Los expertos plantean una política de calidad del aire para el Open de Australia

El responsable de sanidad del estado de Victoria plantea medidas preventivas para salvaguardar la salud de los tenistas.

Carlos Coll | 15 Jan 2020 | 16.00
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Los expertos plantean una política de calidad del aire para el Open de Australia. Foto: AJplus
Los expertos plantean una política de calidad del aire para el Open de Australia. Foto: AJplus

Las condiciones atmosféricas en Melbourne no mejoran. Por ese motivo, el doctor Brett Sutton, responsable de sanidad del estado de Victoria, según recoge The Age, ha planteado a Tennis Australia una serie de medidas preventivas para no exponer la salud de los tenistas que disputarán el Open de Australia.

Dificultad a la hora de hacer estimaciones. "Tennis Australia necesita poner en marcha una política de calidad del aire. Estoy encantado de trabajar con ellos. No puedo hacer un informe sobre cuáles podrían ser los límites individuales, porque eso depende de la capacidad de aislamiento de un espacio concreto y de los sistemas de filtración".

El objetivo es proteger a los tenistas. "En cualquier caso, creo que necesitan considerar en base a unos límites que vayan desde "mala calidad del aire" hasta "peligro para la salud", cuáles son las alternativas disponibles con el objetivo de proteger a la mayor cantidad posible de jugadores".

El doctor Sutton establece una analogía con las medidas que se plantean en caso de lluvia. "Si una gota de lluvia cayera en la pista, se consideraría demasiado resbaladizo para jugar y sería un riesgo que los jugadores saltaran a la pista".

Toque de atención para los asesores. "El día de ayer fue un auténtico aprendizaje para los organizadores. Tennis Australia como organización es muy consciente de estos problemas, tal y como se pudo ver con el cambio de sede en el Challenger de Canberra debido al humo. Pero ayer, los expertos que asesoraron a la organización no fueron demasiado precavidos en su labor".

Articulación de una nueva normativa que regule esta situación. "Es la primera vez que algo así sucede y, a veces, estos incidentes requieren de una mirada realista sobre que normas y procedimientos deben aplicarse. Lo que se requiere ahora en esta nueva realidad es la articulación de nuevas normas en torno a la calidad del aire. No debe ser algo demasiado difícil de hacer".

Incertidumbre acerca de los efectos concretos del humo. "Estar expuesto a niveles de contaminación altos durante demasiado tiempo incrementa el riesgo de impacto sobre la salud. No obstante, resulta complicado calcular cuáles son exactamente esos riesgos, debido a la falta de investigación a largo plazo sobre el humo de los incendios forestales. Es un área desconocida en términos de impacto. Todo lo que podemos decir es que cuando hubo niveles de humo demasiado altos en Sydney, vimos un aimento del 25% en las afecciones respiratorias en los hospitales y un incremento del 30% en las llamadas a las ambulancias. Debemos ser muy cautelosos. No tendría sentido no tomar medidas de precaución. Por lo tanto, lo más razonable es permanecer dentro".