Carlos Alcaraz ha vuelto a la senda de la victoria. No fue de la forma más brillante ni espectacular posible, quizás con un final que puede dejar un cierto regusto agridulce en su boca, pero lo importante, qué duda cabe, era volver a ponerse la casaca de la selección y contribuir a una eliminatoria que España ya ha solventado ante República Checa. Tras la gran victoria de Bautista sobre Lehecka en el primer punto de la serie, el combinado nacional se tomó la venganza de la derrota del año pasado tras el triunfo del murciano sobre un Tomas Machac que debió retirarse entre recurrentes calambres (6-7(3), 6-1, 0-0 y retirada). Primera victoria en esta Copa Davis 2024.
Lo cierto es que no fue el día de Alcaraz. O, al menos, el inicio deseado. Regresaba a la competición con energías renovadas tras su temprana salida del pasado US Open, pero la versión que mostró en pista recordó por momentos a aquella de Flushing Meadows. Errático. A tirones. Sin encontrar la clarividencia con su derecha. A merced de los zigzagueantes golpes del checo, que también combinó tramos de irregularidad con buenos aciertos. Prueba de ello, la forma en la que entregó un break de salida: perdiendo su saque en blanco, sin conectar ningún primer servicio.
A golpe de timón, de jerarquía y experiencia, Carlitos consiguió firmar el tiebreak, donde firmó varios puntos horrendos, desangrándose a errores no forzados y entregándole el set a Machac en bandeja de plata. No quedaba duda de que hoy no sería el día en el que firmar una actuación deslumbrante, así que Charlie, con ayuda de Ferrer, se encomendó al modo muro y a emparejar el partido desde el plano físico. Metiendo bola dentro, variando el juego con mayor paciencia, el murciano le tomó el ritmo al encuentro... hasta que un golpe mágico desató la locura y supuso el punto de inflexión del partido.
VOLEA INCREÍBLE Y EMPIEZAN LOS PROBLEMAS PARA MACHAC
Un golpe de genialidad, uno de esos destellos que nos dicen la categoría de tenista que es Carlos Alcaraz. Solo así se puede describir el punto que firmó para lograr bola de rotura en el cuarto juego del segundo set, una combinación de explosividad, capacidad defensiva, reflejos y finura que puso al público en pie y desquició a Machac. El break llegó justo después y ahí el checo comenzó su pesadilla: los calambres empezaron a apoderarse de su cuerpo, impidiéndole elevarse en cada servicio y obligándole a jugar prácticamente parado.
No way, @carlosalcaraz 😯
— Davis Cup (@DavisCup) September 11, 2024
The Spaniard gets the home crowd on their feet!#DavisCup | @RFETenis pic.twitter.com/duVkMze3x5
Así, claro, imposible. Trató de resistir Machac tras un necesario médico después de entregar el segundo set, pero sabía que había entrado en aguas demasiado profundas como para salir sin rasguños. Apenas se jugaron varios puntos en el set definitivo y el checo entregó la toalla, derrotado por su propio cuerpo y la magia de Alcaraz. No fue necesario un esfuerzo mayor; además, la retirada es una gran noticia a nivel clasificatorio para el equipo español, puesto que el set se da por perdido con un marcador de 6-0 en caso de que la diferencia de juegos deba marcar la diferencia.
Así pues, España se estrena con un 2-0 en un grupo muy exigente, se toma la revancha de lo sucedido el año pasado y pone la primera piedra de cara a la reconquista de la Ensaladera. No fue la función más perfecta de Carlos, que seguramente no esté contento con buena parte de su partido, pero su determinación y cambio de chip en el segundo set bien merecen halagos y suponen un notable primer paso. La próxima cita, el viernes ante Francia.