La brillantez de Alcaraz, la evolución de Davidovich y Munar, la ilusión de Jódar: el tenis español renace en 2025

Año fabuloso para nuestro país, que cierra 2025 con el número uno del mundo, el mejor Davidovich, once tenistas top-200 y la ilusión de dos jóvenes que cerrarán el año en las NextGen Finals.

Carlos Navarro | 1 Dec 2025 | 20.25
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Alcaraz y Davidovich: España asegura en este 2025 dos miembros en el top-15. Fuente: Getty
Alcaraz y Davidovich: España asegura en este 2025 dos miembros en el top-15. Fuente: Getty

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La siempre difícil tarea de hacer olvidar a una generación dorada provocó un cierto cisma en la opinión pública cada vez que tocaba hablar del tenis español. El inevitable bajón de estandartes de nuestros país (véase Roberto Bautista o Pablo Carreño), asolados por las lesiones en 2024, trazó tintes pesimistas: la falta de lugartenientes capaces de acompañar a Carlos Alcaraz en la élite nos sumió en una especie de letargo que, por suerte, apenas ha durado un telediario. ¿Por qué? El 2025, claro, lo ha transformado todo: España cierra el año con matrícula de honor, con sus tres mejores espadas atravesando los mejores momentos de su carrera.

Ya quisieran muchos países contar con Carlos Alcaraz como punta de lanza de su tenis. Hablar de muchos, quizás, es hablar de todos menos uno (Italia). Nunca es mal momento para recordarlo: aunque España no conserve los apoteósicos guarismos de jugadores en el top-100 de hace una década, puede presumir de gozar, a día de hoy, de la mejor versión del mejor jugador del mundo. No hace falta demasiado recordatorio sobre el año de Carlitos: su paso adelante en muchos aspectos (gestión del calendario, regularidad, porcentajes al servicio, madurez dentro y fuera de la cancha) aseguran una pléyade de éxitos para nuestro país, éxitos que prometen ir mucho más allá del que ya es, 2025, su mejor temporada.

Munar y Davidovich, ejemplos de evolución para demostrar que nuestro tenis está más vivo que nunca

Sin embargo, el optimismo reflejado en estas líneas no solo se ciñe a lo que haga Alcaraz. Al fin y al cabo, la potencia de un país también se define por su profundidad y capacidad para rodear a su punta de lanza; en este sentido, 2025 ha sido el año en el que Alejandro Davidovich y Jaume Munar han dado un paso hacia delante, elevando su techo y firmando sus mejores temporadas hasta la fecha. El malagueño solo podrá reprocharse no haber conquistado un título; sus cuatro finales ATP (Delray Beach, Acapulco, Washington y Basilea), sus semifinales en Montecarlo, sus inolvidables remontadas en Australia (destaca su duelo ante Mensik) y su lugar final en el top-15 (#14 del año) le permitirán, qué duda cabe, descansar tranquilo tras un año donde, sobre todo, encontró la estabilidad tanto dentro (con Félix Mantilla al borde de las operaciones desde el banquillo) como fuera de la pista (casándose con su pareja, Paloma).

Si la evolución de Davidovich ha sido tan celebrada como, quizás, esperada en algún punto, la de Jaume Munar nos ha pillado a todos por sorpresa. No tanto por los resultados o por su progresión, sino por el cambio radical en su estilo de tenis, desbloqueando lo que él ha definido como "una nueva puerta, una nueva dimensión". Las mejoras en su servicio y en su tenis de ataque han acompañado a los mejores porcentajes de su carrera en el plano defensivo, haciéndole un tenista más completo y adaptable a todas las superficies. Acaba la temporada como el #36 del mundo, con victorias de relumbrón ante tenistas del top-20 y erigiéndose como otro gran candidato a estrenar su palmarés más pronto que tarde.

Jaume Munar lideró a España en la Davis. Fuente: Getty

La ilusión de una nueva hornada de jóvenes: Jódar, Landaluce, Mérida o Llamas

El nuevo "triunvirato de oro" del tenis español, un tridente que debería aportar muchas alegrías en el futuro, se combina con un escenario de transición que nos ha dejado bastantes brotes verdes en el 2025. Tuvo una muy buena temporada de recuperación Pablo Carreño, conquistando varios Challengers y volviendo al top-100 tras su grave lesión, si bien aún se ha mostrado algo lejos de las cotas que un día alcanzó; no tanto Roberto Bautista, antaño paradigma de la consistencia y asolado más que nunca por las molestias en este 2025. Esa guardia pretoriana, que aún se resiste a apagarse, promete ser sustituida por un nuevo elenco de jóvenes que han dado pasos hacia delante esta campaña.

Imposible, claro, no estar maravillado por un Rafa Jódar que parece apuntar más alto que nadie. Cinco meses en el circuito, los que pudo aprovechar dentro de su etapa universitaria, le sirvieron para conquistar tres Challengers, meterse en el top-170 y asegurar su debut en una fase previa de Grand Slams. Además, dirá presente en las NextGen Finals, donde acompañará a un Martín Landaluce algo más irregular, pero que se acercó más que nunca al top-100 en un 2025 que comenzó con molestias en el hombro. Si bien su progresión promete ser más gradual, con tiempos de cocción más largos, sus declaraciones y actos muestran a un tipo muy maduro, cada vez más consciente de que el camino al estrellato es largo, pero de que dispone de todas las herramientas para recorrerlo.

Son los dos hombres más sonados dentro de la hornada de jóvenes españoles, pero no los únicos. Pablo Llamas dio un salto cualitativo impresionante tras dejar atrás una grave lesión, clasificándose para dos Grand Slams desde la fase previa y pasando de estar más allá del top-700 a acercarse al top-200; Dani Mérida se alzó con su primera corona de Challenger y también dejó sus primeras huellas en las fases previas de los Majors, demostrando que puede ser otro gran lugarteniente de una cohorte que promete reemplazar a nombres como Zapata, Carballés o Pedro Martínez.

El éxito de la Copa Davis, la última gran victoria en un año inolvidable

La Davis del Pueblo. Un grito que resonó hasta en el último rincón de Bolonia, santo y seña de un grupo de chicos que demostraron que los rankings, en esta competición, no importan. España se quedó a una eliminatoria de su séptima Ensaladera a pesar de no haber contado con un solo minuto de sus dos mejores jugadores (Alcaraz y Davidovich), señal inequívoca de que hay material a través del que construir, con tenistas elevando sus prestaciones y convirtiéndose en 'hombres Davis'. El mejor ejemplo, un Pedro Martínez decisivo ante Dinamarca y capital en el dobles; a sus 39 años y con dos Grand Slams en 2025, Marcel Granollers sigue demostrando que el presente español está más que garantizado en una disciplina fundamental para lograr la Ensaladera.

En definitiva, podemos soñar con volver a reinar a nivel de selecciones: así lo ha demostrado un grupo que espera como agua de mayo a que Carlos Alcaraz dé el paso y eleve el techo del equipo al siguiente nivel. Más allá de lo que ocurra en esta legendaria competición, el 2025 se ha convertido en una de las mejores temporadas del tenis español en los últimos tiempos y, sobre todo, en una ventana de optimismo hacia un futuro que parecía algo oscuro apenas meses atrás. De cara a 2026, claro... sueñen con más y mejor.