
Jannik Sinner ha sido, sin lugar a dudas, el mejor jugador de la temporada 2024. Un año que finaliza y que el italiano cerró con un broche dorado, culminando el doblete ATP Finals - Copa Davis sin mostrar ni un síntoma de fatiga a pesar de la enorme cantidad de partidos jugados. Un manejo sublime del calendario y cargas de competición, una gran inteligencia a la hora de programar sus mayores picos y un equilibrio supremo entre riesgo y control alumbran el año del transalpino, que ya se prepara para el próximo año en Dubái.
2025 traerá buenas nuevas a un tipo que, por vez primera, se convertirá a lo largo de todo el año en la referencia del resto del circuito, en el tipo al que todos quieren dar caza. Se abre ahí el primer debate en torno a su figura de cara al año que viene: ¿será capaz de aguantar la presión? ¿Mostrará a lo largo de 12 meses su habitual rostro impertérrito, mostrando una motivación en cada torneo incuestionable? Es, desde luego, la gran pregunta... y todo lo que hemos visto de él en los últimos meses nos trae señales positivas, si bien la dificultad de la empresa es enorme.
LAS PISTAS NATURALES, LA ÚLTIMA FRONTERA POR CONQUISTAR
Acabar el año sin perder antes de cuartos de final en ningún torneo y con apenas seis derrotas es, desde luego, un objetivo tremendamente difícil de repetir. Lograrlo dejaría al italiano con un sabor de boca excepcional, aunque su constante búsqueda de la perfección le obligará a elevar el listón en diversos aspectos. Más allá de mantener la motivación y no ceder a nivel mental en su nuevo estatus, la gran meta de Sinner en 2025 será dar un paso adelante en superficies naturales.
La tierra batida es, quizás, el único tapete que le queda a Jannik por masterizar. Es el lugar donde más vulnerable se siente, donde su velocidad y fuerza de bola encuentra mayores respuestas en diferentes dimensiones del juego, donde Alcaraz, su gran rival, se ha mostrado capaz de maniatar. En ocasiones hemos visto a un Jannik jugando a una sola velocidad en una superficie que te pide mucha más variedad y, sobre todo, saber utilizar mucho más tus golpes liftados. Golpear a la altura del hombro ha puesto a Sinner en repetidas dificultades, y quizás se haya convertido en un camino a seguir para muchos jugadores, lo que generará en el italiano la necesidad de mover ficha y trabajar en ello si quiere llevar su 2025 a una nueva dimensión.
¿Y SI TODO CAMBIA?
Hacer una previa del 2025 de Jannik sin mencionar la palabra doping sería faltar a la realidad. No, no es por el motivo que muchos vertidores de odio imaginan, ni mucho menos para acusarle de algo que nadie sabrá a ciencia cierta si hizo o no: es un término extremadamente relevante debido al juicio que afrontará en el TAS, donde la causa de la WADA podría dejarle fuera de combate durante varios meses.
Si bien este juicio aún no tiene fecha exacta, una condena podría hacer saltar por los aires los objetivos de la temporada de Jannik. La WADA argumenta que el italiano tiene una cierta responsabilidad sobre los miembros de su equipo, a pesar de aceptar que sus tests positivos fueron fruto de una contaminación: si esa acaba siendo la sentencia del juicio, parece muy probable que Sinner pudiera afrontar al menos algunos meses de inhabilitación. Esta circunstancia plantea una pequeña incógnita a la hora de analizar su próxima temporada: no existirá mejora en tierra batida, claro, si el de San Candido no puede jugar torneos como Roland Garros.
Se trata de un pequeño anexo en el 'informe Sinner': sus vacaciones han sido muy cortas y plagadas de compromisos publicitarios, señal inequívoca de que el hambre por seguir compitiendo -y ganando- permanece intacto. Australia, la primera defensa de un Grand Slam, será el primer reto para un tipo que perseguirá mantener su estatus como número uno, emerger como el verdadero líder generacional por encima de Alcaraz, ganarle terreno al murciano en pistas donde no está tan cómodo y, en definitiva, perpetuarse como la cara del tenis del futuro. ¿Lo logrará? Preparen las palomitas para un 2025, claro, de infarto.