¿Y la ATP qué piensa de esto?

OPINIÓN. La ATP empieza a ponerse nerviosa con tanta exhibición y por la cantidad de jugadores que se lesionan en la IPTL y se bajan de los torneos oficiales.

Hoy, Gasquet. El otro día, Raonic. La semana pasada, Monfils. Y así van cayendo los soldados. Uno a uno. Las víctimas del “no descanso”, los jugadores que en tiempo de vacaciones o pretemporada se dedican a disputar torneos exhibiciones alrededor del mundo, como la gran mayoría de tenistas top lo están haciendo en este mes de diciembre, y que finalmente tienen que abandonar por problemas físicos.

A más de tres semanas de comenzar la temporada 2016, ya hay tenistas que, habiendo confirmado su participación en diferentes torneos ATP, han dicho que no podrán asistir debido a las molestias físicas que se les reavivaron en estos últimos días. Éstos no se terminan de recuperar y se ven forzados a dejar de lado la competición.

Los tenistas suelen justificar los torneos exhibición diciendo que van a conocer culturas nuevas, sosteniendo que propagan el tenis en rincones donde la ATP no llega o achacando la falta de tensión competitiva en los partidos. A pesar de viajar durante todo el año alrededor del mundo durante 10 u 11 meses, defienden que recorrer varios miles de kilómetros más no les desgasta y que comparar un torneo de competición con una exhibición no tienen ningún tipo de sentido.

Ahora bien, creo que la ATP está viendo cada vez más estas exhibiciones con recelo, desconfianza y nerviosismo. Los tenistas top son estrellas mundialmente conocidas “gracias” a la ATP. Es este organismo el que produce los torneos, el que genera un ranking, el que les proporciona millones de dólares en sus torneos. El circuito profesional es la gran ventana al mundo, a los patrocinadores y a los aficionados.

Así como los jugadores necesitan a la ATP, la ATP necesita contar con las estrellas para atraer al público, vender entradas, captar patrocinadores y para continuar con la rueda del negocio. Es un win-win, una máquina perfectamente engrasada que no para de generar millones de dólares.

Pero esta maquinaria puede empezar a perder efectividad. Lo que se está viendo es que ciertos jugadores disputan las exhibiciones y se bajan de los torneos oficiales. Y esto no gusta ni un poquito a los mandatarios de la ATP y a los organizadores de los torneos. Ven en las exhibiciones, por más que digan lo contrario, una amenaza, un motivo de preocupación grande.

Los tenistas dan prioridad a las pachangas por Asia antes que a la máxima competición del tenis mundial. Que los jugadores alteren su calendario en busca de un mayor cantidad de dinero es absolutamente entendible desde el factor económico, pero algo está fallando. No es compatible en doce meses meter el calendario de torneos de la ATP, los de la ITF, la IPTL, la CTL, con otras exhibiciones, con las vacaciones, el descanso y la pretemporada. No hay tiempo para todo.

El pasado año, Jo-Wilfried Tsonga recibió un millón de dólares por participar en la IPTL. La exhibición de Asia fue su torneo más rentable de la temporada. Un ejemplo: ganó el Masters 1.000 de Canadá, con la dificultad que ello conlleva, y se embolsó 598.900 dólares. Tsonga jugó la IPTL y luego tuvo que dejar de lado el Australian Open por lesión. La polémica estalló y el francés dijo: “No soy un empleado, tengo que conseguir mi sustento. Si estoy en el “banquillo”, no me gano la vida”.

¿Entonces qué? ¿Debe la ATP actuar para frenar la estampida de jugadoras que priorizan las exhibiciones por delante de la competición oficial? Es complicado evaluar hasta qué punto pueden entrometerse contra un negocio privado y que se les escapa de sus manos. Pero lo que tendrá que hacer es buscar soluciones, porque la ATP va viendo como año tras año van perdiendo jugadores en sus torneos oficiales por culpa de torneos como la IPTL. Negocios que se debilitan por un lado y otros que van creciendo como la espuma y que mueven millones de dólares en cuestión de unos días de diversión.

Pero lo que más tirria levanta en la ATP es que los jugadores, evidentemente, están encantados con tantos torneos de este tipo. "Ojalá la IPTL dure y permanezca muchos años”, dijo Rafael Nadal que es un fijo en las exhibiciones a nivel mundial, uno de los tenistas más codiciados y que más espectadores atrae.

Roger Federer también salió por la misma línea. “La IPTL tiene claramente un sitio estable en nuestro deporte. Para interactuar más, divertirse más, tener reglas diferentes… es algo que va bien a todas las partes. Es un concepto muy interesante”. Los jugadores ven estos eventos como un “must” en su calendario y auguran una larga vida al torneo de la IPTL.

“Mayor cantidad de dinero” está venciendo a “menor cantidad de dinero”. Lo extraoficial prima por delante de lo oficial y la ATP empieza a ponerse tensa porque van perdiendo jugadores para el inicio de una campaña que promete.

El tenis es una rueda, la ATP un negocio y los jugadores son pequeñas, medianas y/o grandes empresas. Es importante no olvidarse quién le da de comer a cada una y velar por los intereses de todos. Visto el rumbo y las trascendencia que están tomando ciertas exhibiciones, no dudo que la ATP pondrá algún remedio a esta situación.

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