Carlos Alcaraz ha recuperado la sonrisa. La viveza, la fluidez, la clarividencia, la sensación de arrollar a su rival cuando activa el turbo. El murciano puso el sello a un magnífico torneo en el ATP Pekín 2024 inclinando a su mayor rival actual, Jannik Sinner, en una final que va directa al Salón de la Fama del año 2024. Es un título casi balsámico para el de El Palmar, que en rueda de prensa confesó las dificultades que pasó tras sus derrotas en la gira norteamericana e hizo énfasis en el trabajo mental que hizo con Juan Carlos Ferrero para recuperar el hambre y la motivación.
- Dónde colocaría esta increíble final dentro de su rivalidad y duelos previos con Sinner
"Voy a comenzar diciendo que cuando Jannik y yo nos enfrentamos, creo que es algo genial para el tenis: siempre firmamos un duelo muy intenso, igualado, con grandes puntos y grandes intercambios. Creo que gracias a este tipo de partidos la gente que no ve tenis empieza a ver partidos e incluso a entrenar. Eso, creo, es genial. Intento disfrutar al máximo cuando me enfrento a Jannik, pero no es fácil.
Ahora mismo estoy muy feliz. Cuando eres capaz de ganar a uno de los mejores, por no decir el mejor jugador del mundo, sientes que estás haciendo todo de la forma correcta, que estás haciendo un gran trabajo. Estoy muy orgulloso por todo lo que he hecho en el último mes, trabajando muy duro físicamente y en pista. Ha sido un mes muy intenso, pero feliz de finalizarlo con el título aquí en Pekín tras un partido verdaderamente increíble. Ambos mostramos un nivel altísimo de tenis, también mental y físico, corriendo hasta la última bola, desplazándonos de lado a lado, con grandes puntos en el tiebreak del tercer set. Estoy muy feliz por haber conseguido la victoria".
- El increíble tiebreak que se marcó, ganando siete puntos seguidos para cerrar el partido
"Veníamos de un partido muy ajustado. Jannik podría haberlo ganado en dos sets, yo también podría haberlo ganado en dos. Tuve mis oportunidades en el primer set, no las aproveché. Estoy muy feliz por la forma en la que lidié con ese momento. Perdí el primer set tras tener muchas oportunidades. No lo logré. Intenté despejar la mente un poco y empezar el segundo set jugando al nivel que mostré en el primero.
Al final, todo fue muy cerrado. En el tiebreak pensé en la estadística de Sinner en los desempates, creo que no había perdido ni uno de los últimos 18 o 15 tiebreaks, algo así. Pensé: 'Okay, voy a intentar no perder otro tiebreak', pero fue difícil. Los primeros dos puntos con mi saque fueron muy ajustados: a partir de ahí me mantuve ahí, intenté no pensar en otra cosa que no fuese el siguiente punto. Quise jugar como siempre: si fallo, fallo, pero quería pensar que fui a por todas en cada punto. Eso es lo que verdaderamente importa".
- Sobre la emotiva imagen de Ferrero, llorando en el banquillo tras su victoria
"No le vi llorar. Está bien saberlo, supongo (risas). Sí, ha sido una victoria muy especial para mí. Es especial levantar este título delante de mi equipo y de parte de mi familia. Supongo que se emocionó porque sabemos por todo lo que hemos pasado en los últimos dos meses. Hemos vivido momentos difíciles tanto dentro como fuera de la pista. Como dije en mi discurso, gracias a mi equipo empecé a recuperar la ilusión de jugar partidos y de entrenar, volví a sentirme motivado. Tenía ganas de viajar y de disputar torneos de nuevo.
Después de la gira norteamericana estuve un poco de bajón, no quería tocar una raqueta por un tiempo, no quería viajar. A continuación, hablamos mucho durante aquellos días, sabiendo que debía volver a entrenar, a ser más fuerte físicamente, a ser más fuerte mentalmente para superar esos momentos. En el último mes hemos estado trabajando muy duro tanto dentro como fuera de la pista para poder volver a vivir un momento así. Por eso creo que se emocionó; este ha sido un momento especial tanto para mí como para la gente que está a mi alrededor".