
Ni en nuestros mejores sueños aparecía un escenario como el que finalmente ha quedado en Suiza. Ante una eliminatoria que bajo ninguna perspectiva apuntaba a sencilla, España se ha impuesto con puño de hierro sacando nota en todos sus frentes. Si ayer contábamos las victorias de Pedro Martínez y Roberto Carballés en los individuales, hoy ha sido el propio Pedro Martínez quien sumó fuerzas con Jaume Munar para darnos el punto que necesitábamos para cumplir el objetivo. Un triunfo trabajado ante Dominic Stricker y Marc-Andrea Huesler (6-4, 7-5) para bordar un 0-3 a domicilio que pone al equipo de David Ferrer en la segunda de los Qualifiers de Copa Davis.
Sin embargo, no negaremos que al amanecer este domingo éramos muchos los que teníamos la mosca detrás de la oreja. Seguramente sin motivos, ya que la jornada de ayer nos dejó la tranquilidad en el cuerpo de sentirnos superiores, pero también sabemos lo traicionera que es esta competición, donde irte a dormir con 0-2 arriba muchas veces queda en una trágica anécdota que mejor no evocar. Quizá por eso salieron tan enchufados tanto Pedro como Jaume, dos miembros de la generación del 97 que han sabido esperar su momento hasta tener el protagonismo merecido en el equipo nacional. Nada mejor para evitar sustos futuros que cerrar la serie por la vía rápida, este fue el pensamiento que parecían tener en la mente desde la primera bola.
El primer set fue algo más sencillo por el hecho de encontrar un break tempranero que les diera la calma, pero nada que ver tuvo el segundo, donde la pareja suiza fue haciéndose fuerte y encontrando esos puntos fuertes para plantarles cara a sus oponentes. Así fue avanzando la contienda, hasta que en los juegos más calientes se descubrió cuál de las parejas arrastraban, ya no solo más confianza y más colchón, sino también más kilómetros a sus espaldas. Pedro y Jaume, amigos de toda la vida, venían de compartir pista en los últimos Grand Slams, generando de esta forma una zona de confort en la que apoyarse para salir airosos hasta la victoria.
DINAMARCA EN SEPTIEMBRE
Tres partidos, tres victorias. Ni un solo set se han dejado por el camino y ni siquiera han saben lo que es perder el servicio. No les ha hecho falta mayor desgaste al conjunto capitaneado por David Ferrer, que con un equipo bastante novato en la competición se marchan invictos de Biel y con la satisfacción de demostrar que el fondo de armario también funciona cuando las grandes espadas no están presentes. Ahora el horizonte apunta al mes de septiembre, cuando España recibirá a la Dinamarca de Rune y Moller pensando ya en el próximo objetivo. Tendremos el privilegio de elegir sede y superficie, ojalá que sea con Carlos Alcaraz en nuestras filas, pero para esto todavía queda mucho. Ahora toca celebrar, descansar y pensar que estamos a un solo paso de las Davis Cup Finals 2025 de Bolonia.