
Garbiñe Muguruza ya es una estrella mundialmente conocida. Disputar la final de Wimbledon, el torneo más importante del mundo, la catapultó a ser reconocida a lo largo y ancho del planeta dentro del ámbito deportivo. A día de hoy, ocupa el puesto número 9 del ranking mundial siendo la tenista más joven entre las 10 mejores. Un ascenso que está justificado por una buena primera mitad de año en la que ha cosechado 10 victorias sobre jugadoras top 10, cifra que solo supera Serena Williams esta temporada.
La tenista nacida en Caracas y nacionalizada española está representada por la todopoderosa IMG, un monstruo empresarial que gestiona la carrera de tenistas como Novak Djokovic y Maria Sharapova (en su momento lo hizo con Nadal y Federer) o modelos internacionales como Gisele Bundchen o Irina Shayk. A día de hoy, Muguruza no solo cosecha éxitos dentro de la pista sino que también es un gran atractivo para las multinacionales más poderosas del planeta ya que las empresas ven que pueden rentabilizar el dinero apostado en la joven de 21 años. Garbiñe, ya instalada entre las diez mejores del mundo y siendo finalista de Wimbledon, tiene estatus máximo con las diferentes empresas que la patrocinan (Adidas, Babolat, BBVA o Mazda, entre otras).
En uno de los aspectos donde más creció en estas dos semanas de éxitos sobre el césped de Londres fue en las redes sociales, plataforma muy utilizada por la tenista y una vía más de comunicación para la propia jugadora como para las empresas. Muguruza comenzó Wimbledon con 50.000 seguidores en Twitter y lo terminó con 90.000 tras recibir miles de comentarios, RT’s y FAV’s a lo largo de la competición. En Facebook el salto todavía fue mayor: comenzó el torneo londinense con 54.000 seguidores y lo terminó con 130.000. Dobló sus fans en cuestión de dos semanas.
“Estoy emocionadísima por el apoyo de la gente. Durante el torneo intenté olvidarme de todo, pero después me he dado cuenta de cómo ha respondido la afición. Impresionante”, confesó la española ni bien aterrizó en Barcelona. “En un rinconcito de mí sabía que esto iba a pasar, pero que era complicado”. Ese rinconcito sabe que Muguruza no tiene techo y que, tanto deportivamente como a nivel de patrocinios, puede conseguir lo que se ponga como objetivo.