Madison Keys: la llave del tenis futuro

Conoce la intrahistoria de la gran promesa mundial de la WTA, ya #79 y con apenas 18 años recién cumplidos

Pedro Gutiérrez | 23 Feb 2013 | 01.40
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
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Nueva sangre y renovada esperanza para el tenis americano; Madison Keys (17 de febrero de 1995), será quien ocupe nuestro artículo de hoy, una de las grandes sorpresas del comienzo de temporada de 2013 y, a buen seguro, una de las protagonistas del futuro cercano del tenis femenino. Mady nació en Rock Island, en el estado de Illinois, cuyo nombre proviene del río Illinois, denominación dada por los exploradores franceses. Y lo llamaron así por la tribu illiniwek, comunidad nativa del área. ¿Adivinan qué significa la palabra ‘Illiniwek’?... "tribu de hombres superiores”. Curioso, porque si algo explica a Keys, con 18 años recién cumplidos y un nivel WTA por completo fuera de lo normal, es precisamente porque sin explicación posible es superior. Ni duro trabajo, que también, ni mentalidad, que también, pura y sencillo talento natural el suyo. ¿Quieren saber más de ella? Vamos allá.

Actualmente es la #79 mejor jugadora del mundo, mide 178 centímetros, reside en Boca Ratón (Florida) donde vive con su familia (sus padres son abogados y se desplazaron a vivir con ella, así como sus tres hermanos, cuando le ofrecieron la posibilidad de desarrollar su carrera profesional como tenista) y entrena en la Academia de Chris Evert desde los 9 años (en concreto fue entrenada de niña por el hermanísimo, John Evert, mientras que a día de hoy sus coachs son Adam Peterson y Ola Malmqvist).

Oye, quiero ese vestido”, le dijo una aún muy joven Madison a su padre, mientras disfrutaban de un partido de Venus Williams por la televisión en el salón del hogar. “Pues si quieres el vestido de tenis yo te lo compro, pero tendrás que jugar al tenis con él, no vamos a comprarlo para nada”, le contestó su padre medio en broma medio en serio. Así de cómico, paradójico y simple suena el comienzo de la carrera de Keys en el tenis. Desde luego en el trasfondo y el origen de enormes carreras se descubren los detalles más inesperados. Tras lo ocurrido Keys se apuntó a clases, y pronto empezó a mostrar grandes habilidades para este deporte, tardando muy poco en ser la niña querida de todas las grandes academias del país.

Con 14 años, debutó merced a una WC en el cuadro WTA de Ponte Vedra Beach. ‘Muy pronto’ pensaríamos muchos... allí derrotó a la entonces #81 del mundo, la rusa Alla Kudryatseva (se convirtió así en una de las tenistas más jóvenes de la historia en lograr una victoria WTA: 14 años y 48 días, que fueron suficientes para lograrlo), aunque después caería ante Petrova en segunda ronda. En aquél sorprendente 2009, Madison también aprovechó la curiosa exhibición por equipos que propone el WTT Team Tennis para endosarle un 5-1 (distinto formato de marcador) a Serena Williams. Era una exhibición se puede pensar, cierto. Mas según cuentan algunos diarios universitarios nortamericanos de aquella eliminatoria, a los que hemos tenido acceso, Serena salió enojadísima de la pista, no le gusta perder pero en casa y delante de una niña menos. Dicho esto, sea cual fuera el nivel de Serena cuesta imaginarse a Madison, con 14 primaveras, valerosa arrancándole sin piedad 5 games por 1 en contra a la ya por entonces campeona de 11 títulos de Grand Slam.

Como vemos Madison no ha aparecido de pronto en 2013; ya había dejando destellos de futuro esplendoroso, aunque las nuevas normas de la WTA de la Age Eligibility Rule, le impedían acumular puntos dado lo limitado de torneos que a lo largo del año podía disputar, que nos impedían disfrutar más de ella. Hoy, recién cumplidos los 18 años (hace menos de una semana), se le acaba la agonía de esta norma y ojo que se lanza a por la WTA la joven Madison. Su juego es fácil, esa es la primera idea que uno extrae tras ver varios encuentros de Keys. Fácil porque no sufre ni en los tanteos, ni buscando soluciones, ni por la entidad de la rival, ni en golpe alguno, sencillamente tiene la fortuna de contar con una riqueza en sus golpes y habilidades y de una confianza en sí misma y en su tenis, que le permiten no tener que hacerlo. Eso sí, su constancia, su defensa y su nivel en otras superficies son aún etapas en su peregrinar que tendrá que seguir conquistando. No está mal a su edad lo que tiene ya recorrido, aunque cuidado que a muchas se les ha vuelto en contra tanto empujón. Golpes poderosos, fuertes, dominadores y capacidad de winner desde cualquier ángulo y circunstancia, todo lo fundamenta en un servicio que se prevé le va a sacar de muchos apuros en el futuro y que es no sólo muy potente sino también variado y ajustado. Una maravilla de servicio, se coja por donde se coja.

Creció mirando a Venus Williams, su ídolo es Roger Federer -“porque me gusta la forma en que mantiene la calma aún cuando las cosas no marchan bien”-, su cantante predilecta Taylor Swift y su habilidad oculta, ni más ni menos que la repostería. “Si no jugara al tenis mi sueño sería tener mi propia pastelería”, confesó humilde y sonriente Mady. Afición ésta que comparte con Garbiñe Muguruza, otra de las jugadoras de gran futuro, aunque la americana está ya por encima de Garbi en el ranking y eso que es dos años menor; sin adentrarnos demasiado en las comparaciones, si el futuro de la española promete, háganse una idea de lo que lo hace el de Madison.

Madura en sus objetivos, no comenta nada que se salga del “trabajar duro y tener la sensación cuando me retire de que he dado el máximo que podía de mí misma”. Si se cree lo que dice, gran comienzo y prisma desde el que enfrentas su brillante futuro. Lleva, por otra parte, una vida de niña normal. O lo intenta. Le gusta ver la televisión, salir con sus amigos, comer helado, escuchar música y leer, pero poco a poco las cosas han ido cambiando, cada día tiene más compromisos, cada día viaja más, cada día el nivel de exigencia físico es mayor y cada día Madison demuestra que puede con todo eso y más, sin dejar duda alguna por el camino.

Patrocinada por Nike, tiene una sonrisa siempre enorme en el rostro que nos recuerda la niña que hay dentro de esa campeona. Se va a contar con ella para los torneos de Indian Wells y Miami, donde dispondrá de una ocasión ideal para lanzarse al estrellato: en casa, en pistas duras y ante la élite de la WTA. Bajo la sombra de Stephens o McHale que han cogido con vigor el timón del futuro tenis femenino norteamericano, a la espera de que Serena y Venus dejen paso, Keys viene a apoyar y completar seriamente esa apuesta. Jovencísima, con mucho margen de mejora, su última gira en Australia (QF en Brisbane y 3ªR en el Open de Australia, con victorias ante tenistas como Safarova, Zheng o Paszek, y dura disputa a top10’s como Li o Kerber) explica por qué se está empezando a hablar tanto de ella.

Tiene un enorme servicio. Es buena, es muy buena. Quiero decir, si sigue jugando a este nivel pronto va a estar en el top20... top15... o top10”, mencionaba Na Li tras salvarse por los pelos de la arrolladora potencia de la joven yanki en Brisbane. Ayer, en Dubai le preguntaban a la siempre titulera Agnieszka Radwanska sobre las jóvenes que están llegando, “de todas ellas, me quedé impresionada con una americana, pero no recuerdo ahora su nombre”, comentó despreocupada. Los periodistas, claro, le ayudaron complacientes a terminar la frase: “Stephens”; a lo que Radwanska contestó “no, no... ¡ah ya! Hablaba de Keys”.

Carita inocente que encierra un gran talento natural. Brutal la ‘llave’ -haciendo gran honor a su apellido- que ha encontrado aquí el tenis femenino norteamericano pues, si nada se tuerce, tiene en Madison una aspirante al #1 durante la próxima generación. Su 2013 resolverá pistas sobre su futuro, hay que ver cómo se maneja en una temporada WTA entera, pero visto lo visto por Oceanía, se puede ser optimista. Junto con Putintseva y Vekic es de las ‘babys’ -pues aún ni siquiera son ‘teenagers’- de la WTA, que van a dar una guerra más que interesante este año. Y no solo guerra de juego sino también de carismas, unas por bellas y adorables como la croata, otras por insoportables como la rusa y otras últimas por modernas como la americana, inseparable de su gorra y sus vaqueros. Madison confesó en una entrevista reciente que el momento más impactante de su carrera, hasta ahora, había tenido lugar en Costa Rica mientras jugaba pues en pleno partido la tierra entera se estremeció y tembló, sufriendo en sus carnes el miedo a un terremoto.

No resultó en nada aquello, pero avisado queda hoy: a la WTA se le viene otro terremoto encima. Y su nombre empieza por 'Madison' y termina por 'Keys'.

por @Pep_Guti en @PuntoDBreak