
Las conversaciones sobre una posible unión entre ATP y WTA se intensifican cada vez más. La idea, propuesta por la ATP desde el mes de enero según Vasek Pospisil, tomó mayor fuerza en las últimas horas ante los tuits y el apoyo de Roger Federer y Rafael Nadal. A ellos se sumaron las palabras de Andrea Gaudenzi, el CEO de la ATP y un claro defensor de que la unión de ambos circuitos en una sola fuerza corporativa contribuiría a la expansión y el crecimiento del tenis.
La perspectiva que se abre al mundo del tenis es ciertamente interesante. ¿Qué supondría una unión entre ambos circuitos? Desde luego, uno de los aspectos que mencionaba Federer hacía caso a una cuestión meramente corporativa: compartir el mismo logo, la misma imagen de marca, mismos patrocinadores... es uno de los principales pasos a seguir y seguramente aclararía a los espectadores acercándolos a ambos circuitos. Eso sí, la gente busca soluciones de carácter, digamos, más práctico. Y es muy difícil concebir una unión sin que el prize money sea igualitario en los eventos mixtos.
Si esos eventos mixtos proliferan fruto de la unión entre ambos entidades, muchos campeonatos enfrentarían una situación inédita. ¿Cómo igualar el prize money para demostrar que la igualdad, la fusión entre ATP y WTA, es real? ¿Debe de bajar el dinero que reparte el torneo de mayor pedigrí o se debe igualar por debajo, inyectando billetes al evento que ofrece menos cantidad? Es un debate interesante que, para muchos campeonatos, se presentaría en forma de dilema. Uno de ellos es la Rogers Cup.
Como bien observa The Globe and Mail, este evento pone de manifiesto muchas de las disfuncionalidades fruto de tener dos circuitos separados. Tanto el evento ATP como el evento WTA son organizados por Tennis Canada, siguen la misma fórmula en cuanto a localización (sede rotatoria entre Montreal y Toronto) y presentan mismos patrocinadores y misma estética. Sin embargo, hay dos cuestiones muy importantes que no comparten: la categoría y los puntos que aportan a los tenistas que la juegan y, sobre todo, el dinero que ofrecen.
El evento ATP es un Masters 1000, otorgando 1000 puntos al ganador y de carácter obligatorio; la versión femenina es un Premier 5, un evento no obligatorio que aporta 900 puntos a su vencedora. Hasta aquí, quizás, no haya problema; convertir a la edición femenina en obligatoria, igualando las categorías de los eventos del circuito puede ser una tarea relativamente asequible. Sin embargo, cuando nos damos cuenta de que el torneo ATP hubiese repartido $5,7 millones por los $2,8 del evento WTA, empezamos a comprender lo complicado que puede resultar para algunos eventos conseguir que estos parámetros se igualen.
Desde Tennis Canada son perfectamente conscientes de ello y afirman que es un tema que se debate año tras año. Pero la realidad es que es difícil encontrar respuesta a esta diferencia. "En un mundo perfecto cumpliríamos todas nuestros requisitos, pero la Rogers Cup es nuestro generador de ingresos. Tenemos que hacer todo lo que podamos para acortar la brecha salarial, pero también, al mismo tiempo, asegurarnos de que tenemos dinero para nuestros programas, como los equipos de alta competición y las bases de nuestro tenis. Lo cierto es que es una conversación difícil para la que esperamos tener soluciones", admite Jennifer Bishop, la presidenta del Consejo de Administración de Tennis Canada. Lo cierto es que en los eventos de carácter más inferior, como Granby o Vancouver, la asociación ha conseguido igualar el prize money. El "pez gordo", sin embargo, es mucho más difícil.
El CEO, Michael Downey, se excusa siguiendo otros parámetros: "Es cierto que el prize money es diferente entre los dos eventos, pero el prize money como porcentaje de los ingresos brutos es prácticamente el mismo". Los contratos de televisión y los patrocinadores que rodean a las grandes estrellas se identifican como uno de los grandes factores para esta diferencia. "Queremos ayudar al circuito WTA, sin dudas. ¿Cómo pueden hacer crecer los contratos de televisión a nivel global? ¿Cómo podemos mejorar nuestro evento un poco más? Sería una victoria para todos que vendiésemos más entradas, que tuviésemos más contratos de TV y más patrocinadores, porque eso forzaría al prize money a crecer siguiendo la fórmula".
Es una fórmula complicada. Los otros torneos mixtos que se topan con la misma disfuncionalidad que el torneo canadiense ven cómo el evento masculino supera ampliamente en ingresos al femenino, caso de los torneos de Cincinnati y Roma. Indian Wells, Miami y Madrid gozan de igualdad al ser eventos femeninos Premier Mandatory, y solo el torneo de Beijing ve cómo las chicas tienen un prize money superior... ya que el torneo ATP es un 500.
Los patrocinadores son uno de los principales reclamo y una de las soluciones a este dilema. Recordemos el caso de Shiseido, que convirtió a las últimas WTA Finals en el torneo más lucrativo de ambos circuitos gracias a una ingente inyección de dinero. Pero la conclusión que saca Steve Simon, el CEO de la WTA de este tema parte de una premisa mucho más sencilla: cultural, de sociedad. "Si entras en una sala de juntas hoy en día, es difícil mirarlos a los ojos y hablar de tu producto de la misma forma que hablarían si fuese masculino. Es simplemente un hecho. Tenemos que cambiar esas percepciones. Es un trabajo de nosotros, como sociedad. La gente tiene que estar dispuesta a verlo de forma igualitaria para que aumenten las inversiones detrás del circuito". ¿Conseguiría una unión entre ATP y WTA ese objetivo? Solo el tiempo lo dirá.