
Una confesión desgarradora evocada en esta entrevista construye la fortaleza de una tenista con el corazón de hierro: cuando el abogado de Laura Pous (Granollers, Barcelona; 1984) le comunicó que la sanción por dopaje notificada en el Grand Slam más prestigioso de todos era de dos años el mundo se derrumbó a sus pies. Lloró y lloró y nadie logró consolarla. Luego, tras asumirlo, trabajó duro en la sombra. Se entrenó a conciencia para volver más fuerte que nunca y evitó abandonarse, quizás la salida visible del laberinto. Aguantó casi dos años parada para volver a competir empezado desde cero. Ahora, tras un 2012 marcado por una lesión en la rodilla que le ha obligado a aprender a competir con dolor, la tenista catalana se prepara para asaltar un nuevo curso con el objetivo de volver a formar parte de las cien mejores tenistas del planeta. En el restaurante de los Internacionales de Andalucía disputados en Sevilla atendió a Punto de Break en exclusiva.
Pregunta. Volvemos a 2007. Estás jugando la previa de Wimbledon y te comunican que has dado positivo en un control antidopaje. ¿Qué piensas?
Respuesta. En ese momento creí que todo había sido un error. Yo tomaba unas pastillas que eran como un complemento a una dieta que estaba haciendo y no sabía que daban positivo, claro. Pensé que se solucionaría en un término de tiempo corto.
P. Eran medicamentos para tratar el sobrepeso y la hipertensión.
R. Sí, exacto.
P. ¿Cómo te defiendes ante el tribunal?
R. Dije que yo me había puesto en manos de la dietista y que no me preocupé de si daban positivo o no. No sabía que los diuréticos daban positivo porque en ese momento había mucha falta de información y yo pequé de ignorante en ese sentido.
P. Hablamos de sanción por diuréticos, la más dura de todas.
R. Sí, la sanción por diuréticos es la más dura. Dos años...
P. Peleas durante mucho tiempo para rebajar la condena y solo logras reducirla en cuatro meses.
R. Fue mucho pelear para no conseguir casi nada. Supongo que si ahora volviese atrás haría lo mismo, pero fue muy duro y al final no quisieron creerme, o fueron demasiado severos conmigo.
P. Y, de repente, te encuentras parada durante casi dos años y sin ránking tras haber sido la 74 de la WTA e integrante del equipo español de Copa Federación. ¿Se puede encajar ese golpe?
R. Sí, con mucha ilusión y ganas de volver a estar arriba. Y, sobre todo, con muchísima humildad. Tuve dos años para meterme en la cabeza que perdería el ránking y volvería a empezar de cero y así fue. Pero claro, volver a jugar previas de 10.000 y de 25.000 me costó porque hice todo el proceso que había hecho con dieciocho años otra vez. Tuve la suerte de haber mejorado porque había pasado mucho tiempo entrenando y subí rápido. Me costó un año más o menos volver a estar entre las cien mejores del mundo.
P. ¿Qué haces en ese largo período de tiempo?
R. Entrené mucho y también hice cosas que por culpa del tenis no había podido hacer antes. Empecé a estudiar inglés, también me saqué el título de patrón de recreo, el curso de submarinismo, practiqué deportes de aventuras... cosas que no puedes hacer durante un año normal de competición. Complementaba los entrenos con esto y así podía ser feliz, porque no jugar torneos sí era muy duro.
P. ¿No piensas en abandonar, en mandar la raqueta al baúl de los recuerdos?
R. No, nunca me lo planteé. Mucha gente me preguntaba por los motivos que me llevaban a aguantar, pero yo tenía claro que quería seguir jugando.
P. ¿Existe el dopaje en tenis?
R. Es uno de los deportes más limpios.
P. ¿Crees que se cubren casos según las circunstancias de cada jugador?
R. Yo no tengo la información para decirlo. Hay gente que dice que sí y otra todo lo contrario...
P. Cuando vuelves te encuentras jugando en pistas sin recogepelotas, sin marcador y con escaso público. Gran parte del público, acostumbrado a los torneos del Grand Slam con pistas centrales repletas, desconoce esta situación.
R. Ya, pero no me importa nada, la verdad. Disfruto tanto en los torneos pequeños como en los grandes. Obviamente, en los grandes hay más compensación económica, más repercusión y mucho más público. Pero yo disfruto igual en ambos sitios, incluso en torneos pequeños ves que las jugadoras hace más amistad e incluso hay más compañerismo. En los grandes todo el mundo va un poco a su bola.
P. 2010 te ve escalar hacia el top 100. Terminas con un 70% de victorias ese curso. Y hay un partido ante Venus Williams en Acapulco en el que estás 5-1 en el tercer set...
R. Eso fue muy duro (risas).
P. ¿Por qué pierdes ese partido?
R. Al final todo es muy simple. Si no te preparas para ganar un partido fuera de la pista, no lo ganas. Aunque dentro de ella estés dando tu mejor nivel, y rozando la perfección, si cuando llega el momento de definir no te has preparado para hacerlo, terminas perdiendo. Y yo no me había preparado para ganar ese partido. Me ha pasado otras veces, pero ese me marcó porque estaba 5-1 (risas). Pero también me sirvió mucho. Recuerdo que esa noche casi no pude dormir y pensaba que había tenido a Venus Williams contra las cuerdas. Y luego, reflexionando, ves que la diferencia entre las de arriba y nosotras no es tan grande. Hay que salvar estas diferencias.
P. ¿Cómo valoras la final lograda en Fes este año?
R. Como una sorpresa. Acaba de volver de la lesión de la rodilla, jugué muy bien todo el torneo y no tuve mucho desgaste en los partidos previos a las semifinales. Me ayudó mucho para el ránking, para no bajar porque allí defendía puntos, y para demostrarme que otra vez podía estar entre las cien mejores. Me lo tomé con mucha ilusión.
P. Vivimos una época donde madurez persona es igual a éxito profesional. ¿Mérito de los que están o carencias de los que llegan?
R. Llegas a una etapa de madurez donde la experiencia es un grado y se nota muchísimo. Aún sabiendo que ha subido el nivel medio de las tenistas en general, cuando juego con una chica de veinte o una de treinta hay un cambio bastante grande. Es algo que le está pasando a muchos tenistas en general, tanto chicos como chicas.
P. ¿Os ayuda la Federación Española todo lo que necesitáis?
R. No. Tendría que apoyar mucho más, muchísimo más. Hace bastantes años que luchamos contra eso. Hay veces que parece que sí, que van a ayudar más, y otras que no. Normalmente dicen que nos van a apoyar, pero pienso que podrían hacerlo mucho más. Poniendo más torneo en España, por ejemplo. Tampoco pedimos que nos den dinero a cada una de nosotras, ni mucho menos, pero si hicieran una gira por España de 25.000$, 50.000$, 75.000$... circuitos ITF. Tampoco estoy pidiendo dos o tres 220.000$, pero eso ayudaría mucho.
P. ¿Es agotador pelear contra la sombra de Conchita y Arantxa?
R. Es que eso es culpa directa del pensamiento que se tiene en España de degradar la cultura deportiva. Yo voy a otros países y me tratan como si fuera la número uno del mundo. En España estás entre las cien mejores y te dicen: “¿No puedes estar más arriba del top 100?”. Y si pierdes en cuartos de final de un Grand Slam es un fracaso cuando en realidad es algo muy complicado.
P. En España no se valora nada que no se ganar. Y a veces ni eso.
R. No se valora. Un ejemplo. Ahora que Nadal está lesionado muchos dicen: “Que mal está Nadal. Ya no va a volver”. O cuando cayó al número dos del mundo era como un drama porque la gente pensaba que no iba a poder volver ser número uno. Es imposible competir con este pensamiento. Es una locura.
P. ¿Es un problema del público o de la prensa que no quiere educar al lector?
R. Puede ser. Se tendría que valorar mucho más, eso seguro. Es algo que viene de siempre, de educación. Es lo que comentaba antes: en Argentina, en Estados Unidos, en Australia o en otras partes del mundo sí llenan pistas para ver tenis femenino. ¿Si allí se vende por qué aquí no? Es una cuestión de educación y supongo que la prensa debe tener su parte de responsabilidad.
P. Hablábamos antes de grandes torneos. ¿En qué Grand Slam te sientes más cómoda?
R. El que más me gusta es el US Open, por la organización, por el club y porque me encanta la ciudad. Pero donde me siento más cómoda es en Roland Garros, no nos vamos a engañar.
P. ¿Qué te aporta formar parte de ELITIA?
R. ¿ELITIA? (risas). Bueno, es el grupo donde entreno. Somos once jugadoras y seis entrenadores y estoy realmente cómoda porque puedo entrenar cada día con las mejores jugadoras de España y eso suma mucho.
P. ¿Es difícil hacer amigas en el circuito?
R. No es fácil. Es complicado, pero hay compañerismo.
P. ¿Hay enemistad en el tenis español entre algunas jugadoras o simple rivalidad? Es una línea difícil de diferenciar cuando se compite.
R. No, es simple rivalidad. Enemistad puedes tener dentro de la pista con una jugadora por un hecho puntual, pero es más rivalidad que otra cosa. Las latinas nos llevamos muy bien y algunas veces el idioma es un impedimento para tratar con otras jugadoras.
P. Las aguas están muy revueltas ahora mismo en el equipo de Copa Federación. ¿Jugarías la eliminatoria para volver al Grupo Mundial?
R. Me encantaría y estaría dispuesta a jugarlo, claro que sí.
P.¿Qué es lo peor de no estar entre las cien mejores?
R. Es muy duro, tengo muchísimas ganas de volver al top 100. Siento que puedo estar más arriba y por culpa de la lesión llevo todo el año jugando y parando. Aunque he disputado algunos torneos no he ido a tope y he perdido con gente que no tenía que perder. Tengo ganas de volver al top 100 porque creo que es mi sitio.
P. ¿Y los gastos?
R. Los gastos son lo peor. Tienes que mirar para compartir entrenador, buscar un hotel más barato o compensar tus gastos jugando equipos en Francia, Alemania o España. Y te das cuenta de lo que los torneos grandes son los que realmente mueven el dinero. Los torneos pequeños no te ponen las facilidades de los grandes; no te viene a buscar la organización, por ejemplo. La organización de los pequeños hace todo lo que puede, pero sin dinero es difícil, eso está claro.
P. ¿Crees que el tenis femenino es menos interesante que el masculino? Eso dijo Simon meses atrás.
R. No estoy de acuerdo y menos ahora. Ha subido el nivel en los últimos años de una forma exagerada. Te das cuenta mirando cualquier partido de Grand Slam y comprobando la competencia que hay. Azarenka, Williams y Sharapova están marcando un nivel altísimo y la competencia es mayor porque una veinte puede ganar a una cinco del mundo, por ejemplo. Los que dicen esto no miran mucho tenis femenino...
P. ¿Y Tipsarevic y su eterna pelea contra el reparto de premios entre hombres y mujeres?
R. Es algo físico también, ¿no?
P. Quizás es demasiado esfuerzo físico para una chica jugar todos los partidos de Grand Slam a cinco mangas.
R. Es demasiado, pero supongo que a todas las chicas del circuito no nos importaría probarlo. Pero no creo que estemos preparadas porque físicamente es demasiado duro. Eso se está notando mucho si miras los cuadros de cualquier torneo de arriba y siempre hay chicas que abandonan en segunda o tercera ronda porque la exigencia física cada vez es más alta. Te vas a la sala de fisioterapia antes de un partido y está a rebosar. Jugar cinco sets es demasiado.
P. Como dices, la exigencia física es cada vez más alta. ¿Juegas sin dolor alguna vez?
R. No, siempre juego con dolor. También tiene que ver el tema de la rodilla, pero seguro que habrá chicas sin dolor algunas veces, aunque no pasa a menudo. Siempre vamos con vendas. Es muy duro.
P. ¿Cuánto te queda en la élite?
R. Voy a aguantar todo lo que pueda, pero me marco cuatro o cinco años.
P. ¿Piensas dejar el tenis de lado cuando te retires?
R. No, me gustaría seguir ligada al mundo del tenis. Pero también estoy estudiando educación primaria para ser profesora, que también me puede servir para ser entrenadora de niños pequeños, pero no quiero dedicar mi vida por completo al tenis. Llevar un grupo y seguir viajando tras retirarme sería demasiado duro. Voy a quedarme en Barcelona (risas).
P. ¿Un sueño para estos últimos años de carrera?
R. Me gustaría llegar al cincuenta del mundo, está lejos, pero soñar es gratis.
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