Aunque ahora figuran en un banquillo y la época actual está rebajada de la tensión y el vocabulario que mandaba en las ruedas de prensa de los años 80, no se puede descartar que McEnroe, Lendl y Becker abran la mano en determinados momentos y verbalicen algunos de sus pensamientos en pos de desestabilizar el equilibrio de sus oponentes. Aunque la contratación de Lendl como nuevo entrenador de Murray no ha terminado de relacionar ese posible duelo verbal, McEnroe no ha tardado en tirar el primer aviso.
Aunque el paso del tiempo ha enfriado todo ello, la relación entre McEnroe y Lendl fue seguramente la más tensa que se recuerda en la Era Open. Sus enfrentamientos siempre figuraban entre los más complicados a nivel emocional y fuera de ellos siempre cruzaban frases nada apetecibles. Con Borg retirado, ambos protagonizaron la gran rivalidad 82-85. Sin tregua y sin casi paz posterior, norteamericano y checo labraron una rivalidad hoy prácticamente imposible de repetirse, más propia del mundo del boxeo.
La juventud de Lendl comenzó a cuestionar el reinado que McEnroe confirmaría en 1984, ya sin Borg, y desde que ambos compartieron cima y duelos en grandes citas, los temperamentos cruzaron, chocaron y se agredieron verbalmente sin descanso y con mala uva. "Con Borg nunca tuve un problema fuera de la pista. Él me eligió como su protegido. Hoy seguimos siendo amigos. Con Lendl jugamos algunos partidos increíbles, pero luego éramos incapaces de comunicarnos".
Algunas de las frases de BigMac hacia Ivan llevaban todo el peso de la baba que se desprendía en aquellos años. "Yo tengo más talento en mi dedo meñique que Lendl en todo su cuerpo. ¿Os hace ilusión que un robot sea el número uno del mundo?". McEnroe no era el único que tenía fijación con las actitudes y el carácter de Lendl.
Pat Cash o Yannick Noah no le tenían demasiada simpatía. "Ivan no pierde muy a menudo, pero cuando lo hace se ve que es muy mal perdedor. Es un monstruo. No tengo nada que hacer con él. Todo ese dinero y no sonríe jamás. Le da muy mala imagen a nuestro deporte" diría una vez el francés, mientras Cash iba más allá. "La mayoría no le soporta, y no es difícil de entender. Es arrogante y, paradójicamente para un checo que ha adoptado la nacionalidad estadounidense, increíblemente racista".
Brad Gilbert se apuntó también al carro en determinado momento. "Jugué contra Lendl en 15 ocasiones y perdí en cada una de ellas. En la decimosexta, mandaba con un set de ventaja y dos 'breaks' a mi favor en el segundo, pero también perdí. Después, nos cruzamos en el vestuario y me dijo: 'Aunque hiciera 45 grados y yo estuviera en mi lecho de muerte, tampoco me derrotarías'. Un tipo encantador, Lendl".
Ivan las tuvo también para McEnroe, cuando éste iba decayendo en nivel. "Connors cree que para derrotar a sus adversarios debe odiarlos. McEnroe odia a todo aquel que tiene opciones de batirle. Antes sólo odiaba a Connors y a mí, pero hoy debe de haber al menos 50 nombres en su lista".
Hoy, con ambos en el banquillo, no sabemos bien hacia dónde derivará esta antigua rivalidad, pero si les ponen los micros con asiduidad no es descartable revivir un porcentaje de sus lindezas.
Fuente de las declaraciones: El Mundo
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