Lloyd Harris, un ciclón que quiere volver con fuerza

Entre 2020 y 2021 apareció en el circuito un espigado jugador sudafricano capaz de generar potencia con muchísima facilidad. Su nombre, Lloyd Harris. Su ascensión, fue totalmente meteórica desde su primera final en el circuito, en la que cedió (Adelaida 2020) ante Andrey Rublev. Era el primer paso en una progresión que parecía tan fluida como sus golpes desde el fondo de la pista, tan natural como su capacidad para enlazar victorias e ir acercándose a los puestos de privilegio del ranking ATP. Lloyd parecía dar un paso más en Dubai, 2021, cuando consiguió alcanzar su primera final de un ATP 500, donde se vio sorprendido por Aslan Karatsev. Unos meses después llegó su gran golpe: doblegó a Rafael Nadal en Washington, superándolo desde el fondo de la pista y siendo la última gota que colmó el vaso del balear, que anunciaría su baja de los siguientes torneos y el final de su temporada poco después.

Harris estaba muy cerca de llegar al top-30 y era uno de los grandes tapados para cada gran torneo, especialmente aquellos que se disputaran sobre superficie rápida. Sin embargo, todo iba a cambiar muy pronto. 2022 debía ser su año de consolidación en el circuito, en el que el sudafricano cristalizase como un jugador peligroso en cada cita y diera, por qué no, un paso hacia delante en la búsqueda del top-20. Fue entonces cuando las molestias se manifestaron sobre su cuerpo, sumiéndole en un mar de dudas y obligándole a tomar una decisión drástica. El dolor en la muñeca derecha ya era insostenible y se localizaba, incluso, en dos zonas diferentes.

Lloyd pasó inmediatamente por el quirófano. Lo hizo hasta en dos ocasiones, ambas para reparar tendones dañados en su muñeca. Dos lesiones diferentes, dos visitas al hospital, seis meses fuera de las pistas. Su ranking se desplomó a velocidad vertiginosa y el mundo del tenis se olvidó de este gigante noble. Se podría decir que no había tenido tiempo para dejar su verdadera estampa en el circuito profesional y nosotros ya le habíamos dejado de lado. Salió fuera del top-230 y se olvidó de volver a competir en un año aciago, centrando todas sus energías en un reseteo total y un cambio de chip de cara a 2023. Y Lloyd Harris está de vuelta.

Sus dos primeras incursiones en el circuito fueron plenamente satisfactorias: consiguió llegar a semifinales y final en las dos semanas del torneo de Nonthaburi, un Challenger organizado justo antes del Open de Australia 2023. Allí acudió utilizando el ranking protegido, del que hizo un excelente uso, firmando la primera victoria del cuadro masculino en el supertiebreak del quinto set ante Lorenzo Musetti. Aquel día, Harris no pudo evitar estar desbordado de felicidad: "Me siento increíble. Me siento increíble por volver a estar jugando, disfrutando de la grada, disfrutando de este deporte. Me lo he pasado genial ahí fuera. Solo estaba disfrutando del momento, del ambiente que se había generado", afirmó Lloyd en declaraciones a News 24, que solamente está en su cuarto torneo tras su lesión y ya acaricia el top-150.

EL MAYOR CAMBIO, MENTAL

Lidiar con una lesión de tanta gravedad no es nada fácil, pero mirar de frente a las adversidades puede tener su recompensa. Harris ha aprovechado para hacer un cambio total a nivel de mentalidad, preocupándose en mejorar diversos aspectos de su tenis durante su tiempo fuera de las pistas. "Para mí, lo más difícil de esta lesión fue aceptarla a nivel mental. Físicamente tenía un problema, y es que estaba limitado. Tenía muchísimo dolor, sentía un dolor enorme. Sabía lo que debía hacer, pero fue algo duro de aceptar. Ahora quiero escribir una nueva página en mi historia. Me sentí feliz. Me sentí emocionado por deshacerme del dolor, por volver a jugar y disfrutar del deporte que amo. Sentí que aprendí tanto, que pude reflexionar sobre tantas cosas... eso me ha hecho un mejor jugador y una mejor persona". Su travesía continúa en Tenerife, donde sigue en su caza de puntos dentro del circuito Challenger. Despacito y con buena letra, el circuito está a punto de recuperar a uno de sus más despiadados cañoneros.