David Ferrer no podrá defender más allá de los octavos de final su título de Acapulco de 2015. Fue superado por la magia y la imprevisibilidad del ucraniano Alexander Dolgopolov que se impuso por 6-4 y 6-4 en 1 hora y 31 minutos. El de Kiev no dejó asentarse a Ferrer en ningún momento, estando siempre a expensas de los tiros geniales tiros del tenista del este de Europa, que tuvo de uno de los mejores partidos que se le recuerdan.
Una noria. Una ruleta rusa. Un partido made in Alexander Dolgopolov. Ferrer estuvo a expensas de las genialidades y de las miserias del ucraniano desde el inicio. En el arranque tocó un Dolgo mediocre, perdido, diluido en sus propias desconexiones mentales que le hicieron cometer dos dobles faltas en el mismo juego. Ferrer, siempre con el mono de trabajo puesto aceptaba el regalo y se ponía rápido 2-0 arriba.
¿Sería una segunda ronda apacible para el tenista alicantino? Faltaba por ver la versión genial del tenista de Kiev. Sacó a relucir su estratosférico y electrizante revés blandido a dos manos y despachaba winners a Ferrer como si tal cosa. Los restos de Dolgopolov caían como bombas sobre el lado de la pista del español. La dinámica que estaba cogiendo el set no auguraba nada bueno para David.
El ucraniano recuperaba la rotura en contra y tras desaprovechar un 0-40 asestaba el break crítico para ponerse arriba en el luminoso en el noveno juego. Ferrer no dominaba, era dominado a placer por el tenis, a veces de manicomio, de Dolgopolov. Locuras, pero bellas locuras las del ucraniano. Tocaba ver su mejor versión con la que se llevaba por 6-4 el primer acto.
Ferrer comenzó tirando en el segundo set. Determinado a cambiar la situación, cogió o al menos intentó coger las riendas. Pronto tuvo sus opciones de ponerse arriba en el marcador, como ya ocurriera en el primer set. Pero Dolgopolov tenía otros planes. Fiel a su estilo, a tiros sueltos, el ucranio impedía que David se escapara. Incluso vestido de Ferrer se le podía ver, teniendo paciencia desde la línea de fondo y mirándole de tú a tú al de Jávea.
Finalmente Dolgopolov decantó el choque de su lado. Las dudas de Ferrer al saque las pagó muy caras. La genialidad de Dolgo hizo el resto. Y nunca mejor dicho. Con un revés paralelo de devolución, el de Kiev hacía la rotura y se colocaba con 4-3 y saque en el segundo set. El vigente campeón de Acapulco estaba contra las cuerdas, cerca de decir adiós al torneo mexicano.
Dolgopolov, fiel a sí mismo de nuevo, puso pimienta al final del duelo. Desperdició un 40-0 a favor sacando para partido. Tiró varias bolas fuera que parecía que suponían un punto de inflexión. Pero logró contenerse y volver a sacar bien y abrochar una enorme y merecida victoria ante un David Ferrer correcto pero con falta de chispa y pegada.