa francesa Corinne Dubreuil se encontraba cubriendo el torneo como 'freelance'. Había salido de la sala destinada a la prensa para comer algo cuando a la vuelta, comprobaba estupefacta que su material había desaparecido. "Pensé que se trataba de una broma", explicaba Corinne. Pero no, había perdido su trabajo, su herramienta del día a día, por lo que vivía.
Ella misma admitía que en 26 años de profesión no le había pasado nada de esto. Acudió a la organización para que iniciarán alguna búsqueda pero en vano, ya que no se disponía de cámaras de seguridad con circuito cerrado de televisión. Tampoco estaban dispuestos a subsanar o compensarle las pérdidas que suponía esto. Los equipos estaban valorados en unos 6.000 euros. Alegaban desde el torneo que fue un descuido de la fotógrafa, ya que dejó su material desprotegido y en una zona en la que cualquiera de fuera podía entrar. Corinne acudió finalmente al director del torneo, Adam Barrett, y éste le dijo según ella: "No es nuestra culpa". La fotógrafa cuenta lo que le respondió: "¿Pero es que no tenéis corazón?. Y él me djijo: 'No somos responsables. La seguridad es buena'. Tras ello, abandoné entre lágrimas el despacho", cuenta.
¿Qué podía hacer Corinne por recuperar su trabajo? Se había quedado sin alternativas. Al menos se le ocurrió contarlo y deshahogarse a través de su blog. Un blog que por torneo que cubre no alcanza más de 200 visitas. En esta ocasión y con motivo de este singular y triste suceso, superó las 11.000. Entre ellas estaba la de la tenista francesa en periodo de rehabilitación Alizé Cornet, vieja conocida de Corinne desde que la de Niza comenzó su andadura por el circuito profesional.
"Cuando me enteré de lo que había sucedido en Miami, antes de nada me inundó una gran tristeza. No es la mejor comparación, pero es como si a mí me robaran las raquetas y no tuviera medios para reemplazarlas", afirma Cornet a la que le caló muy hondo lo que había leído. Se puso manos a la obra y tras contárselo a su pareja, decidieron poner en marcha una recogida de fondos a través de un portal francés destinado a tal efecto.
El resultado fue espectacular. En apenas dos días había registrado ya la nada desdeñable cifra de 3.000 euros. Acabaron siendo exactamente 7.689 euros provenientes de 153 donantes, entre los que se encontraban tenistas como Kristina Mlanodevic o Lucas Pouille. La medida había sido un absoluto éxito. "Lo que era una pesadilla acabó convirtiéndose en un cuento de hadas", reconocía Corinne.
La fotógrafa pudo en abril adquirir unos nuevos equipos fotográficos con los que echaría a andar de nuevo, como si hubiera renacido, en el torneo de Roland Garros. Allí, cuenta, la gente sabía quién era y lo que le había pasado. "Cuando paseaba por las avenidas de Roland Garros, la gente me decía: 'Hey Corinne, ¿cómo conseguiste comprarte las cámaras nuevas?'. Mientras me encontraba haciendo fotografías en la pista 2, alguien gritó: 'Yo puse 50 euros por ti'. Eso me impactó mucho. Me di cuenta de que no solo yo estaba detrás de la cámara, sino también otras 160 personas. Todos hemos sido parte de esto", cuenta la fotógrafa, que ha vivido un infierno y la indiferencia de un torneo como Miami para acabar viviendo una historia de gratitud y de solidaridad realmente remarcable.