
Toda una vida dedicada al tenis que hace poco cumplió 40 años. Solo algunas leyendas han firmado cuatro décadas sobre este mundo compitiendo, aún, profesionalmente: Roger Federer es una de ellas, aunque sus palabras dejan caer que, como es lógico, la llama cada vez está más cerca de apagarse. Fue una fecha especial para el suizo, alejado de la competición mientras que se recupera de molestias en la rodilla, y a la vez un día en el que reflexionar sobre su estado de forma anímico y personal en este momento de su vida.
En una entrevista a Schweizer Illustrierte, esta de carácter mucho más personal e introspectiva, Roger enumeró algunas de sus inquietudes personales que van más allá del tenis: esas cosas que, aún centrado en su carrera profesional, no puede hacer... pero que definitivamente cumplirá en un futuro. Además, habla sobre el 'peso' de los cuarenta años, la emoción que supone recibir felicitaciones de los que eran sus ídolos o de cómo compagina en la actualidad una vida familiar cada vez más ajetreada con lo que ocurre dentro de la pista.
Cómo celebró su cumpleaños
"Alquilamos una casa en Ibiza, España, y pasamos algunos días con nuestros seres queridos: Mirka, los niños, mis padres, algunos amigos. Todo bastante tranquilo, pero fue un cumpleaños especial: normalmente mi cumpleaños me pilla en un torneo o en mitad de alguna preparación, así que no tengo ninguna fiesta como tal. Te levantas por la mañana y dices "oh, es mi cumpleaños, bien". Esta vez fue especial, lo celebramos de una manera genial con una buena fiesta".
¿Algún regalo especial?
"A mis cuatro hijos les encanta hacer regalos manuales, dibujar, cosas así. Dibujaron muchas fotos para mí, junto a sus amigos. Esos son los regalos que mejor me hacen sentir. También me emocionó bastante un vídeo que hizo mi Fundación acerca de la edad de 40 años. Estaba lleno de mensajes de enhorabuena y de canciones hechas por niños de nuestros proyectos en Zambia, Malawi, Lesotho, Zimbabwe y Sudáfrica. Fue algo muy bonito".
Sobre ídolos y felicitaciones
"Todavía me conmueve cuando Sampras, Börg o Edberg se acuerdan de mí. Miré al teléfono y los tres se pusieron en contacto conmigo para felicitarme prácticamente a la vez. Es surrealista porque ellos fueron mis jugadores preferidos y mis ídolos cuando crecía. Si te soy sincero, estaba un poco entusiasmado con la idea de ver cuánta gente me felicitaba. ¿Más que después de una victoria en un Grand Slam? ¿Menos? Y realmente la cantidad de felicitaciones me abrumó. Me demuestra que todavía tengo amigos de verdad cerca de mí. Todavía tengo que responder a 50 mensajes, de hecho".
Sobre qué significa la edad de 40 años para él y si, de alguna manera, le da algo de miedo
"Los 40 están definitivamente lejos de los 20. Uno tiene la sensación de que ya no es un niño, que debe comportarse aún mejor. Cuando eras un niño pensabas que tener cuarenta años era ser muy viejo, y ahora no me siento de esa forma para nada. Es verdad que cuando oyes el número da un poco de susto, pero no me da miedo. Me levanté de la cama y, al fin y al cabo, todo estaba igual que antes. Pasa un poco igual como con el fin del milenio: se pensaba que todos los ordenadores iban a colapsar, que sería algo así como un 'big bang' y, sin embargo, comienza un nuevo día y no ha pasado nada. Creo que es una edad muy chula y tengo ganas de vivir lo que me queda por delante".
¿Qué cosas tiene planeadas para cuando se retire?
"Oh, hay muchas más de las que puedas imaginar. Está claro que a través del tenis he vivido muchísimas cosas, pero ahora me gustaría, de algún modo, apretar un botón de 'repetición' y vivirlo todo de nuevo sin el estrés y las obligaciones de cuando eres jugador. Me gustaría ir a ver la floración de los árboles de cerezo en Tokio, formar parte de las Finales de la NBA, NHL o NFL sin tener que preguntarme a mí mismo cómo encajan dentro de mi bloque de entrenamientos. Esas van a ser experiencias completamente nuevas. Me gustaría descubrir parques naturales impresionantes junto a mis hijos, Mirka y yo lo hemos querido hacer durante bastante tiempo...
Me gustaría, también, aprender a tocar un instrumento de nuevo: tocaba un poco el piano, ahora me gustaría probar el saxofón. También me gustaría aprender a esquiar en condiciones de muchísima nieve, dejé de esquiar hace doce años cuando tuve la mononucleosis. También me gustaría probar el snowboarding y el buceo por primera vez... cada vez todo eso está más cerca".
Más allá de sus méritos deportivos, ¿de qué está más orgulloso Roger Federer?
"Creo que la gente no puede imaginarse lo difícil que es compaginar bajo un mismo techo tu familia, tus hijos y tu carrera deportiva. Siempre dudas un poco de si es realmente perfecto. Sin embargo, desde hace doce años, cuando nacieron mis hijas, y cinco años después, cuando lo hicieron mis hijos, ellos me han hecho sentir orgulloso. Nunca hemos perdido la solidaridad como familia a pesar de vivir una vida especial, siempre he mantenido con Mirka nuestro círculo de amigos fuera del circuito, eso es mucho más de lo que jamás imaginé".