Muguruza no quiere sustos en su debut en Melbourne
La hispanovenezolana solventó su primer duelo en el Open de Australia brillando en la red. En todo lo demás, rayó el notable ante una Burel que fue de menos a más.


El debut en un Grand Slam nunca es nada fácil. Si, además, sumamos a que llegamos al Open de Australia 2022 con varias semanas de inactividad en los mayores escenarios del mundo, si la presión añadida es un poco más pesada debido al magnífico desempeño a finales del 2021, y si la previa de este torneo en particular ha sido tan turbulenta, el compromiso para Garbiñe Muguruza en la mañana de hoy no era nada fácil. Ante eso, lo único que puedes hacer es identificar los problemas de tu rival, mostrar carácter y entender que lo importante es no desgastarte. Garbiñe lo hizo a la perfección ante una nerviosa Clara Burel, de menos a más pero sin opciones reales ante la consistencia de Garbiñe, que brilló en la red para arrancar su andadura en Melbourne con una muy buena victoria por 6-3 y 6-4.
El partido comenzó con un ritmo lento, bajo, en el que ambas jugadoras parecían medir las distancias y tratar de adaptarse al tenis de su rival. Especiales nervios podía sentir Garbiñe, favorita al título que abría su camino ante una jugadora que jamás había enfrentado, con la vitola de tener un gran futuro pero sin haber calibrado en previas ocasiones su ritmo de bola y velocidad ante la plana mayor del circuito. Así, el duelo empezó envuelto por un halo de fallos, intercambios cortos y un ambiente algo frío que Muguruza trató de romper al abrir fuego a través del primer break. No le duró demasiado: Burel jugó sus mejores intercambios del primer set para devolver la igualada al marcador.
A partir de ahí, Garbiñe tomó temperatura al servicio (imperial en la primera manga, metiendo un 76% de primeros) y la francesa se desangró a través de ese golpe. Su derecha, plana y demoledora en sus mejores días, no le estaba funcionando: atenazada por la situación, viendo que era incapaz de hincarle el diente a la hispanovenezolana, todo lo que fuese arriesgar con el servicio se convertía en un error automático. Solo un 35% de primeros dentro, hasta 7 dobles faltas y una importante retahíla de errores no forzados (17). El tenis de Clara no estaba brillando y daba vía libre a que Muguruza, con más oficio que brillantez, firmase un 6-3 para el que no tuvo que ponerse el mono de trabajo.
LA RED, LA GRAN ALIADA
Podría parecer mentira escribir estas líneas, pero lo mejor del segundo set lo firmaría Muguruza... en la red. Territorio de más dolores de cabeza que alegrías en el pasado, Garbiñe se vio obligada a acercarse a la zona de saque por un cambio radical de táctica en la raqueta de la gala. Burel recuperó algo de fuelle en sus servicios y empezó a ser más consistente con su derecha, variando alturas (no es una tenista de pura potencia, sin embargo, hoy fue incapaz de dictar sus patrones) para acabar finalizando los puntos con su golpe plano. Y, entre tanto, encontró en la dejada una buena forma de cortar el rimo de la hispanovenezolana.
Ello nos llevó a vivir los que probablemente fuesen los tres juegos más igualados del partido, los que discurrieron al inicio del segundo set. Después, Muguruza pareció detectar con facilidad los cambios de ritmo de Burel, que dejó varios passing shots de bella factura... pero ahí estaba Garbiñe para devolverlo absolutamente todo. Con varios bote prontos espectaculares (sirviéndose de su envergadura a las mil maravillas) y un par de voleas que dejaron al público con la boca abierta, la de Caracas encontró en la red un salvoconducto para sacar conclusiones muy positivas de un partido que, hasta esos primeros juegos del segundo parcial, había sido más bien gris (motivado, obviamente, por los muchísimos errores de Burel).
A pesar de vivir un momento irregular en el que concedió dos bolas de break en contra, Garbiñe cerró la puerta escudada en un saque acabó por marcar las diferencias. Ante los nervios y la inconsistencia de su oponente, Muguruza se mostró solvente y entendió perfectamente que la agresividad la llevaría a cerrar el duelo por la vía rápida, algo que finalmente conseguiría con una nueva rotura (6-3, 6-4). Antes, había desperdiciado varias bolas de partido al resto y entregado el que debía ser el turno de saque ganador, un pequeño lunar de inconsistencia en lo que había sido un magnífico segundo parcial. En vías generales, un buen inicio de torneo para ella, creciendo conforme el partido se puso difícil y mostrando mejoras en un área particular de su tenis. Si Muguruza enseña en próximos partidos el tenis desplegado en el segundo parcial, no duden que peleará por todo en la Rod Laver Arena.