Sabalenka habla de sus aspiraciones en tierra batida, problemas con Tursunov y frustración en la derrota
La bielorrusa desvela sus expectativas en tierra batida y transmite curiosos episodios con su entrenador y tras derrotas dolorosas.


Resulta chocante ver cómo todo un referente del tenis femenino tras su meteórica eclosión el pasado año, ha sido capaz de obtener el ansiado Sunshine Double en el mes de marzo en la modalidad de dobles femenino. Aryna Sabalenka se ha ido de Indian Wells y Miami con sendos títulos bajo el brazo, los cosechados junto a su compañera Elise Mertens. Dos de las jóvenes con mayor potencial del circuito WTA se resisten a abandonar una disciplina donde se sienten cómodas y que emplean como fuente de aprendizaje para su desarrollo tenístico y personal. El pasado año, Sabalenka tuvo un tramo de temporada en el que parecía inabordable. Campeona en New Haven y Wuhan, se erigió en un diamante en bruto que estaba siendo bien pulido por Dmitry Tursunov.
Meses después, luces y sombras se han sucedido en el tramo inicial de una temporada en la que Aryna ha logrado acceder al top10, a pesar de su rendimiento mejorable en los grandes torneos. Campeona en Shenzhen, no pasó de tercera ronda en el Open de Australia 2019, perdió en octavos de final en Indian Wells ante Kerber y sucumbió a las primeras de cambio en Miami. Pero si hay una derrota que haya dolido a la bielorrusa, fue la encajada ante Belinda Bencic en Doha, en el tiebreak del tercer set. "Tuve seis puntos de partido, fue muy frustrante perder. Lloré como una loca cuando llegué al vestuario, pero extraje importantes lecciones de ese partido", reflexiona una mujer con una asombrosa capacidad para encontrar golpes ganadores.
"Me di cuenta de que no puedo jugar tan ansiosa por ganar puntos rápido. Debo poner presión en mis rivales y no tener prisa por conseguir un winner. A eso también me ayudó la derrota ante Angelique Kerber", dice una Sabalenka cuya relación con Dmitry Tursunov se resintió mucho en ese encuentro. "Tuvimos una fuerte discusión antes del partido. Me estaba diciendo muchísimas cosas justo antes de salir a pista, y le reproché que lo hiciera así. Estaba saturada y le dije que ya sabía lo que me estaba contando. Cuando solicité su presencia en el banquillo durante el partido, se negó a bajar porque dijo que si ya lo sabía todo no podía ayudarme. Fue una situación difícil", señaló en palabras recogidas por la web de la WTA.
Las expectativas eran muy altas respecto a esta mujer de 20 años, cuyo potente físico le convierte en una rival a batir para cualquiera. Ahora llega a la gira de tierra batida con una sensación de cierta desconfianza solo matizada por su buen hacer en dobles. "Podría haberlo hecho mucho mejor estos meses, pero de nada sirve arrepentirse. Estoy tratando de mejorar cada día y voy teniendo buenas sensaciones". Su rendimiento histórico en tierra batida no es nada bueno, siendo Roland Garros el único Grand Slam donde no ha conseguido ganar ningún partido. "Estoy moviéndome con más agilidad y ya sé qué debo hacer para ser más competitiva. Tengo que asumir la iniciativa sin precipitarme y estar preparada para tener que trabajar mucho los puntos jugando con margen", señala antes de acreditar en quién se inspirará para progresar.
"El ejemplo a seguir es Kiki Bertens. Es una jugadora muy agresiva capaz de hacer un gran tenis en arcilla. Necesito analizar de ella y aprender de su manera de afrontar este tramo de año", desvela una Aryna Sabalenka cuyo margen de mejora sigue estando en el aspecto mental, para lo que trabaja con un psicólogo. "Sigo frustrándome con facilidad, pero he mejorado mucho gracias a ello. Si ves partidos míos hace unos años... Estaba completamente loca. Voy a seguir esforzándome por mantener la calma y concentración mucho más". Muy interesantes y sinceras reflexiones de la bielorrusa, que quiere dar la campanada en una gira donde apenas defiende puntos cosechados el pasado año, siendo el torneo de Lugano el único donde consiguió pasar de primera ronda, llegando a la final. Se le exigirá mucho más en este 2019, que ha inaugurado en cuanto a tierra batida compitiendo en el WTA Premier Charleston 2019.