Cualquier mínimo detalle puede cambiar todo en un deporte de máxima precisión como el tenis. Nadie que no haya jugado a un alto nivel podría sospechar la gran influencia que pueden tener nimios detalles, y el caso de las pelotas con las que se juega, no es precisamente una bagatela. El intenso calor imperante en Australia en estas fechas obliga a que la pelota tenga una alta resistencia, y no pierda bote ni velocidad con el paso de los juegos. Wilson ha sido la marca escogida por TennisAustralia durante años como bola oficial, pero en este 2019 se decidió cambiar a Dunlop.
Craig Tiley, director del primer Grand Slam del año, aseguró que la nueva pelota sería del agrado de todos los jugadores, habiéndose asegurado de su "consistencia, calidad, velocidad y durabilidad", al haber trabajado estrechamente especialistas de muy diversas áreas. "Estamos impresionados con el resultado obtenido por Dunlop después de muchos meses de trabajo conjunto. Muchos jugadores la han probado y están muy satisfecho", aseguraba hace unas semanas el australiano. Sin embargo, la pelota ha entrado en circulación ya en exhibiciones como la de Kooyong Classics o el World Tennis Challenge de Adelaida, así como en la fase previa del torneo y el playoff entre jugadores locales por un puesto en el cuadro final, y los resultados no parecen ser de un apoyo masivo a la nueva pelota.
"Estamos muy acostumbrados a jugar con Wilson y se nos está haciendo un poco raro. Hay una ligera variación del ritmo y una propensión a que la pelota quede muerta y pierda efectos rápidamente", asegura Kimberly Birrell, ganadora del playoff femenino, apoyándose en un informe detallado realizado por Cairns Post, en el que se recogen varios testimonios de jugadores que apuntan en la misma dirección. Sin embargo, la cuestión se ha viralizado con los comentarios de Bernard Tomic, que ha tomado contacto con la nueva pelota en la exhibición de Kooyong Classics.
El díscolo jugador australiano no se mordió la lengua y criticó amargamente el resultado de la nueva pelota oficial del torneo. "No sé qué ha pretendido hacer el torneo con este cambio, pero el resultado es terrible. Creo que ni siquiera se pueden calificar como una pelota de tenis de competición. Da la sensación de que se han querido abaratar costes, porque esta pelota no encaja para nada en lo exigible", señaló. También ha habido voces más benévolas, como la de Ashleigh Barty, quien ha roto una lanza por Dunlop. "No las veo muy diferentes de las anteriores, tienen buen ritmo, la verdad es que me gustan".
Es preciso recordar que hace unos meses, el mismísimo Roger Federer reclamó que se unificaran las bolas durante todo el año. Curiosamente, Dunlop es la pelota mejor valorada por jugadores y ex-jugadores, según asevera Kiyoshi Ikawa, directivo de dicha marca, en declaraciones recogidas por TheAge. Desde TennisAustralia ya se esperaba que pudiera haber críticas, como confirma el hecho de que Craig Tiley dijera hace unos meses que esto podría emplearse como excusa. "Los jugadores que pierdan un partido echarán la culpa a la pelota porque es algo nuevo". ¿Qué deparará este debate con el Open de Australia 2019? ¿A quién beneficiará?