
Mientras el circuito desembarca en Florida para competir por el segundo Masters 1000 de 2012, cientos de personas se afanan por mimar los últimos detalles en cuatro rincones de Europa. Cientos de manos cuidan los escenarios de una batalla que se acerca. Monte Carlo, Barcelona, Madrid y Roma. Son los cuatro lugares destinos de millones de miradas durante abril y mayo. Cuatro títulos situados en el corazón del curso. Cuatro mágicas urbes que marcan la kilométrica ruta de tierra batida que los jugadores recorrerán antes de asaltar París. Antes de Roland Garros, cuatro torneos que valen cada gota de sudor teñida de roja al besar la roja superficie.
Tras Miami y su cemento, Monte Carlo y su arcilla. Tras Estados Unidos y sus metrópolis paradísiacas, Europa y sus regiones históricas. Tras la pista rápida y sus disparos al corazón, la tierra y sus botes irregulares plagados de puntos infinitos. Después del cemento que machaca las articulaciones, el polvo de ladrillo que agota los cerebros. Con la llegada de la primavera, el terreno protegido por Nadal y amenazado por una larga lista de pretendientes hambrientos de gloria.
El calendario como una partida de ajedrez
El suizo Federer no competirá en el Principado de Mónaco. Tras regresar en 2011 ha vuelto a borrar el torneo de su calendario. Competir durante el mes de febrero en Copa Davis, Rotterdam y Dubai, cuando muchos recuperaban aire tras el Abierto de Australia, le obliga a renunciar a un título que jamás ha ganado. Monte Carlo es uno de los tres Masters 1000 que Roger aún no tiene en su excelso currículo junto a Roma y Shanghái. Lo intentó sin éxito en las finales de 2006, 2007 y 2008. En todas tuvo tras la red a Nadal. En todas sucumbió ante la propuesta del mallorquín. Tras Miami, cerrará la puerta de la competición durante un mes para volver a escena en Madrid y Roma.
La situación para el número dos es diametralmente opuesta. Nadal es la antítesis del suizo en la planificación de estas semanas. La gira que arranca el 15 de abril compone la columna vertebral de su año. En los tres próximos meses deberá proteger la mayor parte de puntos de la temporada. Sus piernas, además, no tendrán oxígeno hasta que Wimbledon finalice.
En la arcilla ha batido todas las marcas más importantes de su carrera. Allí suma 32 de sus 46 títulos logrados a través de 231 triunfos. Allí acumuló una racha imposible de 81 victorias consecutivas rota por Federer en la final de Hamburgo 2007. Allí se convirtió en el primer jugador en ganar más de cinco veces consecutivas dos torneos (Monte Carlo y Conde de Godó). Allí, en consecuencia, es el mejor jugador de la historia. Solo 18 veces ha inclinado la rodilla en la superficie más lenta del circuito. Solo un puñado de selectos nombres han sido capaces de derrotar al mallorquín en el terreno idílico para desarrollar su abanico de argumentos.
Si este año logra alzar al cielo de París la corona de Roland Garros será el único jugador con siete victorias en la capital francesa. Con tan solo 25 años en sus piernas se desconoce hasta dónde será capaz de llegar, pero parece claro que tendrá la oportunidad de coronar de nuevo el interior del Bosque de Bolonia y añadir un nuevo trofeo de campeón en la catedral de la tierra a sus relucientes vitrinas.
Djokovic debe defender los títulos arrebatados al español en Madrid y Roma. Parece difícil pensar que Nadal pueda ceder dos años consecutivos en las ciudades que han levantado su leyenda, pero también lo era que el español perdiese tres finales consecutivas de Grand Slam. Justo tras ellos vive una generación de jugadores ansiosa por arrebatar un pedazo de gloria. Murray, Ferrer, Del Potro y el resto de especialistas en arcilla están dispuestos para afrontar el reto.
La gira al detalle
Monte Carlo
Mencionar el Principado de Mónaco es evocar a Nadal. Desde su única derrota allí en 2003 contra Coria no ha vuelto a ceder un partido sumando treinta y cinco victorias. Siete coronas consecutivas le hacen ser el dominador absoluto del tercer Masters 1000 de la temporada. Siendo el torneo de arcilla más lento de todos los que componen la gira, se adapta a la perfección a las condiciones del jugador español que ha mostrado allí una autoridad incuestionable rozando cotas celestiales durante el curso 2010. Su condición de torneo no obligatorio ha facilitado la renuncia de diversos jugadores a competir en la costa azul durante los últimos cursos.
Barcelona
Como en Monte Carlo, la segunda ciudad más grande de España es territorio de Nadal. En las pistas del Real Club de Tenis ha ganado seis de las últimas siete ediciones del torneo. En 2010 renunció a jugar y permitió a Verdasco proclamarse campeón. Siendo el segundo torneo más lento de los cuatro que componen la gira, por el Conde de Godó han pasado históricamente una serie de nombres atemporales que elevan su categoría global: Orantes, Santana, Nastase, Borg, Lendl, Wilander, Muster o Moyà son alguno de los hombres que lograron alzar el majestuoso trofeo que señala al ganador del torneo. El Godó celebra esta temporada su edición número sesenta desde que en el año 1953 el estadounidense Seixas ganase la final al argentino Morea. Siendo el segundo torneo en importancia celebrado en nuestro país, nutre su elenco de participantes de jugadores hispanohablantes.
Madrid
Desde que en 2009 se celebrase por primera vez sobre polvo de ladrillo, Madrid ha coronado a tres campeones distintos: Federer, Nadal y Djokovic. Siendo la cancha de tierra más atípica por las características de la ciudad, es también la que más favorece a que exista un ganador más abierto. Es la pista más rápida de las cuatro condicionada por los 667 metros de altitud a nivel del mar de la ciudad.El bote de la bola difiere por la ubicación geográfica de Madrid. Criticada por algunos tenistas por el cambio que suponía preparar Roland Garros con unas condiciones tan distintas a las del segundo Grand Slam del curso, el torneo cambió la fecha con Roma en 2011 para dejar a la ciudad de Italia como parada previa a París. Gracias a la persistencia de Tiriac, Madrid estrena esta temporada la tierra batida de color azul para mejorar la visibilidad de la bola. Será un año de prueba. Si tras 2012 los jugadores no quedan satisfechos se volverá al color de siempre. Djokovic defiende la condición de campeón tras arrebatar a Nadal el curso pasado la primera final sobre arcilla en todos sus enfrentamientos
Roma
Históricamente es el torneo con mayor participación de jugadores que terminarían siendo leyenda de este deporte. Nombres perpetuos en la memoria eterna: Newcombe, Laver, Borg, Vilas, Noah, Lendl, Wilander, Courier, Sampras, Kuerten o Agassi son algunos de los privilegiados que llevaron el trofeo hacia sus estanterías. El Foro Itálico posee la tierra más fina de todos los torneos que se disputan entre abril y mayo. No obstante, la conocida altura de Madrid le arrebata la condición de pista más rápida situándole en el escalón de plata en este particular podio. Nadal encabeza también la lista de máximos ganadores con cinco coronas, pese a ser destronado en 2011 por Djokovic en la final del campeonato previo a Roland Garros.
Los títulos de Nadal en tierra batida
Roland Garros: seis veces campeón
Monte Carlo: siete veces campeón
Roma: cinco veces campeón
Madrid: dos veces campeón
Barcelona: seis veces campeón
Hamburgo: una vez campeón
Stuttgart: dos veces campeón
Bastad: una vez campeón
Acapulco: una vez campeón
Costa Do Sauipe: una vez campeón
Los puntos que defiende el top 4 hasta Roland Garros
Djokovic: 2000
Nadal: 2700
Federer: 630
Murray: 810