
Final de lo más emocionante la que se ha vivido en el ATP Gstaad entre Albert Ramos y Pedro Cachín, dos especialistas en tierra que llegaban con ganas de firmar un buen resultado en esta breve gira veraniega sobre tierra batida. El argentino fue mejor y se impuso por 3-6, 6-0 y 7-5 para ganar su primer título ATP.
En su primera final, Pedro Cachín fue de menos a más y logró el título en el ATP Gstaad, un premio más que merecido. Una demostración de que el trabajo duro termina pagando y de que nunca es tarde para explotar en el mundo del tenis. Por tanto, después de darse a conocer en el US Open de la temporada pasada, ahora, a sus 28 años, logra inscribir su nombre en la historia de la ATP al hacerse con uno de los títulos más míticos del verano tenístico. Mención también para Albert Ramos, que en una temporada difícil para él ha vuelto a dejar claro que le sigue quedando tenis, sobre todo en tierra batida.
UN PARTIDO DE IDAS Y VENIDAS
La primera manga fue toda una declaración de intenciones por parte de Albert Ramos. El catalán, mucho más experimentado en este tipo de partidos, salió con todo desde el principio, decidido a mandar en el marcador desde el minuto 1. Tuvo que esforzarse al máximo para lograrlo, ya que Cachín mantuvo su primer servicio y a continuación logró dos pelotas de break para dar el primer golpe.
Sin embargo, el veterano español no perdió la calma, supo salvarlas con autoridad al conectar dos buenos servicios y a partir de ahí hizo lo que quiso con su rival. Dominando con la derecha, como a él le gusta, muy sólido al saque y sin prisa por acabar los puntos, lo que provocó la desesperación de Cachín, que no encontraba ni un solo hueco para romper la resistencia de Ramos. Con todo esto, el resultado no podía ser otro que un set cómodo para Albert, que se lo llevó por 6-3 (doble break) dejando la sensación de que nada le iba a alejar del título.
UN CAMBIO RADICAL
Cuando parecía que Albert Ramos tenía en su mano la final, despertó Cachín para dar un vuelco total al duelo. Si en la primera manga era el español quien mandaba en cada intercambio, ahora era el argentino el que dominaba y no dejaba apenas entrar en juego a su oponente. El tenista de 28 años se había quitado la presión de la primera manga y se estaba encontrando de lo más cómodo en pista, algo que aprovechó para ganar y ganar juegos, y endosarle un doloroso 6-0 al catalán.
No obstante, esto tenía una explicación, y es que además de la evidente subida de nivel de Cachín, Ramos sintió unas molestias que le impedían moverse igual que al inicio del encuentro, lo que le hacía muy complicado poder llevar a cabo su juego. Por tanto, el catalán comenzó a jugarse más bolas para tratar de acortar los puntos, pero siempre le volvía una más que le terminaba provocando los errores.
UN SET AJUSTADÍSIMO
Como las grandes finales, lo mejor de ambos estaba reservado para el set decisivo. Allí empezó mandando Cachín, aprovechando la inercia que traía de la segunda manga, pero Ramos estaba por la labor de vender barata su piel y se agarró a su servicio para solo estar a un break de distancia y esperar la oportunidad. Ese esfuerzo valió la pena y en el octavo juego recuperó el break para devolver la igualdad al choque en sus momentos finales. Todo estaba en un puño y el más decidido iba a ser el campéon.
Ahí apareció Cachín, que no se vino abajo y sacó con autoridad el juego en el que Albert restaba para llevarse el título. Tras eso, el argentino quiso más y comenzó a presionar el servicio de su rival para hacerse con una rotura que fue definitiva. Sacando para partido no se le encogió el brazo, pues ni siquiera la doble falta inicial le hizo dudar y se fue directo a por una victoria merecida y que le hará entrar en el top 50 de la ATP por primera vez en su carrera.