¿Cómo llega el top5 a Roma?

Repasamos cómo llegan los mejores jugadores del mundo a la penúltima cita antes de Roland Garrós

La temporada de tierra no da tregua. Aún con la resaca de la final del Masters 1000 de Madrid, se presenta ante nuestros ojos otro clásico torneo de la primavera europea: el torneo de Roma, de la misma categoría que el evento que ha finalizado hoy. Nadal ha salido por segunda vez en su carrera triunfador de La Caja Mágica pero no tiene tiempo para celebraciones: el tenis en el Foro Itálico ya está en marcha. ¿Cómo llega el top-5 a esta cita? En Punto de Break se lo desgranamos.

El tiempo pasa volando. Si echamos la vista atrás, veremos lo lejanos que quedan torneos como los de Miami, Indian Wells o incluso el primer Grand Slam del año disputado en el tórrido cemento de Melbourne Park. La temporada de tierra absorbe en muy poco tiempo varios torneos, tres de ellos Masters 1000, que desembocan en la gran parada de la arcilla europea: Roland Garrós. París es la cita a la que todos desean llegar en óptimas condiciones, pero antes de llegar a la capital francesa, queda el último de los platos entrantes. El Foro Itálico abre sus puertas otro año más para dilucidar quién es el tenista que llega en mejor forma antes del major parisino.

Novak Djokovic: Campeón de Roma en 2008 y 2011, el serbio busca su tercer cetro en la arcilla italiana. Sobre el polvo de ladrillo romano solo ha sido batido por Rafael Nadal -que le batió en tres ocasiones- y Fernando Verdasco, por lo que ganarle sobre este suelo parece algo al alcance de muy pocos. El brillante tenis que mostró en la final de Montecarlo contrasta con la mala imagen que dio en Madrid, donde cayó a las primeras de cambio ante un emergente Dimitrov. Muy pendiente de esa lesión en el tobillo que le mantiene entre algodones desde los cuartos de final de Copa Davis, no tiene un cuadro excesivo exigente hasta bien entrada la semana. Un Wawrinka demasiado fatigado, tal y como demostró en la final de Madrid en el día de hoy, o jugadores como Cilic y Berdych a los que suele dominar no parecen ser suficiente escollo para que el número uno del ranking ATP no esté como mínimo en la ronda de semifinales. De todos modos lo prioritario para él es llegar en unas condiciones físicas óptimas a Roland Garrós. Roma es una gran batalla, pero la guerra no se ganará en el Foro Itálico.

Rafael Nadal: Se empiezan a acabar los calificativos para el rey de la tierra batida. Un jugador que tras siete meses de baja vuelve al circuito y en sus primeros siete torneos no se baja de la final y además consigue cinco cetros debe ser reverenciado hasta la extenuación. Aunque el ranking ATP aún refleja que Nadal es el quinto jugador del mundo, en la Carrera de Campeones, la que mide los puntos conseguidos en 2013, el mallorquín se encuentra situado en la segunda plaza a apenas 130 puntos de Novak Djokovic, el número uno de la clasificación mundial y el hombre que le derrotó en la final del Masters 1000 de Montecarlo. Si bien es cierto que en esta primavera se está viendo al Nadal más vulnerable sobre polvo de ladrillo, las victorias se siguen sucediendo y no hay nada que reprocharle. En busca de su séptimo título sobre la arcilla romana, el español podría encontrarse con Gulbis en octavos de final -que estuvo a dos puntos de vencerle en Indian Wells- y con Ferrer en cuartos. Su verdugo en el Principado de Mónaco esperaría en la antesala de la final.

Andy Murray: El escocés llega a Roma con la esperanza de recuperar las sensaciones positivas que le acompañaron al inicio de temporada y que ha perdido con la llegada de la tierra batida. Ganador en Miami y Brisbane y finalista en el Open de Australia, el escocés no había perdido de vista ni a Djokovic ni a Nadal en la Carrera de Campeones, pero con la que llegada del polvo ladrillo, la distancia con ambos tenistas se ha estirado bastante. En Montecarlo cedió en octavos ante Wawrinka y en Madrid llegó a cuartos de final pero se despidió ante Berdych, el primer top-ten que se cruzó en su camino. Las buenas noticias para el pupilo de Ivan Lendl es que el calendario hace su parada en el Foro Itálico, lugar donde Andy Murray jugó a más alto nivel sobre arcilla en toda su carrera. Fue en 2011, llegando hasta semifinales y teniendo bolas de partido ante un Novak Djokovic que en esos momentos parecía invencible y que destronaría a Nadal al día siguiente. A priori su cuadro no parece demasiado duro pero si el británico sigue tan apático como en los otros dos Masters 1000, cualquier rival se le puede atragantar.

David Ferrer: El cuarto jugador del ranking ATP y el cuarto clasificado en la Carrera de Campeones afronta el último Masters 1000 de la temporada de tierra con el claro objetivo de enterrar sus fantasmas. En Madrid se quedó a dos puntos de poder ganar por fin a Nadal sobre arcilla por primera vez desde 2004 pero una vez más volvió a tropezar ante la misma piedra, en esta ocasión cuando todo parecía a su favor. En Roma, el cuadro ha vuelto a ser cruel con el de Jávea, que se cruzaría de nuevo en cuartos de final con su némesis. El balear, que ya le cerró el camino en 2005, 2011 y 2012, podría ser su rival en la antepenúltima ronda del evento. Si vuelve a ser derrotado por el mallorquín y este gana el torneo, Ferrer volvería a la quinta plaza del ranking mundial, lo que le haría enfrentarse a uno de los cuatro grandes en cuartos de final Roland Garrós. Por tanto, se juega mucho en estos próximos siete días.

Roger Federer: No parece que vaya a ser la mejor temporada del genio de Basilea. Los años empiezan a pasar factura y lo cierto es que deshojada casi la mitad del calendario, Federer no ocupa ni siquiera puestos que den acceso al torneo de maestros, situándose en estos momentos en la décima plaza de la Carrera de Campeones. Sin disputar partidos desde Indian Wells hasta Madrid, en la capital española acusó la falta de rodaje y cayó en su segundo encuentro. En Roma se espera un Federer mucho más combativo. Hombres como Haas o Gasquet podrían ser muy buenas piedras de toque para medir el nivel que puede mostrar el suizo en Roland Garrós. Finalista en 2003 y 2006, evita a Nadal y Djokovic hasta una hipotética final. La arcilla romana no se le ha dado especialmente bien durante estos últimos años pero nunca hay que descartar a Roger de antemano. Como uno de los tapados se puede volver aún más peligroso.

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