Albert Ramos, un ejemplo de los que ya no quedan

El catalán pone punto y final a una carrera de 18 años en la que, a pesar de haber ganado cuatro títulos ATP y llegar a ser número 17 del mundo, será recordado por su ética de trabajo y forma de ser.

Andrés Tomás Rico | 9 Oct 2025 | 22.22
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Albert Ramos, un ejemplo de los que ya no quedan. Foto: Gettyimages
Albert Ramos, un ejemplo de los que ya no quedan. Foto: Gettyimages

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En un momento del tenis donde prima la velocidad, la potencia, el físico y la ausencia de táctica, encontrar en los próximos años a un tenista como Albert Ramos parece misión imposible. El catalán ha colgado la raqueta en el Challenger de Valencia y como no, en la tierra batida, su superficie predilecta.

Cuando uno piensa en la generación dorada del tenis español de la pasada década, siempre aparecen, y bien merecidos, los nombres de Rafael Nadal, David Ferrer, Fernando Verdasco, Feliciano López, Roberto Bautista, Pablo Carreño, Marcel Granollers o Juan Carlos Ferrero. Todos ellos, campeones de Copa Davis con España. Sin embargo, lejos de los focos, siempre había un tenista de ojos caídos y pocas palabras que hacía su trabajo, en silencio y sin una mala cara,  que le dio muchos frutos. Ese era Albert Ramos.

La retirada de Albert Ramos confirma la extinción de un tenis que ya no existe

Un terrícola que se movía a las mil maravillas en la arcilla, capaz de ganar a Roger Federer en pista dura y de sufrir en sus carnes la primera victoria de Carlos Alcaraz en el circuito ATP en 2020. Tanto en los buenos momentos como en los malos, Ramos nunca se rindió, siempre lo intentó una vez más en una lucha contra el constante cambio de un tenis cada vez más lleno de highlights y de menos estrategia. Estos aspectos empezaban a hacer mella en Ramos, sobre todo en las últimas temporadas, donde los años sumaban y las piernas pesaban. Hasta que en el inicio de 2025 su cuerpo le dijo basta.

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"La pretemporada fue muy dura, en Sudamérica tuve una rotura de fibras que derivó en una osteopatía de pubis, ahí me di cuenta de que los años han pasado. Ahora necesito estar muy en forma para mantener el nivel, ya que no soy un jugador de saque muy fuerte, pero cuando me preparo al máximo me salen dolores. Cuando gano un partido, me cuesta recuperarme. Siendo honesto, vi que esto se tenía que terminar", aseguraba en una entrevista en PuntodeBreak con nuestro Fernando Murciego durante el Conde de Godó 2025, donde recibió el primero de los homenajes.

El Challenger de Valencia 2025 fue el lugar escogido para colgar la raqueta

En Barcelona era un buen lugar para colgar la raqueta, pero el de Mataró no se veía todavía preparado para terminar con algo que llevaba haciendo toda su vida. Y se dio unos meses, hasta decidir que su último torneo sería el Challenger de Valencia 2025, donde conseguía dos victorias, pero en los cuartos de final, Jan Choinski, terminaba con una carrera de 18 años.

En 2007 daba el salto y desde entonces su hábitat natural ya era la tierra batida, ideal para su tenis más táctico y menos potente y sobre todo para su servicio, menos eficaz que en otros tenistas. De hecho, su idilio con la tierra batida se refleja en su palmarés. Los cuatro títulos que ostenta (Bastad 2017, Gstaad 2019, Estoril 2021 y Córdoba 2022), los cuatro son en esta superficie.

Nunca cambió de entrenador y mantuvo una relación profesional de 18 años con José María Díaz

Otro aspecto que le convierte en un tenista de antaño, y también en un rara avis, es que durante toda su carrera como profesional estuvo con el mismo entrenador, José María Díaz, y nadie más. Algo impensable en un tenista de elite hoy en día. Hasta en eso, ha dado ejemplo el bueno de Albert Ramos.

Ahora que se ha retirado será muy difícil encontrar a un tenista de estas características y los adjetivos sobre él se agotan al mismo ritmo que este artículo, así que no puede haber mejor despedida que unas palabras suyas en la entrevista comentada con PuntodeBreak.

"No tengo el ego como para necesitar ningún reconocimiento especial. Estoy contento y tranquilo con todo lo que he hecho, con todo lo que he luchado y todo lo que he intentado para ser mejor tenista. Lo único que espero es que la gente vea en mí a un jugador que siempre ha intentado darlo todo durante toda su carrera". Que no le quepa la menor duda a Albert Ramos de que así será siempre recordado.