El pasado mes de septiembre, tras perder la final de dobles del US Open 2022, Taylor Townsend dejaba una advertencia en su discurso de la entrega de trofeos: “Me he ganado llegar hasta aquí, estoy segura de que no será la última vez. Voy a seguir trabajando duro, así que cuidado con 2023”, decía una jugadora que acababa de ceder en el partido más importante de su carrera.
Para poner algo de contexto, Taylor tiene actualmente 27 años, y hace 3 anunciaba que estaba embarazada, un factor que la mantendría alejada de las pistas algunos meses. Aun así, Townsend no dudó en luchar para recuperar su sitio, algo que ha hecho durante toda su vida: “No me han dado nada, tuve que trabajar realmente duro para llegar aquí y ser capaz de jugar a este nivel”, decía la estadounidense tras esa final. “Eso es así de rotundo, nunca he sido capaz de decirlo con esa convicción".
Ya de muy joven y a pesar de conquistar grandes trofeos como júnior, Taylor fue rechazada por la USTA, con Patrick McEnroe como director, como castigo por no estar en la mejor forma física, hecho al que se refería claramente esa noche en la Arthur Ashe.
Explorando nuevo territorio
Meses después, Taylor Townsend se planta por primera vez en su carrera en los torneos de Madrid y Roma. En el evento español, la americana cae en la fase previa de individuales, llegando a semifinales del dobles, mientras que, en Italia, Taylor, número 168 actualmente, superaba a Jessica Pegula, número 3, con una actuación que le ha devuelto la sonrisa y le otorga la posibilidad de alcanzar las fases más avanzadas en Roma: “Sentía que, para mis niveles de energía, para sentirme rejuvenecida y motivada de cara a los Grand Slams, era mejor jugar los torneos de menor nivel y acumular partidos”, dice Townsend a la WTA.
“Eso es lo que necesitaba entonces, pero quería retarme a mí misma de una manera diferente ahora, intentar ganarme mi lugar en estos grandes torneos. Anteriormente, me he quedado en Estados Unidos, y ya sé cómo es. No sabía cómo sería si me daba la experiencia y el nivel de competición. Tengo más confianza en mi juego, pero también he crecido como persona”.
Con un objetivo muy claro: ser una mejor versión de sí misma
“He trabajado muy duro en este último par de años para volver. Se trata de momentos como estos. Hace dos años, tenía este tipo de situaciones en mi mente. Estar aquí y jugar de la forma en la que lo he hecho significa mucho. Llegué aquí entendiendo que no tenía nada que perder. Ha sido muy emocionante el haber podido venir a torneos en los que nunca he estado. Este es el camino a seguir para continuar ganando experiencia a este nivel. Ha sido genial probarme a mí misma semana tras semana, demostrar que pertenezco a este nivel, tanto en individuales como en dobles", comentaba Townsend tras su triunfo ante Jessica Pegula.
La autoestima es algo con lo que siempre he luchado. Sé el entrenamiento, las horas en la pista, el sudor y las lágrimas que he puesto para llegar aquí, no es casualidad. No sabía cuándo llegaría mi momento, pero creía en que pasaría. Estoy muy feliz, pero no he terminado. No me conformo, siento que puedo continuar en este nivel y hacerlo aún mejor.
Cuando descubrí que estaba embarazada, estuve fuera del circuito más de 18 meses. Le dije a mi equipo y a mi entrenador que no volvería si no estaba preparada para ganar. Voy a ganar o a ser mejor de lo que era. Ese fue el precedente y el objetivo que me fijé. No podía volver igual, tenía que subir de nivel. Fue mucho trabajo duro. Es realmente satisfactorio ver el fruto de tu trabajo. Esto es tan solo otro paso. Voy a seguir adelante”, decía una Taylor que se planta en tercera ronda del WTA Roma 2023, en un choque que le enfrenta a Xiyu Wang.