Sin sufrimiento no hay gloria. Esa máxima es la que se tendrá aplicar para extraer cosas positivas del partido de Rafael Nadal ante un Federico Delbonis que ofreció una magnífica imagen en la segunda ronda del Open de Australia 2020. El triunfo en tres mangas debe servir al español para adquirir ritmo competitivo, después de casi tres horas de intenso encuentro, detectar posibles debilidades de cara a siguiente rondas y demostrar a sus rivales que aunque sus sensaciones no sean las mejores, emerge con decisión en los momentos decisivos y que para vencerle hay que hacer casi un milagro. El balear se vio atrapado en una maraña de puntos de break desaprovechados que fue mermando su confianza y haciendo saltar las alarmas, especialmente en el segundo set, pero consiguió cerrar el partido por 6-3 7-6 (4) 6-1.
Enfrentarse a un zurdo no es la situación predilecta de Nadal, y menos ante un jugador aguerrido y con tiros con mucho peso y efecto liftado, como es el caso del argentino. Delbonis luchó lo indecible desde el inicio y la primera manga se vio marcado por un segundo juego que duró casi 20 minutos y en el que consiguió eludir las embestidas del balear. Perserveró Rafa, jugando con más consistencia que agresividad, y consiguió decantar la balanza de su lado en el siguiente turno de saque de su rival. No dio concesiones al servicio y siguió teniendo oportunidades para ampliar la ventaja, pero la renta, aunque exigua, terminó siendo suficiente.
Fue un triunfo parcial que hacía esconder ciertas dudas. Y es que Rafa no lograba imprimir la dirección y profundidad habituales a sus golpes y veía como Federico estaba más cómodo de lo normal. Comenzó a crecerse el argentino que hizo que se encendieran las alarmas en algún momento del segundo parcial. Nadal seguía generándose oportunidades al resto, pero se encontraba con la férrea oposición de su contrincante y ver cómo las bolas de break perdidas caían en un flujo inagotable generaba cierta ansiedad. Llegó a estar el balear con 1/18 en pelotas de rotura, y así llegó al tiebreak. Emergió su figura imponente de leyenda del tenis para decantar la balanza de su lado y cercenar el sueño de Delbonis.
El argentino claudicó ya en el tercer set, carente de la energía física y mental necesarias para seguir con el pulso apasionante que había mantenido con el español. Terminó con confianza el español, tirando con más fuerza y poniendo de manifiesto que salir de situaciones complejas no hace sino reforzar su moral. Triunfo importante para Rafael Nadal, que pisa la tercera ronda del Open de Australia 2020 y se medirá en dicha ronda a Pablo Carreño. Las dudas que ha tenido en algunos tramos del partido se acaban diluyendo con el triunfo en sets corridos y la sonrisa del balear al terminar el encuentro. La aventura del número 1 del mundo en Melbourne continúa su curso.