Dominic Thiem perdurará en la memoria colectiva como uno de esos gigantes capaces de desafiar a los miembros del Big Three. Su carrera encontró recompensa allá por 2020, en una época de partidos a puerta cerrada en la que brilló más que nunca, conquistando en el US Open su primer y único Grand Slam. Aquella cita, por suerte o por desgracia, fue un punto de inflexión en su carrera tenística, una carrera que llegará a su fin en los próximos días y sobre la que reflexiona en una profunda y fantástica entrevista con Tennis Majors.
- Cómo cambió su vida tras convertirse en campeón de Grand Slam
"Sinceramente, cuando miro atrás me doy cuenta de que le di demasiada importancia. Pensé que me haría feliz para siempre, que cambiaría mi vida... pero eso no es así. Es una ilusión. Lo cierto es que nada cambió. Y sinceramente, si en 20 años sigo aquí, a nadie le interesará si fui campeón de Grand Slam o no. En aquel momento no pensaba así. Pensé que si no ganaba un Grand Slam, mi carrera no sería buena y siempre tendría dudas. No era una situación fácil. Es muy bonito tener ese trofeo en casa, pero al fin y al cabo es solo un trofeo, no debería marcar la diferencia en la vida. Así es como lo veo ahora. De esto me di cuenta de repente y poco tiempo después de ganar el título, me di cuenta de que no tenía por qué hacerme feliz para siempre. Después de tres o cuatro meses, las cosas volvieron a la normalidad y no de la manera que esperaba. Fue una experiencia desafiante, pero estoy feliz de haberla vivido".
- Sobre relativizar el éxito y dando un importante consejo a los jóvenes
"No sé si la gente puede entender lo que digo, pero si pienso en la felicidad y en la vida a largo plazo, creo que es mejor entenderlo de esta manera. Estuve 3-5 abajo en el quinto set: podría haber terminado mi carrera, fácilmente, sin ningún Grand Slam... y lo vería de la misma forma. Lo verdaderamente importante es darlo todo y dar tu mejor versión en cada partido, disfrutar del proceso. Tu vida no debería depender de dos o tres puntos. Si lo das todo, ¿qué más puedes pedir?
- Experiencias increíbles derrotando a miembros del Big Three
"En 2017, si no recuerdo mal, le gané a Rafa en Roma y a Novak en Roland Garros. Fueron dos victorias increíbles. Ahí me di cuenta de que si jugaba mi mejor tenis, tenía oportunidades sin importar la superficie o el torneo. Fue clave, porque tienes que creer en ti mismo cada vez que sales a pista ante esas leyendas. Ahora pasa igual: si sales a pista frente a Alcaraz o Sinner, la única manera de tener oportunidades es creyendo que puedes hacerlo. Para cada jugador, pensar que si juegas a tu mejor nivel puedes ganarle a cualquiera es absolutamente crucial. El único partido en el que eso no funcionó fue la final de Roland Garros 2019 ante Rafa, porque siento que jugué mi mejor tenis y él podía subir una marcha más. Mi mejor tenis no fue suficiente. Eso es algo que debes aceptar, y que es fácil de aceptar, porque no hay nada más que puedas hacer. Fue el único Slam en el que ese pensamiento no funcionó, pero en el resto sí lo hizo, y por eso pude ganar tanto frente a ellos".
- El momento en el que empezó a darse cuenta de que el tenis le causaba sufrimiento
"Después del US Open 2020 continué jugando muy bien. Llegué a cuartos de final de Roland Garros, está bien. Después de eso cometí un error: debería haberme dado más tiempo de descanso, no estaba listo para ir a Australia y volver al circuito. Mental y físicamente estaba exhausto, esa es la palabra. El circuito te pide que estés siempre listo, y yo no lo estaba. Aún así, fui. En algún momento de esa temporada 2021 empecé a sentir que el fuego interno regresaba, que la motivación volvía... y en ese momento llegó la lesión de muñeca.
Por desgracia, la muñeca nunca fue la misma después de eso, sobre todo con respecto a la derecha. Jamás encontré la misma sensación. Necesité de bastante tiempo para aceptar que simplemente perseguía sensaciones viejas: siempre creí que un día volvería a ser el que fui antes. Y llegó el momento en el que tuve que aceptar que eso no sería así.
De todos modos, mi carrera fue increíble. Logré mucho más de lo que esperaba. Ahora ya no soy el jugador que era antes y mi muñca no es la misma. Podría haber continuado, quizás ser top-50 o top-100, pero sinceramente nunca disfruté del estilo de vida del tenis. Si el proceso daba resultados me daba la oportunidad de estar arriba y ganar los mayores títulos, pero ahora prefiero comenzar un nuevo capítulo. Lo prefiero antes que perseguir el top-100. No me merece la pena, y el riesgo ya no es el mismo.
A veces sigo sintiendo dolor en la muñeca. El mayor problema son las sensaciones, la aceleración ya no está ahí. Una parte fundamental por la que hacía daño a mis rivales era porque mis golpes tenían un extra de spin y de profundidad, y la muñeca es imprescindible para eso. He perdido ese extra en mis golpes, y tampoco soy el mejor sacador del mundo, no soy un talento como el de Kyrgios para ponerme a jugar en base a saques, dejadas y golpe de este tipo: necesito que mis golpes de base estén al 100%. Si no lo están, ya no soy un jugador de clase mundial".
- Cómo le gustaría ser recordado y cómo se sentirá el día de su retirada
"Me gustaría ser recordado, en primer lugar, como un jugador justo y amable, pero también como alguien a quien daba gusto ver jugar. Eso es importante, aunque lo más importante es que ojalá haya servido de inspiración para que muchos niños y jóvenes se vean atraídos hacia este deporte. El deporte es una parte fundamental, sobre todo en momentos complicados para el mundo como los que vivimos hoy en día. No soy el tipo de persona que llora mucho, no sé por qué, así soy yo: si hay muchas emociones, estarán conectadas a imágenes y recuerdos, sobre todo de los torneos. Será mi 14º vez en el torneo de Viena, es el que más veces he jugado: cuando juegue mis últimos puntos allí, todos esos recuerdos e imágenes de los últimos 14 veces aparecerán".