
Cada partido entre dos titantes del tenis es capaz de hacer temblar los cimientos del mundo. Novak Djokovic y Carlos Alcaraz firmaron un duelo inolvidable en Cincinnati, un capítulo más de una rivalidad que empieza a tomar tintes históricos. Finalmente fue Nole quien se llevó el gato al agua... ¿cómo lo hizo?
Novak Djokovic y Carlos Alcaraz. Carlos Alcaraz y Novak Djokovic. Los dos maestros del tenis mundial en la actualidad, los dos jerarcas de un deporte que vive el aterrizaje de una nueva rivalidad con emoción y sensación de que estamos viviendo historia. La diferencia de 16 años entre ambos no influye en lo parejo de sus niveles, algo que se demostró en la final disputada en el ATP Cincinnati 2023, donde ambos se enfrascaron en una batalla sin cuartel en la que Djokovic acabó saliendo victorioso. ¿Qué hizo para darle la vuelta al primer set perdido? Lo analizamos a nivel táctico, como cada gran partido, en nuestro canal de Youtube.
PRIMER SET
Alcaraz salió con una versión completamente distinta a la de días anteriores, sin notar el desgaste físico y plenamente adaptado a las condiciones del partido. Por el contrario, Djokovic se vio sobrepasado: no fue capaz de ajustar su cuerpo al intenso calor de Ohio (solo había jugado partidos nocturnos hasta entonces) y se vio jugando a remolque durante casi toda la totalidad del primer set. A pesar de empezar golpeando primero con break a favor, Carlos fue quien llevó la iniciativa en la gran mayoría de intercambios: ganó tanto los puntos cortos (22 a 17) como los largos (11 a 6). Mejoró enormemente su nivel al servicio, con un 72% de primeros dentro (venía promediando en torno a un 48%), lo que le permitió jugar puntos cortos con el saque, a la par que asfixió a Nole desde el fondo con una mayor potencia de bola. El serbio no tenía alternativa, viéndose sofocado y con una velocidad de pelota menor a la de Carlos. ¿Cómo le dio la vuelta al partido?
SEGUNDO SET
Set y break abajo, el panorama no era nada halagüeño para el de Belgrado. Mejoró su estado físico conforme el sol se ponía y la sensación térmica se suavizaba, pero el partido estaba en las manos de Carlos. Un mal juego del murciano bastó para meter al chacal de nuevo en la pelea. Djokovic, experto en escabullirse por rendijas prácticamente invisibles, aprovechó la inercia de la igualdad y decidió hacer un ajuste que terminaría por ser absolutamente decisivo: se lanzó decidido hacia la red para evitar la sangría de puntos desde el fondo de la pista. Lo hizo con bravura, acierto y un claro componente analítico: durante este segundo set, Alcaraz restó los segundos saques a una media de 4 metros por detrás de la línea de fondo.
Tal como el propio Nole y Carlos han hecho de forma repetida ante tipos como Medvedev, se aprovechó la posición en la devolución de Carlos para acortar los puntos, economizando así esfuerzos, preservando el físico y manteniendo la igualdad hasta un tiebreak en el que estuvo un paso por delante mentalmente. Los datos son claros: en el segundo set se jugaron muchos más puntos cortos (propuesta clara de Nole) y Djokovic fue el claro vencedor en ellos, con un balance de 32 a 19 (+11). Hasta en 16 ocasiones subió Nole a la red, diez más que en el primer set. Aferrado a la media pista y aprovechando la inmovilidad de Alcaraz al resto, Djokovic consiguió igualar un partido. Respiró, cogió aire y se encaminó a un tercer set de película.
TERCER SET
Lo cierto es que el tercer set se jugó más con el corazón que con la táctica. Dos púgiles pegándose sin cuartel en un cuadrilátero que, en ocasiones, parecía pequeño. Ganar el segundo set y alargar el partido hasta condiciones prácticamente nocturnas fue vital para Djokovic, que se mostró más fuerte en intercambios largos y empezó a cargar sin cuartel el revés de Alcaraz. El serbio se hizo fuerte en el cuerpo a cuerpo, jugando siempre en diagonal y con la suficiente precisión como para resguardarse de la derecha invertida de Carlos: hasta el 77% de sus golpes desde el fondo apuntaron al revés de Carlitos, que se apremió de más y cometió muchos errores por ese lado por pura desesperación.
Eso sí, Alcaraz dejó un apunte táctico muy interesante que casi le permite darle la vuelta al encuentro: pasó de restar 4 metros por detrás de la línea de fondo a hacerlo a menos de 1, suficiente para firmar su mejor porcentaje de puntos ganados en la devolución de todo el partido (41% en el tercer set). No fue suficiente, en parte porque sus porcentajes al saque se diluyeron por completo, permitiendo a Djokovic apretar mucho más las tuercas al resto. Nole se llevó también la batalla de los puntos largos (13 a 8), practicando esa asfixia antes mencionada al revés de Carlos. Eso sí, todo pudo cambiar si el murciano hubiese concretado aquella bola de partido en el segundo set: a veces, amigos, los márgenes en este deporte son tan estrechos que solo unos milímetros deciden quién se lleva la victoria. Gracias, Nole, y gracias, Carlos, por semejante regalo.