El tema del coaching siempre ha sido motivo de debate en el tenis, sobre todo en los últimos años cuando ha habido ciertos cambios en el reglamento en la rama femenina y se ha perseguido su realización durante los partidos, viendo en los últimos tiempos un mayor número de warnings por este motivo. Lo ocurrido el pasado fin de semana y la polémica surgida a raíz de aquello obliga a los dirigentes a sentarse y establecer una solución para que exista una regla general sobre el coaching y que evite un nuevo incidente como el producido entre Mouratoglou, Serena y Carlos Ramos.
El entrenador de la ex-número 1 del mundo fue cazado dándole instrucciones a su jugadora y el juez de silla le dio un warning a la menor de las Williams. Eso fue el origen de todo. Aunque ella no dejó de defender que sólo le había levantado el pulgar para decirle que todo estaba bien, Patrick reconocía a los micrófonos de la ESPN al término del partido que sí había hecho coaching pero argumentaba que todo el mundo lo hace y no todos reciben una sanción por ello. Puede que el entrenador esté en lo cierto pero que no siempre se pite no significa que no vaya contra las normas.
[getty:1029437950]
Lo primero que deben hacer desde la ITF, ATP y WTA es poner una solución a este debate. Desde hace unos años, el circuito femenino permitió que las jugadoras pudieran hacer bajar a sus entrenadores en algunos descansos y poder hablar con ellos en el banquillo. Esto sólo está permitido en los torneos WTA y no en los Grand Slams. Mientras, la ATP continuó prohibiendo que el jugador se comunicara con su entrenador. Hay muchos que no entienden por qué no pueden hablar con su coach cuando precisamente están pagándole para que les pueda ayudar. Esto obliga a que muchos tenistas creen códigos de lenguaje entre los dos para que, entre señas, el entrenador pueda decirle qué le falta o qué necesita el tenista en esos momentos.
Poder permitir el coaching y que el entrenador baje a pista también tiene sus enemigos. Aquellos de ranking más bajo y que no pueden permitirse el pagar a un técnico verían con malos ojos que sus rivales pudieran hablar con su coach mientras ellos no. Bastante desigualdad tienen ya, de por sí, como para ponerle alguna más. No les faltaría razón, aunque tampoco les falta verdad a aquellos que defienden el que han invertido un dinero en su entrenador para que luego se encuentren sin ideas en cancha y no olvidamos que el tenis siempre ha sido un deporte de jugador contra jugador y los más clásicos no verían con buenos ojos que nadie recibiera ayuda externa.
Así pues, existen varias inclinaciones en este tema lo que evita un consenso general. El debate es intenso y va a ser muy difícil poner a todos de acuerdo respecto a este tema. ¿Cómo se puede arreglar el coaching en el tenis? ¿De verdad existe una solución o seguiremos viendo casos como el de Serena y Ramos?
[getty:1029421850]
Es evidente que nunca habrá una medida que guste al 100% de la gente pero si prácticamente todos los entrenadores hacen señales a sus jugadores, lo más lógico sería permitir que esto sea legal, en primer lugar, y luego, favorecer que todos los jugadores pudieran tener un entrenador y esto supondría que aquellos situados entre los puestos 300 y 150, más o menos, tuvieran más ganancias para poder permitirse contratar a un técnico. Es decir, mayor apoyo al circuito Future y Challenger. Es cierto que el tenis de toda la vida se ha llevado a cabo con el jugador solo en la cancha pero como todo deporte, debe evolucionar hacia los tiempos modernos y eso, bien vendido, podría incluso ayudar a expandir conocimientos ya que escuchar lo que el coach le dice a su jugador permitiría a la gente aprender más sobre tenis. Quizá, ésa sea la solución más inteligente a todo este tema.