Historia de un robo en el torneo Miami

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A veces, estar en un sitio seguro y rodeado de profesionales de tu sector no te permite tener todas tus pertenencias a buen recaudo. Es lo que ha pasado en el Miami Open y que una periodista francesa ha sufrido en sus propias carnes. A Corinne Dubreuil le robaron parte de su equipo fotográfico y de vídeo, unos materiales que cuestan 12.000 euros y del que nadie vio nada. Un robo que se ha hecho viral en las redes sociales al haber denunciado los propios periodistas allí acreditados lo ocurrido.

Para que tengáis una idea de cómo es una sala de prensa en un torneo de tenis, existen unas mesas alargadas con una televisión pequeña en cada puesto asignado con tu propio nombre. Te puede pues tocar al lado de un periodista chino, francés, español o de donde sea, aunque normalmente puedes elegir sentarte con algún compañero junto. Ese es tu puesto de trabajo y es normal dejar tu portátil, tu teléfono, o en el caso de Corinne, tu equipo fotográfico o de vídeo. Lo que no es normal es que dentro de esta sala, con decenas y decenas de periodistas y miembros de la ATP de prensa, se produzca un robo de este calibre y nadie sepa nada.

Corinne fue a comer a las 12.30, cuenta en su nota, y volvió a las 12.50. En ese lapso de 20 minutos, el ladrón tuvo tiempo de sobra para desatornillar todo su equipo y meterlo en una bolsa sin que nadie sospechara de nada extraño. Cuando la periodista preguntó a las personas de alrededor, nadie supo de nada. En la puerta de acceso a la sala de prensa hay siempre un guardia de seguridad que controla las credenciales de los que entran a esa sala por lo que el ladrón no tiene más remedio que haber sido o uno de los periodistas acreditados o un miembro de la organización con pase a esa sala.

El director del torneo de Miami, Adam Barrett, recibió a la periodista, que denunció el caso en Twitter. Lamentablemente para ella, IMG, la compañía que acoge y representa el torneo, no podía hacerse responsable por el robo. Que cada persona dentro del edificio debía hacerse responsable de sus propias cosas. "¿Me está diciendo, señor Barrett, que si a Djokovic le roban su raquetero con todas sus cosas dentro, le diría que lo siente pero que no puede hacer nada y que él es el responsable?", pregunta la periodista.

Denuncia Corinne que la seguridad en Miami no es demasiado buena. La sala de prensa está en una tercera planta, pero en la planta baja existe una sala con escritorios y taquillas en cuya puerta no hay guardias. Dice que a esa puerta puede acceder cualquiera, incluso espectadores, y lleva a varias pistas o incluso el gimnasio de los jugadores.

En 25 años de trabajo, nunca le había ocurrido algo así a Corinne, relata, y no disponía de seguro de su equipo ya que eso le costaría miles de euros al año y como autónoma, no se lo puede permitir.

Sebastián Torok, publicó en Twitter una foto de un miembro de seguridad del torneo revisando las maletas de los propios periodistas dentro de la sala, intentando encontrar el material de Corinne pero probablemente, para aquél momento, el ladrón ya debía haber puesto el material en sitio seguro.

Ahora la seguridad nos revisa los bolsos a los periodistas... Increíble. Robo en el @MiamiOpen. pic.twitter.com/aQ8L5bp2xJ

— Sebastian Torok (@sebatorok) 27 de marzo de 2016

Como experiencia propia, sin decir en qué torneo fue, presencié un robo en primera persona y es que a una periodista extranjera le robaron su portátil mientras que a otro compañero le robaron su iPhone. Siempre dentro de la sala de prensa. Es normal en ocasiones dejar tu material encima del escritorio, puesto que puedes salir a toda prisa a una rueda de prensa de algún tenista, cuya sala está cruzando apenas un pasillo, o simplemente para ir al baño. Sí que para ir a comer o para otros casos, dejamos nuestras pertenencias en una taquilla pero no deja de ser grave que ocurra este tipo de cosas en un sitio con la seguridad de un torneo de tenis.

A Corinne la broma le saldrá por 12.000 euros, que es lo que vale el material que le han robado. Un material que además le hará no poder realizar su trabajo como freelance, con la pérdida de dinero que eso supone también.

Así sucedió esta historia y este robo, del que a día de hoy sigue sin haber ninguna solución para Corinne. Mientras, algunos compañeros ya están intentando lanzar alguna campaña en Twitter para que el torneo o IMG tome responsabilidad y reemplace el material de la periodista francesa que como ella misma dice, "decir que estoy enfadada o disgustado es sólo un eufemismo".