"Con Djokovic hay que trabajar 24 horas al día, no se escapa un detalle"
Ulises Badio, el fisioterapeuta del serbio, revela detalles inéditos de su trabajo con Nole y detalla qué significa trabajar con él.


No debe ser fácil cuidar de una persona sobre la que recaen tantas miradas. Trabajar con un deportista de élite es una responsabilidad absoluta: cuando eres el encargado de que su maquinaria esté engrasada y pulida, esa responsabilidad se multiplica aún más. Ulises Badio bien lo sabe: a él acudió Novak Djokovic en sus peores momentos y con él se ha mantenido, justo a su lado, desde aquel 2017 en el que el propio Novak llegó a dudar de su físico. Es una parte absolutamente fundamental de su éxito, una pieza imprescindible dentro de su equipo de trabajo. Como muestra, un botón: la primera persona de su equipo a la que el serbio abrazó tras conquistar Wimbledon 2022 fue el argentino. Ahí es nada.
En cierto modo, la conexión tan especial que manejan Novak y Ulises tiene una explicación sencilla. Ambos se aproximan a una forma de vida holística, comparten su simpatía por terapias físicas alternativas y no entienden otra forma de trabajar que no sea la de controlar todo al más absoluto milímetro. La precisión de cirujano en las manos de Badio han permitido a Djokovic, por ejemplo, continuar con su trayecto en el pasado Open de Australia 2021 tras sufrir una rotura abdominal en octavos de final, ante Taylor Fritz. Ulises se incorporó al equipo de Novak en 2017, pero como él mismo confiesa en una interesante entrevista con SPortal.rs, conocía al de Belgrado desde hace mucho más tiempo, concretamente desde su época como fisioterapeuta en la ATP.
"Empecé a trabajar para la ATP entre 2011 y 2012, así que nos veíamos de cuando en cuando. Como fisioterapeuta siempre he tenido varios objetivos desde que era un niño, y mi sueño siempre fue empezar a trabajar con 'el número uno'. Pasaron los años y, finalmente, en el año 2017 Novak me preguntó si quería unirme a su equipo para empezar a tratarle. Me invitó a ir a Roland Garros con él y desde entonces aquí estamos, juntos", recuerda un Badio que no descuida la enorme responsabilidad que su trabajo le otorga. A pesar de esa unión, casi de 'hermandad' que comparte con Novak, es un absoluto devoto de su trabajo y prioriza por encima de todo la relación profesional. Hay demasiado en juego:
"La responsabilidad que hay sobre un jugador de tenis como Novak es del 200%. Cuando tratas a un deportista así, de tan alto nivel, siempre puedes estar cerca de lesionarle. Debes conocer al detalle tanto su anatomía como tu profesión. Para mí fue muy importante tener una enorme experiencia en mi campo de trabajo y, en este caso, estar un poco más abierto a una filosofía más alternativa y holística. Trabajamos con él 24 horas al día. No puedo estar simplemente cuatro horas con él, en su entrenamiento, y verle antes del partido. Le sigo en todo momento, incluso cuando está sentado para ver cuál es su postura, o para saber cuánta agua ha bebido, o por si ha hablado con alguien por telefóno durante un buen rato: cada pequeño detalle importa y puede afectarle en el partido".
ULI, EL ALMA DEL EQUIPO
Djokovic siempre prioriza la salud y un estado físico óptimo por encima de todo lo demás. Se ve en sus declaraciones, poniendo esta cuestión por delante antes de opinar sobre cuánto tiempo le queda en el circuito. Por ello, es importante mantener cerca a un hombre 'mágico', que además de hacer su trabajo a las mil maravillas, también sabe cómo aportar ambiente detrás de los focos. "Cuando llegué al equipo sabía cómo trabajar y cuál era mi labor a nivel profesional, pero no cuál era mi rol dentro del equipo. Sin embargo, Novak y yo creamos un vínculo estrecho y nos empezamos a conocer desde el principio. Hubo una conexión importante entre nosotros". Veremos si Badio dirá presente en Nueva York, un posible próximo desafío que aún queda muy lejos para su pupilo.