Exnúmero tres del mundo en el año 2017, esta temporada Elina Svitolina ha brillado en las grandes citas. Con cuartos de final en Roland Garros y semifinales en Wimbledon, la ucraniana dejaba una muestra de resiliencia a lo largo de la temporada.
Elina Svitolina se veía obligada a parar su vida como tenista al estar embarazada y tener su primera hija junto a Gael Monfils, Skaï, aunque le gustaría ampliar la familia: “Esperemos que Gael y yo tengamos un par de hijos más y que siga desarrollando el tenis ucraniano, mi misión es hacer esfuerzos concretos para que eso ocurra”. La ucraniana volvía a competir escalando hasta 1319 posiciones en el Ranking WTA, algo que admite que no haría de nuevo: “Hace falta mucha salud, y la vida no se limita al tenis”, decía Elina en una entrevista con VOGUE Ucrania.
Su labor en la fundación
“Quiero cumplir en todas mis tareas, desde el deporte hasta la caridad, para ayudar a nuestros militares, a los niños, a todos los ucranianos”, dice una Svitolina que trabaja duro en su asociación creada en 2019. Desde esta ofrecen apoyo psicológico, torneos y campamentos de entrenamiento para tenistas, ofreciendo becas a los más jóvenes, también ayudando en estos momentos de guerra: “Los niños siguen jugando al tenis, pueden tener esos momentos brillantes en estos tiempos difíciles”.
Pocos saben que Elina decidió dejar el tenis a sus 11 años para dedicarse a la gimnasia, pero no duró demasiado en cambiar de opinión. Apenas un mes más tarde, Svitolina volvía a intentarlo con el tenis. A los 13 años, la ucraniana se mudaba para tener la oportunidad de dedicarse al deporte de la raqueta de manera profesional. Ahora, uno de sus objetivos más cercanos es el de estar en los Juegos Olímpicos de París en 2024.