El tenis será uno de los deportes que susciten mayor interés para los aficionados españoles en los Juegos Olímpicos París 2024, pudiendo erigirse en una mina de medallas. Hay una enorme ilusión por ver el dobles que formarán Rafael Nadal y Carlos Alcaraz, pero habrá muchas otras bazas de obtener presea en el equipo español.
Un surtidor infinito de alegrías, esperanzas, ilusiones y también medallas. Así se puede definir el rol del tenis en los Juegos Olímpicos y en la edición de París 2024 promete grandes emociones. Un total de ocho tenistas españoles se presentarán en las instalaciones de Roland Garros capitaneados por David Ferrer y Anabel Medina, que se proponen contribuir de manera importante a las aspiraciones de la delegación española consistentes en superar las 22 medallas que constituyen el récord de Barcelona 1992.
- Tres posibles medallas en el tenis masculino
Pocas existen cosas existene tan románticas e icónicas como la de ver a una leyenda iniciando su ocaso compitiendo junto al gran talento emergente a nivel mundial. Carlos Alcaraz acude repleto de confianza al escenario en el que reinó hace tan solo unos meses cosechando su tercer título de Grand Slam. Será uno de los principales favoritos, pero tampoco puede descartarse de ese grupo a un Rafael Nadal que se ha preparado a conciencia para llegar a esta cita en un gran momento.
El idilio entre Rafa y París es histórico y podría serlo aún más. Ambos tendrán opciones a nivel individual y afrontan con ilusión el torneo de dobles, en el que ganando tres partidos se meterían en semifinales y, por ende, en la lucha directa por las medallas. Rafa ha demostrado que tiene unas grandes habilidades para el dobles y será interesante ver cómo se amolda Carlitos a una modalidad en la que apenas tiene experiencia.
Si bien es cierto que Pedro Martínez y Jaume Munar no parecen partir con opciones serias de medalla, sí podemos incluir el dobles entre Marcel Granollers y Pablo Carreño como una baza importante para cazar presea. El gijonés ha renunciado al individuales para centrarse en ser un buen acompañante del tenista catalán, que es uno de los grandes referentes mundiales de esta modalidad.
- Sorribes y Bucsa tienen motivos para soñar
Respecto al tenis femenino, por mucho que duela la ausencia de Badosa, podemos sentirnos bien representados por Sara Sorribes y Cristina Bucsa, que intentará ganar algún partido a nivel individual para adquirir ritmo de cara al dobles. Será en esa modalidad en la que podrían dar una gran alegría al tenis español, después de haberse proclamado campeonas este mismo año en el Mutua Madrid Open. Ambas están jugando bien y tienen la actitud competitiva necesaria como para crecerse en grandes citas como esta.
- La incógnita ilusionante del dobles mixtos
Respecto a la tercera modalidad en liza en la cita olímpica, hay mucho que decir, pero todavía poca información. Las parejas se establecerán con los Juegos ya en marcha porque el cuadro del dobles mixtos arrancará el 29 de julio. Dependiendo de la carga de partidos que tenga cada tenista, se establecerá una pareja. Todo indica que Marcel Granollers y Sara Sorribes podrían ser los elegidos para representar a España en un cuadro muy reducido, en el que bastan dos triunfos para meterse en semifinales y, por tanto, optar seriamente a medalla.
- El tenis español y su historia dorada en los Juegos Olímpicos
Desde que el tenis volvió a instaurarse como deporte olímpico, en Seúl 1988, España ha ganado la friolera de 13 medallas, dos de ellas de oro. Nadal, en Pekín 2008 a nivel individual, y junto a Marc López en dobles de Río 2016, encarna estos éxitos, pero hay 7 medallas de plata 4 de bronce, la última de ellas de Carreño en Tokio. Las ediciones en las que más preseas se capturan fueron Barcelona 92 (Arrese, plata en singles; Conchita y Arantxa, plata en dobles y Arantxa, bronce en individuales) y Atlanta (Bruguera y Arantxa, sendas platas en individuales, Arantxa y Conchita, bronce en dobles.
En cada uno de los Juegos disputados desde el 1988 ha habido alguna medalla para España, siendo el dobles mixtos la única modalidad sin metal. Será interesante comprobar si la tierra batida de las instalaciones de Roland Garros son un firme aliado para el tenis español y aumenta la nómina de medallas. Hay muchos y muy notables candidatos a ello.