Andreas Seppi es uno de los tipos más constantes del circuito ATP. Si bien es cierto que nunca ha estado de cerca de alcanzar cotas como las del top-10, el tenista de Bolzano ha conseguido trazar una trayectoria envidiable, todo gracias a una regularidad y consistencia para firmar buenos resultados cada semana que no está a la altura de todos. Su nombre ha estado presente en casi todos los cuadros de Grand Slam durante la última década, no en vano... pero hasta él ha llegado a sentir la exigencia que el circuito ATP demanda.
Seppi se desahogó para Behind The Racquet en una texto que demuestra que, incluso para aquellos alejados de los mayores focos, la presión siempre está ahí, hasta el punto de hacerte perder los estribos y dejarte perder un partido. No hablamos de personalidades excéntricas como las de Kyrgios, no: un 'picapedrero' del circuito, como Andreas Seppi, también ha sucumbido a los nervios y ha dicho basta en pista. Lo relató, como decimos, en un texto que os dejamos traducido íntegramente a continuación.
"Mi peor momento fue el año en el que entré en el top-100. En 2005, tenía 21 años y tuve mi primer gran éxito en el circuito. Empecé el año como #140 del mundo; cuatro meses después estaba en el top-75. Tienes unas expectativas más altas y te pones más presión sobre los hombros. Un año después, me costó mucho defender los puntos del año anterior y salí del top-100 durante varias semanas. Este fue el único momento en el que dejé el top-100 en los próximos 12 años.
En 2010, me retiré de un partido sin ningún motivo. Gané el primer set y perdí el segundo en un tie-break. Perdía en el tercero y simplemente lo dejé. Siempre he sido un jugador al que le gusta pelear hasta el final, así que retirarme sin ninguna razón fue muy extraño. En un cambio de pista, le dije a mi entrenador: "Si pierdo el próximo juego, se acabó". Y lo perdí. Me retiré. Le dije al juez de silla que me dolía la pierna, que no podía jugar más. Después del partido, llegué a los vestuarios y entró mi entrenador.
Pensaba que estaría enfadado, pero se mostró tranquilo y me dijo que lo entendía. No me culpo por aquel partido. Llevaba ocho años en el circuito, compitiendo al máximo nivel y en un estado de adrenalina constante. Alcancé un punto en el que simplemente no podía más, y necesitaba descansar. Mi entrenador me dijo que podía descansar el tiempo que necesitase. Me extrañó que me hablase de esa forma después de un partido en el que me había dejado perder.
Perdía muchísimo por aquel entonces. Cuando pierdes tanto, quieres jugar más torneos porque necesitas conseguir puntos. Viajas a todos lados para jugar, jugar y volver a jugar. Pero disputar tantos torneos en aquel momento no fue la decisión correcta por mi parte. A veces es mejor parar durante un par de semanas y simplemente entrenar antes que volver al circuito.
Jugar tantos torneos seguidos sin tomarme un descanso fue un error, pero siempre se aprende de los errores. Después de aquel encuentro, dejé de jugar durante cuatro semanas y volví a empezar. De inmediato empecé a cosechar buenos resultados y alcancé las semifinales de dos torneos ATP".