Paco Fogués: “Si llega el día en que vea que David ya no puede dar más, seré el primero en decírselo”

El técnico de David Ferrer analiza el momento actual del jugador y confiesa cuál sería su deseo: “Que sea él quien decida cuándo retirarse”.

Fernando Murciego | 12 May 2017 | 08.15
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
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Hablar del final no tiene por qué ir acompañado de miedo ni eufemismos. Eso lo sabe perfectamente el team de David Ferrer, empezando por su principal entrenador, Paco Fogués (Valencia, 1977). Aceptando la nueva situación pero sin dejar de valorar todo el camino, el valenciano compartió sillón con Punto de Break para analizar los motivos de este bajón competitivo, los deseos en este último sprint y las sensaciones, todavía lejanas, de esa fecha definitiva que esperemos tarde en llegar. Fogués, hombre de pocas entrevistas pero de muchas palabras, nos ayuda a entender el contexto completo con la mayor naturalidad y transparencia posible.

Octavos de final en Madrid perdiendo ante Kei Nishikori, el primer top10 con el que jugáis esta temporada.

Ha sido un partido muy disputado y de gran nivel por los dos jugadores pero Kei ha merecido la victoria. David ha estado algo impreciso al inicio, nervioso, Nishikori ha impuesto un ritmo muy alto y David solo ha podido recuperar uno de los dos break. Luego en el segundo set ha estado mejor. No sé hasta qué punto ha podido influir las condiciones de la pista con el techo, pero aun David jugando un buen tenis, Nishikori ha sido superior.

¿De qué modo afecta la retirada de Tsonga en segunda ronda?

Está claro que es mucho mejor ganar en pista, aunque tampoco vamos a negar que, cuando te dan la noticia, te alegras (risas). Es un partido más, una ronda más a la que llegas más descansado. Por supuesto que esperamos que Tsonga se recupere cuanto antes y llegue en buenas condiciones a Roland Garros.

Cuesta hablar del momento de David.

Es un momento difícil, pero no tiene por qué ser incómodo al hablar, es una etapa diferente a lo que David ha estado acostumbrado a vivir en los últimos años. Intento buscar a un jugador que con su ranking que haya podido ser tan regular como él durante los últimos diez años y me salen pocos. Es verdad que le han respetado las lesiones y quizá por eso haya estado a un nivel tan alto; ahora está teniendo una mala racha de resultados y algún pequeño problema físico.

Es ley de vida.

Es un momento que tenía que llegar. Acaba de cumplir 35 años después de una carrera muy exigente y llena de partidos. Está a una victoria de cumplir los 700 triunfos ATP en más de mil partidos, es normal que ya no tenga la misma chispa que antes, está viviendo una etapa nueva y hay que saber asimilar algunas derrotas que no había tenido hasta día de hoy. Lo está llevando bien, lo ha aceptado, son momentos de la vida del jugador que, por suerte, David los está viviendo muy al final del camino.

Estoril y Madrid han cambiado un poco el panorama.

Estoril ha podido ser el punto de inflexión. Aquí con Kukushkin empezó mal pero acabó bien, son ese tipo de partidos que se necesitan para cambiar estas dinámicas. David en su carrera ha ganado muchos partidos como éste, solo que últimamente no se estaban dando. El camino que lleva ahora es bueno y pensamos que le puede ir mejor los próximos meses. Aunque siendo realistas sabemos que ya no aspiramos a estar en números o rankings de tiempos pasados. Lo que David quiere es seguir siendo competitivo el tiempo que le quede.

¿Hay algún factor concreto que haya causado este bajón?

Es un cúmulo de cosas. En el apartado físico tuvo unas molestias en el codo durante 2016 y este año unos problemas más importantes en el tendón de Aquiles. Sin llegar a ser lesiones graves sí que le han podido limitar un poco. Luego está la evolución del tenis, gente joven que hace nada les estaba costando llegar y ahora ya están aquí: Kyrgios, Thiem, Pouille, Zverev… Ya se empieza a ver el cambio generacional. David está marcado por toda la exigencia de su carrera, que ahora tenga un pequeño bache es normal. El tiempo dirá si es definitivo, nosotros lo único que hacemos es intentar superarlo para alargar su carrera lo máximo posible. De momento él se sigue sintiendo competitivo y todavía disfruta del circuito.

En Barcelona nos contó en rueda de prensa que lo del tendón era serio, algo crónico que hasta le impedía correr.

David en su día a día ya no puede hacer carrera continua, pero es que pocos jugadores habrán corrido lo que él. Ya no solo en pista, sino en su preparación física. Ahora ya no puede correr en asfalto o incluso en cinta pero nos centramos más en el trabajo de prevención y fuerza.

Tú que le has seguido durante toda su carrera, ¿en qué aspectos puramente tenísticos ves que ya no es el David de antes?

Puede que la derecha no sea tan definitiva como hace unos años. Era el arma con lo que hacía más daño. Ahora ya no puede hacer tantos metros de más para cubrirse el revés y coger la derecha. Todo va más rápido y no se puede desgastar tanto. Su derecha sigue siendo su punto fuerte solo que ya no es tan definitiva porque no pega tantas como antes.

Otro factor importante que se ha podido notar es que ya no es tan rápido al resto. Él siempre ha tenido de los mejores porcentajes al resto y, a día de hoy, los números nos muestran que ya no está restando como antes.

David siempre dice que lo que quiere ahora es disfrutar, jugar y ser feliz en pista. Sinceramente, siendo cómo es él de competitivo, cuesta creerlo.

Totalmente. Él está tratando de disfrutar del tramo final de su carrera pero no es fácil. Tenistas como él guardan un instinto competitivo innato que les acompañará hasta el último día, incluso después. Le sigue doliendo mucho la derrota, es más, el día que no le duela dejará de jugar.

¿Qué más puede hacer un entrenador cuando ve que, pese a la ilusión y el empeño, los resultados no llegan?

No es fácil, la derrota es dolorosa para todos. Ante todo hay que intentar mantener la calma, también entra en juego la manera en la que pierdes, si has estado más o menos competitivo te afectará de una forma u otra. Luego también depende del tiempo que haya hasta el próximo torneo, en Estoril perdemos un sábado y en Madrid nos toca jugar lunes/martes. No podemos ni dejar pasar 48h porque el tiempo se te echa encima. Guardar la calma, darle tiempo al jugador, analizar luego el partido y ver qué se puede mejorar. Si ahora le están yendo un poco mejor las cosas es porque él sigue creyendo y entrenando con la misma ilusión, intentando buscar soluciones.

Dices que no todas las derrotas son iguales. En la prensa hay veces que solo nos quedamos con lo básico: “Ha ganado, bien; ha perdido, un desastre”.

El jugador estará afectado en la manera en que se haya dado esa derrota, que luego la prensa lo valore o no… Si el partido ha estado muy igualado y has tenido opciones, seguramente que te duela más; por otro lado, tú sabes que si has estado tan cerca y tienes el nivel, entiendes que la victoria está cerca, si te han pasado por encima es que tu nivel no está donde querrías.

En 2015 ganó 5 títulos, temporada espectacular. ¿Cómo puede haber un bajón tan severo de un año para otro?

Quizá desde fuera se pueda ver así pero no estoy de acuerdo. Es cierto que si miramos solo los números: 2015, cinco títulos; 2016, cero títulos y cero finales. En ranking él acaba #7 en 2015 y #21 en 2016, no es que se haya ido del #7 al #87. Tiene 35 años, ahora mismo está #30. Como entrenador yo no lo veo tan negativo, ni mucho menos. David podría estar perfectamente en cualquier escalón de entre los cincuenta primeros, pero pensamos que puede mantenerse entre el top20 o top30.

¿Importa el ranking en este momento?

Él es consciente del riesgo que hay de no entrar ya como cabeza de serie en los torneos pero sigue teniendo ilusión por subir, pero ni mucho menos piensa en volver a estar top-10, por ejemplo, eso no. La ilusión es seguir siendo competitivo consciente de que los números son los que son, el tenis es un deporte muy justo en ese aspecto. Se irá el día que ya no se sienta en ese nivel alto para competir.

Juego cada partido como si pudiera ser el último”. Lo dijo David hace poco en una entrevista. Asusta.

El tenis no se deja de un día para otro, otra cosa es que tuviera una lesión importante. Sí es verdad que siempre puede haber un partido en el que llegues al límite pero siempre viene precedido de un período de dudas, suele ser una decisión que te viene persiguiendo tiempo atrás.

Ferrero, por ejemplo, me contaba que al perder en Umag 2012 se dio cuenta de que aquel sería su último partido. En tu caso, ¿te costó tomar la decisión.

Yo también tuve esa sensación de en ‘X’ partido saber que sería el último. Ferrero ha sido el mejor tenista valenciano de la historia y yo he jugado a mi nivel, a años luz. Recuerdo arrastrar unos meses de querer y no poder, de que tu cuerpo paga el precio de las lesiones. Me acuerdo que fue en un Future en Yecla al que fui con ganas de hacerlo bien y poder recuperarme, pero salí de ese partido sabiendo que sería el último.

¿Y no volviste a jugar?

Seguí jugando pero no volví a competir. Eso sí, te aseguro que no fue de un día para otro, fue después de unos meses muy duros.

¿En algún momento te has encontrado a David en ese punto?

No. Han habido derrotas duras en las que él se ha sentido lejos de su nivel, derrotas que le han hecho mucho daño y no por el rival, sino por la forma. Derrotas que le han generado dudas pero sin llegar a plantearse la retirada. El inicio de año no ha sido bueno pero estamos en mayo, ahora mismo está #30 y queda mucha temporada. No sabemos lo que puede ocurrir, pero yo diría que ese momento de la retirada todavía está lejos.

¿Piensas que se está dramatizando demasiado desde fuera? Quizá es lo que tú dices, que la situación no es tan mala como se pinta.

Totalmente de acuerdo. Se puede magnificar hasta cierto punto por la carrera que ha tenido pero tiene 35 años y en 2016 acabó #20 y ahora está #30. Encima pierde cuatro partidos y todo se multiplica. Con Nadal ya pasó algo parecido, a la que dejó de ganarlo todo parecía que lo estaban enterrando, es una temeridad decir que por una mala racha alguien pueda estar acabado. Algo parecido ha podido pasar con Federer, salvando las distancias. Con estos jugadores a veces se excede un poco. Por supuesto que David ya no está como estaba, pero de ahí a que esté acabado es algo que no comparto.

¿Hasta dónde crees tú que merece la pena sufrir? ¿Serías capaz de, en el peor de los casos, aconsejarle poner punto y final?

Reconozco que es una conversación que hemos podido tener. El día que crea que ya no es competitivo o que ya no está al nivel que merece se lo diré. Independientemente del ranking, el día que eso ocurra yo seré el primero en decírselo, aunque también te digo que él lo va a sentir, no hará falta que se lo diga su equipo.

De todas formas, por muy mal que uno puedo estar, siempre existe una opción, por pequeña que sea, de recuperarse y volver arriba. Es un tema de fe.

Pero también llega un momento en el que todo se empieza a hacer más duro, como el viajar. Más allá de ganar más o menos partidos, de subir o bajar en el ranking, hay que entender que él lleva casi 20 años de carrera y llega una etapa en la que te empiezas a plantear otras cosas. El momento llega cuando sientes la llamada de otros objetivos fuera de la pista, seguramente porque aquí ya los has cumplido todos, o casi todos.

De Federer y Nadal también se habló mucho y fíjate ahora cómo están. Pueden ser dos buenos ejemplos a los que aferrarse.

Por supuesto que le puede servir y ayudar en este momento pero estamos hablando de Nadal y Federer. Han sido los mejores y para mí lo siguen siendo, casi podríamos decir que los dos más grandes de la historia. David los tiene como referencia pero sabiendo que su caso no está para volver a ser #3 ni a estar top10. Sí para encontrar su sitio, un lugar acorde a su carrera y su nivel.

Desde fuera notaréis seguro la presión y en algunos momentos la crítica de la prensa. ¿Sentís también el calor? Entre tú y yo, no sabes las ganas que tenemos de contar que las cosas os están yendo bien.

Por supuesto que lo sentimos, David es el primero en reconocerlo y dar las gracias porque siempre se ha sentido muy bien tratado. Vosotros esperáis que gane un torneo o que no se vaya atrás y nos llega, pero a lo mejor también se le tendría que valorar todo lo que ha hecho y entender el por qué ahora ya no es tan fácil que lo vuelva a hacer. Pasa también con Nadal, ganar nueve Roland Garros, diez Montecarlo o diez Godós es una locura. Lo que ha hecho David, ganando 26 títulos, es otra barbaridad. Más que querer que vuelva a ganar -que nosotros somos los primeros en quererlo-, a veces también se debería valorar más todo lo que ha conseguido.

Si pudieras pedir un deseo relacionado con éste final de carrera, ¿qué te gustaría?

Muy fácil. Que lo sigan respetando las lesiones y que él pueda decidir cuándo deja el tenis, que no sea un problema físico el que le obligue a colgar la raqueta.