El lamentable desinterés del tenis estadounidense hacia Montecarlo

Este año no habrá participación estadounidense. Desde el 2006, sólo dos jugadores de ese país han disputado el cuadro principal

El Masters 1000 de Montecarlo nunca ha sido ganado por tenistas estadounidenses. Disputado desde 1968, en sus 45 años de existencia en la Era Open, sólo cuatro presencias en la final del evento monegasco es el pobre bagaje que puede presentar el tenis estadounidense. Este año, no participará ningún tenista en el cuadro principal.

Hablábamos días pasados de la maldición que sufría el tenis argentino en Estados Unidos, incapaz de ganar su primer Masters 1000 en dichas tierras por mucho que fuera el empeño de Juan Martín del Potro. Comentábamos también el gafe que sufría España en Miami, incapaz de vencer en el tradicionalmente llamado “quinto Grand Slam del curso” pese a los esfuerzos titánicos de David Ferrer en que así no fuera. Maldición similar a las citadas es la que sufre Estados Unidos en el Masters 1000 de Montecarlo, el único gran torneo que de momento no ha podido nunca finiquitar con éxito.

Sampras y Agassi nunca brillaron en Montecarlo.

El país con más títulos de Grand Slam (53 desde la Era Open), más Masters 1000 (46) y más Copa Davis (32) ocupa un lugar privilegiado en casi todos los grandes eventos de nivel, entre otras cosas, porque de su nacionalidad han sido seis números 1 y hasta otros 26 Top 10.

Sin embargo, tanto potencial junto jamás ha bastado a Estados Unidos para coronar a algún campeón en el Principado monegasco, donde eso sí se ha quedado con la miel en los labios hasta en cuatro oportunidades. El hecho de jugarse sobre la tierra batida más lenta del circuito, de ser el primer torneo en arcilla de la temporada europea tras venir del cemento, de coincidir en muchos años con eventos norteamericanos sobre tierra verde ha propiciado incluso una falta de interés alarmante por parte de muchos tenistas estadounidenses y hasta susceptible de crítica por los amantes del tenis.

Y es que si analizamos a fondo la historia del torneo, vemos como un mito de la raqueta como Pete Sampras sólo acudió a Montecarlo en cuatro ocasiones, y en esas cuatro participaciones, tan sólo consiguió una victoria, eso sí frente a Andre Agassi en 1998 antes de ser vapuleado por Fabrice Santoro (1-6, 1-6). Algo similar le ocurre al mencionado Agassi, que sólo dejó verse cuatro veces, sumando tan sólo dos triunfos. Peor incluso le fue a Michael Chang, un especialista en esta superficie, pero que fue incapaz de vencer en las tres ocasiones que acudió a Montecarlo.

Tampoco Jim Courier, dos veces ganador de Roland Garros mostró gran interés en el torneo. Estuvo presente cuatro veces y nunca pasó de cuartos de final, aunque al menos no se le podrá decir que no cumplió, si se compara con John McEnroe, que sólo decidió jugarlo una vez en 1980 para perder también cuartos. Ni siquiera los tenistas más recientes han hecho un papel digno de mención. Roddick fue dos veces en su carrera, y ganó dos partidos. Fish, una, que saldó con derrota.

Evidentemente, los tenistas norteamericanos nunca fueron especialistas en tierra, pero en cambio, sí que han sabido ganar en otros templos de la arcilla. En París, se han llevado 11 Grand Slams, en Roma 6 títulos y en Hamburgo, otros tres. Incluso, en este mismo club, el curso pasado batieron a Francia en los cuartos de final de la Copa Davis. El desinterés por el torneo, llega al punto de que para esta edición en la lista de jugadores con entrada directa al cuadro principal que manejan los organizadores no se contempla siquiera la presencia en el cuadro principal de ningún estadounidense. Algo que no es nuevo, pues desde 2006, sólo Donald Young el curso pasado y Sam Querrey en 2008 han hecho acto de presencia para representar a Estados Unidos.

Sin duda, el hecho de que no sea obligatorio este Masters 1000 ayuda a estas continuas ausencias. Una pena para un país que lleva más de siete meses sin estar en una final de un torneo ATP (la victoria de John Isner en Winston-Salem), pero que goza de una historia grandiosa en prácticamente cada rincón del planeta tenístico.

Y es que si exceptuamos Montecarlo y el recientemente creado Masters 1000 de Shanghái, vemos como Estados Unidos ha ganado en las cuatro capitales del tenis, en el resto de Masters 1000 y tan sólo ha dejado de no hacerlo en dos ATP 500, en Acapulco y Valencia, donde nunca ha tenido un representante en la final.

No ocurre eso sí, lo mismo en los ATP 250, donde en hasta 15 de ellos nunca alzó el título. Especialmente, reseñable es el hecho de no haber coronado nunca un campeón en Halle o Marsella, lugares, en los que por el tipo de superficie, pudieron ser presa fácil de conseguir.

Torneos que nunca ganó Estados Unidos

- Chennai: creado en 1996 nunca hubo finalista estadounidense

- Zagreb: creado en 1996, nunca hubo finalista

- Viña del Mar: creado en 1973, nunca hubo finalista en sus distintos enclaves geográficos (Santiago)

- Sao Paulo: creado desde 2001, nunca hubo finalista

- Marsella: creado desde 1993, nunca hubo finalista

- Acapulco: creado desde 1993 nunca hubo finalista

- Casablanca: presente en el circuito ATP desde 1990, nunca hubo finalista

- Bucarest: presente desde 1993, nunca hubo finalista

- Estoril: creado desde 1990, final con Blake y Tood Martin

- Niza: creado desde 2010, sin finalista

- Halle: sólo una final, la de Mardy Fish en 2004

- Bastad: una final, la de Tony Giammalva en 1980

- Umag: presente desde 1990, nunca hubo finalista

- Metz: creado en 1993, nunca hubo finalista

- San Petersburgo: creado en 1995, nunca hubo finalista

- Kuala Lumpur: creado desde 2009, nunca hubo finalista

- Shanghái: creado desde 2009, nunca hubo finalista

- Valencia: creado desde 2003, nunca hubo finalista

* Nota: en 1981 la final de Montecarlo entre Guillermo Vilas y Jimmy Connors fue suspendida con 5-5 en el primer set y 30-15 para el argentino debido a la lluvia. Nunca se reanudó a pesar de que se propuso jugarse en junio, dos meses después de haberse disputado el partido, pero los compromisos de ambos tenistas lo imposibilitaron, por lo que no hubo campeón.

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