Rohan Bopanna, como el buen vino: 43 años, número 1 del mundo y a por su primer Grand Slam

Nunca es tarde si la dicha es buena y el tenis tiene mil ejemplos sobre ello. El último lo ha firmado Rohan Bopanna, que a sus 43 años ha conseguido por primera vez hacerse con el número 1 del ranking de dobles y confía en ganar su primer Grand Slam en esta categoría.

Nacido en Bangalore, India, hace 43 años, Rohan Bopanna ha sido siempre un buen jugador del circuito de dobles y desde sus inicios, en 1999, jugó partidos en esta modalidad. Eso sí, al principio lo compaginaba con la de individuales, donde llegó a ser el 213 del mundo y conquistó cuatro Futures y un título Challenger (Dublín 2007 en hierba). Sin embargo, poco a poco se fue decantando por el dobles debido a su espectacular servicio y su habilidad en la red, siendo además un jugador con un buen golpe de derecha y un revés a una mano muy eficaz sobre todo a la hora de hacer passings. Todo eso, le ha llevado a salir como número 1 del mundo de este Open de Australia 2024. Increíble.

Los años pasaban y aunque Bopanna era un buen jugador de dobles, nunca llegó a estar considerado como uno de los mejores porque no cuenta con un Grand Slam en su palmarés, posiblemente porque no ha sido un tenista con una pareja fija durante mucho tiempo. Eso cambió con Matthew Ebden, con el que ha formado la que es actualmente la mejor dupla del mundo y con quien lleva ya dos semifinales y una final de Slam alcanzadas. El objetivo está cerca, pero se les sigue escapando en los últimos momentos, pues han perdido dos semis además de caer en la final del US Open y en la de tres Masters 1000 (sí ganaron en Indian Wells).

De todos modos, lo que realmente sorprende de Bopanna es el hecho de que sus mejores años de tenis están llegando con más de 40 años, algo difícil de creer. El indio sigue manteniendo la pasión por el juego y cada año mejora, pues ahora es un jugador mucho más completo y aún más peligroso al servicio, pues tiene una gran variedad y es casi imposible romperle. Sin embargo, lo interesante es saber qué le mantiene con motivación y en forma a un jugador que apenas tiene cartigalo en la rodilla. La resupuesta, tal como confesó en rueda de prensa, está en la pandemia: "El confinamiento realmente me ayudó. Ahí descubrí el yoga y nunca pensé que me fuese a ayudar tanto. Eso fue muy útil para mis rodillas y lo cambió todo porque probé infinidad de cosas para mis rodillas, pero ninguna estaba funcionando. Además, el yoga no solo ayudó a mis articulaciones sino también a salir más tranquilo a la pista".

PROFESIONAL ANTES DE QUE NACIERA ALCARAZ

Tras este descubrimiento, acompañado de baños de hielo y masajes diarios, Bopanna no ve el motivo para dejar el tenis y mucho menos estando en el más alto nivel. Es consciente, y sus canas lo dejan claro, que ya no tiene la explosividad de antes, pero se siente totalmente en forma para seguir peleando por títulos. "Lo que pueda aportar seguramente no sea mi velocidad de piernas, pero sí puedo aportar fuerza mental para jugar con un compañero", dice a The Guardian un hombre que en marzo cumplirá 44 años y que dio el salto al profesionalismo cuando chicos como Holger Rune o Carlos Alcaraz todavía no habían nacido: "Hay algunos muchachos que están ahora jugando en el circuito y que nacieron después de que yo me convirtiera en tenista profesional. De todos modos estoy feliz donde estoy".

La historia de Bopanna, quien creció a 200 kilómetros de Bengaluru en una finca dedicada al cultivo de café, es de esas que hacen grande el tenis, pues resulta emocionante ver a un chico que apenas tuvo recursos y que ahora podría vivir una vida muy cómoda, seguir luchando por el sueño de hacerse con un Grand Slam. En este Open de Australia tendrán una oportunidad de oro, cuenta con el apoyo del público, está ya en semifinales y son los claros favoritos, pero más allá del resultado, lo que Bopanna nos enseña es que la edad es solamente un número y que jamás es tarde para perseguir nuestras metas. "A veces pienso en los recursos que teníamos y no puedo creer que esté aquí hoy", concluye un hombre que nunca lo tuvo sencillo.