El Open de Australia sigue siendo una de las pocas espinitas clavadas en el corazón de Carlos Alcaraz. Se dice pronto: si a los 22 años tu colección de hazañas ya posee algunos de los éxitos más inenarrables de este deporte, aquellas que aún quedan por conquistar se buscan con más ahínco aún, incluso si dispones de todo el tiempo del mundo. Es el caso del murciano, que encara la próxima temporada con una meta por encima de las demás: conquistar el primer Grand Slam del año, completando el póker de Majors de una vez por todas.
Lo cierto es que Carlos Alcaraz no tiene miedo a verbalizar sus grandes metas y objetivos. Con humildad y toda la madurez adquirida en este 2026, pero también la ambición de las grandes leyendas de este deporte. Por eso mismo, desde el otro lado del charco avisan y escriben: ¿será el Open de Australia 2026 el año en el que el de El Palmar alce, de una vez por todas, la Norman Brookes Challenge Cup? Jamás lo había deseado con tantas fuerzas, eso seguro.
"Lo más importante para mí son los Grand Slams, intentar ganar todos los que pueda. Esa es mi principal meta. Creo que Australia será genial. Es mi principal objetivo, sinceramente. Cuando empiezo la pretemporada y pienso en qué quiero mejorar y qué quiero lograr, el Open de Australia está ahí. Es el primer o segundo torneo del año, y siempre ha sido una gran meta completar el Grand Slam en mi carrera. Lo quiero lograr este próximo año, pero si no, en dos o tres temporadas". Son palabras que recogen la propia web del torneo oceánico, conscientes de que uno de los próximos grandes puntos de interés en 2026 será ver al murciano en acción, con el gran objetivo de plantar una nueva pica en un lugar de no demasiado éxito reciente.
La mejora con su saque, la amenaza de Sinner y la espinita de Djokovic
Suele comentarse que Australia es el territorio más adverso para Carlos, quizás con una contundencia lejana a la realidad. Es cierto que jamás ha pasado de los cuartos de final en el primer Grand Slam del año (incluyendo una dura derrota ante un Djokovic tocado el año pasado), un dato que, viendo todas sus conquistas, parece inverosímil; eso sí, su evolución desde principios de 2025 y su evidente paso adelante en superficies más rápidas (título en Tokio y US Open, finalista en las ATP Finals...) generan una confianza renovada en la versión que podría mostrar en la Rod Laver Arena.

Precisamente Melbourne fue el primer escenario que puso a prueba su renovada mecánica de servicio: en 2025, al murciano le costó encontrar la regularidad y fluidez con este golpe a lo largo de todo el torneo, volviendo a hábitos pasados conforme avanzaban los días. La gran mejora en sus guarismos al saque le asegura un elemento competitivo extra para afrontar la rapidez de las pistas, si bien el gran enemigo, más allá de su propia versión, se llama Jannik Sinner.
Fue aquí donde el italiano abrió la veda de los Grand Slams y donde ha construido un reinado difícil de apagar. Victorias sobre Djokovic, Medvedev, Zverev, Rune, Shelton o de Miñaur, actuaciones portentosas sin apenas ceder sets o remontadas que evidenciaron su nueva versión: es la pista donde su equilibrio y capacidad para desbordar desde cualquier lado encuentran un mayor acomodo. Derrocar al de San Candido aquí sería la forma más impresionante de completar el Grand Slam, una nueva gran misión en la que el murciano ya pone sus miras desde este mes de diciembre. ¿Cuántas ganas hay de que el momento, al fin, llegue?

