Tita Torró: un año de crecimiento
Hace 12 meses luchaba por no salir del top600, hoy sin embargo afronta un calendario de tenista top aunque va en busca de cambios para as


Un año atrás, Tita Torró aún en plena recuperación de sensaciones tras escapar de duras lesiones, se desplazaba al torneo italiano de Civitavecchia (un ITF 25.000, al que con su empeorado ranking no tenía acceso). La organización del torneo había tenido la gentileza de concederle una WC, tras el gran nivel exhibido por la villenense en 2011, cuando conquistó allí su primer ITF de tamaño nivel.
Entonces, Tita volvió a conquistar el torneo de esta pequeña localidad costera muy cercana a Roma. Y allí comenzó todo. No bajó puestos en un ranking que daba ya por perdido, y derrotó a tres top200 (remontada a una de ellas en la final incluida) en una semana. Los recuerdos del año anterior, las sensaciones, la vuelta a sentirse competitiva, el cómo voló su derecha tanto tiempo después... todo ayudó al relanzamiento de Tita. Desde ahí: 47 victorias por sólo 2 derrotas sobre tierra batida.
Una racha espectacular en los ITF europeos sobre arcilla. A su paso cayeron de forma ininterrumpida el ITF 25.000 de Zlin, el ITF 50.000 de Craiova, el ITF 25.000 de Roma Tiro a Volo, el ITF 100.000 de Bucharest y el ITF 100.000 de Olomouc. De no defender los puntos de Civitavecchia habría caído del top600, superada esa presión, meses después era una de las sensaciones del circuito. Su racha no ponía fin, también ganó el Campeonato de España (derrotando a Silvia Soler en la final), y estaba a un pequeño paso del top100.
Una racha longeva y meritoria. Nada fácil de lograr. Que dice mucho de su carácter campeón. Es difícil soportar, tras tanto tiempo sin jugar, una cantidad tal de partidos y torneos y todos ellos con estos resultados de este nivel, casi inmejorable. Se tomó un merecido descanso, y comenzó a preparar la gira sobre pistas duras. Sin embargo, ahí su tenis no se terminó de plasmar.
Tita tiene altura (mide 1,73m) y tiene potencia (fundamentalmente de derecha). Sin embargo, necesitaba mejorar la movilidad, el servicio y el revés. En pistas duras no era tan fácil taparse el revés, menos aún si el porcentaje de primeros servicios no es elevado y si el saque con efectos no es tan rentable como en arcilla. Si a eso se añade el brusco cambio de rivales y de torneos, ya está la fórmula que explicaba los nuevos resultados de Tita y sus cuatro derrotas a las primeras de cambio en la previa del US Open (E. Kostova, #195), 1ªR de Tashkent (U. Radwanska, #40), 1ªR de Guangzhou (L. Robson, #74) y 1ªR de Beijing (A. Morita, #79).
Un ITF 25.000 ganado en Sant Cugat, ante lo mejor de la casa, y una 3ªR de la previa del WTA Premier de Moscú, sobre pistas duras indoor, cerraron la temporada, finalmente como top100. Desde entonces, descanso y a preparar la temporada más ambiciosa de su carrera. Con mucho que asimilar, mucho por sumar y mucho por descubrir. De la mano de su entrenador de siempre, César Fábregas, viajaba por primera vez a Oceanía. Allí competiría en las previas de Brisbane y Hobart, y en el cuadro principal (el primero de Grand Slam) del Open de Australia. Victorias ajustadas. Derrotas por detalles. Quizás faltaba algo de aquella inercia ganadora que adquirió meses atrás sobre tierra batida. Después fue al WTA Premier de Paris, también en dura, esta vez indoor, y otra derrota en 1ªR.
La convocatoria para Copa Federación, donde otorgó el punto definitivo a España (ante Yulia Beygelzimer, la misma rival ante la que se coronó por segunda vez en Civitavecchia) y el título WTA de dobles de Hobart (su primer título WTA) junto a Garbiñe Muguruza, son sus dos grandes resultados de este 2013. En la posterior gira latina no brilló tanto como se pronosticaba (a destacar los QF en Bogotá), y en Indian Wells y Miami tampoco.
Llegado este punto, volvía a comenzar la gira de tierra europea. Las ilusiones volvían a rellenarse, y aunque hacía varios meses que la progresión no avanzaba, los problemas de adaptación al circuito y a la superficie explicaban todo. Pero la conquista de sólo una victoria por tres derrotas en sus tres últimos WTA International (Katowice, Marrakech y Estoril) sobre tierra batida vuelven a acrecentar las dudas.
Puede quedar la sensación de que la progresión se ha cortado. Puede ser así, es cierto. Hay motivos para albergar dudas. Sin embargo, también hay motivos para tener esperanza. Si comparamos su adaptación al circuito con la de compañeras como Lara y Garbiñe, Tita no está tan lejana. Llegó más tarde y aunque le está costando adaptarse al nivel WTA, se mantiene en el top100. De hecho, alcanzó su ranking más alto hace apenas un mes (el 1 de abril, en el #82).
Reducir esto a su racha de la pasada campaña, sería mucho decir. Tita Torró, pese a que parezca que ha hecho poco este año (y lo mejor: Fed Cup y Hobart en dobles, no le cuenta para el ranking individual), es la #120 de la race de esta temporada. Disputará la previa de los prestigiosos torneos de Madrid y Roma. Entrará directa en su primer Roland Garros y en su primer Wimbledon. Y, en el peor de los casos, podría acudir a defender algunos de sus puntos en grandes torneos ITF como Bucharest u Olomouc.
Sin duda, además de un aspecto de tácticas y juego, Tita tiene las capacidades atléticas para progresar mucho, especialmente en el servicio. Su revés en el último año no ha hecho sino mejorar, habida cuenta de que con su potencial de derecha aquél es el golpe que le buscan siempre las rivales. Pero el aspecto mental va a jugar un papel clave en su desarrollo de ahora en adelante. Se vienen grandes torneos para ella. Madrid, Roma, Estrasburgo, Roland Garros, Nurnberg, Den Bosch y Wimbledon. Después, de nuevo, otras oportunidades sobre tierra batida en torneo WTA (Palermo/Budapest y Bastad/Bad Gastein). Hay mucho a defender, y mucho más a sumar. Con apenas dos o tres buenos resultados en estos torneos, mantendrá su condición de top100 y podrá aspirar a sumar y ascender hacia el ansiado top50 en el final de temporada sobre pistas duras.
No hay por qué estresarse, ni presionarse por las miradas que sobre uno se posen. Quizás eso sea lo que más esté perjudicando a Tita, a la que se le ve con hambre de victorias, de logros y de buenas críticas. Que en ocasiones se pasa hasta de derecha cuando los momentos clave del partido llegan. Sin prisa, pero sin pausa, Tita Torró tiene potencial para aspirar alto en el circuito profesional, pero debe pausarse y seleccionar mejor. Aprender, crecer y no dejar de mejorar. Y todo ello sin presionarse, simplemente disfrutando de la oportunidad. No en vano, hace un año se jugaba salir del top600 y hoy tiene un calendario de tenista top.
por @Pep_Guti en @PuntoDBreak
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