La temporada 2019 ya está en marcha y, aunque solo llevamos unos días de acción, el público ya tiene ganas de descubrir a los nuevos talentos que tienen algo que decir este nueve año. O si no fuera posible, de seguir disfrutando de las raquetas que ya se presentaron en multitud hace doce meses. Destanee Aiava, nacida en el año 2000, se convertía en el pasado Open de Australia en la primera mujer del nuevo siglo en competir en un Grand Slam. Allí le tocó bailar con la más fea, Simona Halep, pero su rendimiento bastó para ganarse una WC este calendario. La de Melbourne habló con el diario The Age acerca de todas estas emociones y sobre la presión que conlleva ser una futura promesa pese a todavía tener 18 años.
“Realmente disfruté de aquel partido, era la primera vez que jugaba en la Rod Laver Arena. Simona fue demasiado buena aquel día, pero aprendí muchísimo de aquel partido, me empujó durante el resto de la temporada y me ayudó a ser mejor”, recuerda la actual número 247 del mundo acerca de ese encuentro donde el mundo del tenis descubrió sus aptitudes.
“He mejorado mucho con respecto a ese partido, probablemente ese sea todavía mi objetivo a estas alturas del camino, mejorar más y quizás ganas un par de rondas en el Open de Australia. Sé dónde estoy en este momento y sé que soy capaz de hacerlo”, acompaña Destanee, quien vio cómo su nombre empezaba ya a sonar en el mundo del tenis desde que cumplió los 16 años. ¿Demasiado pronto?
“Existe mucha expectativa con lo que viene por delante, pero esto siempre lo he tenido, especialmente cuando llega el verano australiano. Aquí todos queremos actuar y jugar bien, pero hay que saber echar este pensamiento a un lado y no prestarle demasiada atención, es mi trayectoria profesional y nadie puede decirme qué puedo o qué no puedo hacer. Todo depende de lo que haga en la cancha el día del partido”, señala la joven australiana.
Lo más importante, como siempre a estas edades, suele estar en rodearte de un círculo íntimo exento de personas nocivas. “Me acompaña un grupo pequeño que me mantiene humilde, todos son grandes personas, me gusta conservar un círculo pequeño a mi alrededor. El mundo del tenis está demasiado loco, pero también he aprendido mucho de esas experiencias y ahora sé cómo actuar”.