En Fes, ciudad marroquí patrimonio de la humanidad, donde se disputa el único torneo WTA del año en África. Con las gradas prácticamente al vacío, Laura Pous Tió acaba de lograr el mayor hito de su carrera: colarse en su primera final WTA. En el camino han quedado jugadoras terrícolas expertas en este tipo de torneos como Olga Govorstova, Arantxa Rus, Irina Camelia Begu o Mathilde Johansson; venciéndo a las cuales ha redondeado una semana maravillosa, con la posible guinda del título.
Sin hacer ruido y silenciosa muy a su manera la tenista catalana nacida en Granollers vive un sueño por el que ha luchado durante sus 27 años. La historia de Laura es extraña, muy distinta, con grandes rachas tanto positivas como negativas, con enemigos que surgían cuando antes no existían y con muchos vaivenes pero siempre con un hilo común que era buscar su hueco entre las profesionales, un sueño por el que se ha dejado la piel.
La historia de Laura
Ya hemos dicho que es una historia muy difícil. Debutó en el circuito en el año 2003 contando 19 años de edad, ascendió en los rankings. Terminó el 2004 en el top150 y el 2005 en el puesto 82. Se veía una buena jugadora, especialmente sobre tierra batida, de cara al futuro. Pero todo se torció en la previa de Wimbledon 2007. Entonces, Laura quiso adelgazar, y sus dietistas le recomendaron unas pastillas que le han encaminado hacia un calvario.
Aquellas pastillas le hicieron dar positivo. El proceso judicial fue muy difícil, lento, caro y engorroso, terminando la sanción final en un año y siete meses. Durante todo ese tiempo, Laura no estuvo parada ni decidió dejarlo; tenía una deuda consigo misma y no iba a tirar la toalla tan fácilmente. No se dio por vencida, entrenó aunque sin competir, mejoró y volvió al circuito como una auténtica exhalación. Esto es lo que hace grande a Laura Pous; cada uno tenemos un destino, y a ella le ha tocado este tan duro y doloroso, pero eso le permite vivir todo más plenamente ahora, no desperdiciar el tiempo ni las ocasiones; además de suponer un gran ejemplo para cualquier niña que empieza y para cualquier persona ante las dificultades e injusticias con las que a veces nos encontramos en nuestra vida.
Se batió con jóvenes y veteranas en el circuito ITF, jugando por cualquier mínimo punto que le ayudara a recuperar su ranking. Disputó torneos en los que no había recogepelotas durante meses, se desplazó a cualquier rincón por todo el mundo donde pudiera jugar y mostrar ese deporte que tan bien se le da llamado tenis.
Laura volvió, y además era una jugadora más fuerte que nunca. El parón le había ayudado a valorar cuánto deseaba ser tenista y cuánto le atraía la competición; es como experimentar que te has retirado pero pudiendo volver y demostrar que no te has dopado porque realmente no lo necesitas pues te bastas a ti misma con tu esfuerzo diario y tu coraje en la pista.
Siguió sumando y ascendiendo, sorprendiendo al circuito WTA como en aquel partido del WTA de Acapulco donde tuvo a Venus Williams contra las cuerdas (5/1 a favor de la española en el tercer set), aunque se le escapó la victoria.
Terminó aquél mágico y clave 2010, donde empezó en ITF 10.000 y acabó prácticamente en el top100, con 57 victorias en su haber por 24 derrotas. Una cifra espectacular de 70% de partidos ganados a lo largo de toda la temporada. Brillante año en el que demostró ser una tenista profesional, sin dudas. En el 2011 tocaba asentarse en la élite de la WTA, y lo consiguió. Pero cuando era el momento de subir un peldaño más que le llevara del top80 de la WTA al top50, Pous se relajó y no lo consiguió. Quizás tanto tiempo buscando el objetivo de llegar hasta ahí le pudo. Eran muchos meses entrenando y compitiendo sin cesar, sin apenas vacaciones y con un desgaste físico y emocional notable, Laura dijo stop. Llegaron malos resultados y ahí quedó todo.
A esto cabría añadir el gran déficit de la de Granollers que son los Grand Slam. Hasta el US Open del 2011 Laura no consiguió una victoria en un cuadro principal de Grand Slam (a la 10ª fue la vencida); eso llegada esa altura del ranking lastra mucho. Se había convertido en una jugadora eficaz en torneos ITF y en WTA International (en casa en Barcelona 2011 logró llegar a semifinales donde cayó en un apretadísimo encuentro, 4-6 6-4 7-6(4) ante la campeona Roberta Vinci), pero necesitaba victorias en los torneos más importantes, especialmente en los Grand Slam.
Laura Pous en este 2012
Este año Pous, aunque no sé sabe muy bien en qué parte agotada y en qué parte renqueante físicamente, ha empezado en modo ‘off’. Contó sus tres primeros partidos en el Open de Australia, Indian Wells y Miami por derrotas, y llegó a su torneos preferido, a su casa, Barcelona, donde lograría la primera victoria de la temporada y lucharía (aunque cayendo dolorosamente) en segunda, pero las sensaciones ya eran distintas. Se veía de nuevo a la Pous luchadora que ha llegado hasta donde está gracias a remar mucho, y buena parte contracorriente.
Con esas sensaciones llegaba a Fes, donde un cuadro difícil con grandes terrícolas superiores en ranking no permitía soñar con esta gesta que ha logrado. Ya está en la final. En su primera final WTA individual (tiene una en dobles).
Juego y carácter
Siempre con la sonrisa en el rostro, obediente con sus entrenadores y muy trabajadora disfruta de su esfuerzo en la pista. Quizás en ocasiones le falte algo de agresividad, decidir que tiene tenis para mandar si lo necesita (como le requeriría para ser más competitiva sobre pista dura). Siempre animándose y hablando consigo misma, pero bajito, en pista; va a por cada bola que pase la red.
Su juego es bueno de derecha y bueno de revés, tiene una correcta volea, remata bien, su principal virtud son sus escasos errores no forzados (juego muy sólido), su poderosa defensa y su movilidad, con una innata capacidad para variar velocidades y alturas. Entre sus defectos encontramos el saque, sobre todo el segundo, su potencia y su capacidad de ataque.
Conclusión
Pous tiene capacidades y tiene inteligencia en pista, pero debe dejar de pensar en sus puntos flojos y de jugar a merced de la rival; cada una tiene los recursos que tiene, pero muchas veces da la sensación de que la catalana no acaba de sacar partido de sus principales virtudes hasta que la rival no muestra también sus flaquezas. Tiene que mejorar ante las grandes y en las ocasiones importantes, lo necesita y es donde encontraría los puntos que nunca tuvo y que le harían, si es regular en los WTA International, optar al top50 de la WTA.
Lo logrado en Fes supone un gran y difícil paso adelante que ya muchos no esperaban de Laura, pero ella es como el Quijote, da la vuelta, va, viene, gira, se tuerce, retorna, se pierde, y así. Aunque también eso es parte de su encanto. Parece que ha vuelto a una senda correcta, ahora necesita no perderla y creer en sí misma, eso es lo más importante que le queda por conseguir. Sus dos entrenadores del alma: Marc Casabó y Xavier Budó, junto a los que lleva toda la vida y ahora con apoyo de otros como Alejo Mancisidor (que es el que le ha ayudado esta semana en Fes), Laura, miembro de Elitia, alcanza el punto álgido en su carrera, le gusta Tokio y el US Open es el torneo que siempre ha soñado con ganar. Como música de fondo con una de sus canciones favoritas: ‘Viva la vida’ de Coldplay, nos despedimos de este artículo en Punto de Break y esperamos que la Quijote española y catalana siga cabalgando y demostrando lo que vale por todo el mundo sin volver a arrugarse jamás.