La última rueda de prensa de Marta Kostyuk deberá haber rondado acerca de la que ya es su mejor participación en el Open de Australia. Sin embargo, la guerra de Ucrania volvió a ocupar el centro de la diana, un tema que siempre tiene presente.
Y es que por mucha felicidad que una tenga por haberse plantado por primera vez en los octavos de final del Open de Australia, para Marta Kostyuk sigue habiendo temas más importantes. Posiblemente, junto a Elina Svitolina, las dos ucranianas que más campaña han hecho para ser escuchadas y concienciar al circuito de la situación fatal que todavía se sigue produciendo en su país. Una realidad que con el paso de los meses ha ido perdiendo presencia en los informativos, menos mal que ahí están sus ciudadanos ilustres para darnos un toque de atención.
“Desafortunadamente, la gente se ha olvidado del tema. Respeto siempre a los periodistas, pero hay algunos que no me gustan, algunos utilizaron el tema para ser noticia de última hora todo el tiempo, quieren drama y calentar el asunto entre jugadoras. La guerra sigue ahí, gente muriendo todos los días, todavía no entiendo lo que hacemos todos nosotros aquí. El problema es que la gente se acostumbra, pero realmente nada ha cambiado. Entiendo que cada uno tiene sus propios problemas y cada uno se centra en el suyo, pero yo estoy aquí para recordarles todo el tiempo lo que está sucediendo”, subraya la tenista de 21 años.
“Toda mi familia está en Kiev ahora mismo. Mi madre me envía vídeos cuando hay misiles volando sobre su casa, para mí es increíble que esto siga sucediendo después de casi dos años. Siento como si todo el mundo mirara para otro lado, veo que Occidente trata de silenciar todo, hablar menos del tema, pero la guerra está muy lejos de terminar. No estamos en una buena situación, aunque nunca lo estuvimos, ya que se trata de una guerra terrible y desigual. Ahora mismo estamos en modo supervivencia, la gente está deprimida y cansada, hay alguien detrás de todo esto que se está beneficiando a lo grande”, añade la actual Nº37 del ranking WTA.
“Al final del día miro a mi alrededor y no siento que todo esto me importe tanto, es solo un partido de tenis, un torneo de tenis, la vida real está ahí fuera. Desafortunadamente, ya no son noticias de última hora, a los periodistas ya no les interesa”, comparte Kostyuk, a quien le costó mucho regresar al circuito. “Llegó un punto en el que elegí este camino, sé que será muy difícil pero merece la pena. La gente está tomando decisiones todo el tiempo, pero aquí tenemos un problema porque no siento que haya mucha comprensión por parte de las personas que nos rodean. La gente está manipulada, atrapada, los jugadores van a Rusia a disputar una exhibición a cambio de mucho dinero, pero al final del día no todo es el dinero. La verdad, no entiendo a esos jugadores, no sé por qué lo hicieron”.
EVOLUCIÓN COMO JUGADORA
Pero ni siquiera la guerra ha impedido que Marta siga dando pasos hacia delante en su carrera profesional. Esta semana, en el torneo donde empezó todo para ella en 2018, la de Kiev ha roto por fin su techo en Melbourne alcanzando la cuarta ronda del cuadro individual. De esta manera, iguala su mejor marca en territorio Grand Slam, que hasta el momento se ubicaba en los octavos de final de Roland Garros 2021. Evidentemente, nada de esto hubiera sido posible sin un trabajo constante y una progresión diaria.
“Creo que puedo jugar de maneras muy diferentes, estoy tratando de encontrar el equilibrio entre ser agresiva y defensiva ante rivales muy sólidas. Realmente, no es posible vencerlas solamente siendo agresiva, así que depende mucho de mi fuerza. En general prefiero apostar por un tenis agresivo en lugar de defensivo, pero siento que hay partidos donde lo único que necesitas es salir adelante y seguir. Estoy feliz de vivir esta dualidad, antes sentía que, si no era lo suficientemente agresiva, era un fracaso. Mi juego natural tampoco es ser una pegadora como Rybakina, no es mi identidad. Ha sido un proceso largo y ha llevado mucho trabajo, pero estoy feliz de haber encontrado mi estilo después de tres años”, repasa una de las jugadoras más precoces de esta década.
Sus tres victorias en Melbourne (Liu, Mertens, Avanesyan), todas ellas en tres mangas, le han devuelto el impulso para volver a generar esa ilusión tan necesaria para morder dentro de la cancha, para salir ahí fuera y evadirse de la triste realidad de su país. “Me importa esto, me importa mucho el deporte, he dado el 100% de mi vida por esto desde que tenía 5 años. Estando en la posición en la que estoy ahora mismo, claro que importa seguir ganando partidos, para eso trabajo. Espero poder manejar mucho mejor las emociones en un futuro, a veces me emociono demasiado sobre la pista, pero es algo que acepto. Espero navegar mejor en esas aguas con el paso del tiempo, aunque no creo que ser menos emocional me convierta en una mejor jugadora”, concluye Kostyuk.