Llegados a este punto suele decirse que no hay favoritos, aunque si entre ellos está Novak Djokovic la cosa cambia. El Masters 1000 de Montreal definirá esta noche a los dos hombres que disputarán el título con dos semifinales de lujo. Abrirá la jornada (21:00h) el número uno del mundo ante un Jeremy Chardy que podría pagar la novatada, para que horas más tarde (02:00h) completen el cartel Andy Murray y Kei Nishikori. Cuatro raquetas y solo dos plazas para la gran cita del domingo.
“No estoy en mi mejor forma pero estoy pasando las rondas, vamos a trabajar para mejorar de aquí a final de semana”, admitía Novak Djokovic antes incluso de llevarse un susto la pasada madrugada ante Ernests Gulbis. El letón lo tuvo contra las cuerdas con 7-5, 6-6 (6-4) y dos bolas de partido que finalmente no materializó muy a su pesar. El serbio agarró la sartén y terminó imponiéndose en un partido que hubiera perdido el 90% del vestuario. Algo parecido pero multiplicado por tres hizo Jeremy Chardy, que llega a sus primeras semifinales de Masters 1000 tras superar siete bolas de partido ante John Isner. Dos supervivientes en medio de la jungla.
En los enfrentamientos directos la diferencia se dispara sideralmente a favor del balcánico quien, no solo domina por 9-0 al tenista francés, tampoco sabe lo que es ceder un set cada vez que Chardy se coloca al otro lado de la red (22/22). Números desorbitados para una situación inusual debido a las bajas por esa parte del cuadro de hombres como Stan Wawrinka, Nick Kyrgios o John Isner. El francés sueña con disfrutar de este momento y, si es posible, frenar la racha de 29 triunfos consecutivos en este tipo de torneo que el serbio sigue cosechando.
Pasamos al segundo plato, el verdadero manjar de este menú. Andy Murray, a una victoria de implantarse en el segundo escalón de la ATP, recibe a un Kei Nishikori con ganas de seguir haciendo ruido en la azotea de la clasificación. El japonés viene de derribar por fin la muralla de Rafa Nadal, acercándose peligrosamente a su próximo objetivo: levantar su primer trofeo de Masters 1000. Algo que no repetirá esta semana Jo-Wilfried Tsonga, vigente campeón de Montreal, ya que Murray se encargó de que el trono quedase libre a final de semana. Dos jugadores capaces de dar espectáculo y donde ninguno parte con especial favoritismo, a diferencia de la otra semifinal.
Cinco duelos entre ambos y un contundente 4-1 a favor del escocés. La única victoria de Kei sucedió en la pasada Masters Cup cuando asestó por fin su primer arañazo ante Andy, aunque el de Dunblane se vengaría meses más tarde en el torneo de Madrid (6-3, 6-4), siendo ésta en su última confrontación sobre la pista. Todos sus partidos se han decidido en sets corridos, dándole siempre las riendas del viaje a un solo jugador. Murray ya sabe lo que es ganar aquí –lo hizo en dos ocasiones- y Nishikori busca volver a asomarse a la gloria como hiciera el curso pasado en la Caja Mágica o la Gran Manzana. Una batalla donde el número tres del mundo busca ser el dos y el número cuatro desea acercarse al tres.