La vuelta a las raíces y el resurgir de Bianca Andreescu
Un cambio de entrenador y de filosofía, el trabajo duro por bandera y la fé en recuperar el nivel que la hizo campeona: Andreescu está de vuelta en la élite.


El circuito femenino es una jungla salvaje que solo premia a las más regulares. En una época de múltiples campeonas de Grand Slam, en el que la WTA vive con la constante sensación de sorpresa instaurada en sus más fieles seguidores, solo las mejores en el plano mental llegan lejos en cada gran evento, haciendo que su nombre perdure en el imaginario colectivo más allá de una gran semana. Iga Swiatek es el fiel reflejo de ello y, por eso y más razones, domina con puño de hierro el circuito femenino; en el otro extremo de la ecuación conviven otras mujeres que anhelan tiempos mejores. De ahí quiere salir alguien muy castigada por las lesiones, pero aún increíblemente joven para revertir la situación: Bianca Andreescu.
Y su aventura en Indian Wells 2023, que precisamente se vio interrumpida por una inspiradísima Swiatek, es un gran primer paso para volver al otro lado de la balanza. En el duelo ante la polaca, la canadiense volvió a dar muestras del nivel que la llevó a ser la gran revelación del 2019: defensas magistrales, capacidad para jugar por todas las zonas de la pista, boteprontos, ángulos y, en definitiva, el repertorio tan completo que maravilló a muchos hace apenas unos años. Detrás de este nivel y de su regularidad a la hora de encarar los torneos más importantes se encuentran varios cambios.
Todos buscan la misma meta: volver a los orígenes, recuperar la alegría con el tenis de la que Bianca gozaba cuando era una niña. Pocos mentores más adecuados para ello que uno de sus primeros entrenadores. Se trata de Cristophe Lambert, que sustituyó hace unos meses al neerlandés Sven Groneveld. Conoce a Andreescu al dedillo y, en declaraciones a Sportsnet, rememora algunas de sus mejores cualidades cuando apenas era una adolescente. "Me impresionaba que en aquel momento ya fuese capaz de seguir un plan de juego que no consistiese únicamente en meter la bola en pista. Solo un gran talento puede seguir a ese edad su propio modelo de juego. Me gustaría que recuperase aquello, un plan claro de juego, una idea de cómo quiere jugar". Para conseguirlo, claves que vuelven a rememorar su niñez: notas en un diario y la búsqueda del equilibrio.
Uno de los grandes objetivos para Lambert es que Bianca recupere la confianza en su toma de decisiones. Para ello, un enfoque más desenfadado de los entrenamientos resulta fundamental: el objetivo es que Andreescu, huérfana de continuidad en el circuito, recupere esa zona de confort que le permita trasladar sus ejercicios de los entrenamientos a la competición. "Es muy divertido y es muy fácil trabajar con él. Nos llevamos muy bien dentro y fuera de la pista, los entrenamientos siempre son divertidos y transmite información muy buena", confiesa la canadiense, que pone énfasis en esa vuelta a las raíces que lleva varios meses buscando.
"Mi objetivo es volver a mis raíces, y él me está ayudando a recuperar la forma en la que solía jugar al tenis. Siento que en los últimos años he sido un poco desordenada, no tenía una idea clara de lo que de verdad era bueno para mi tenis y para mí. Ahora siento que estoy de vuelta al lugar en el que deseo estar", afirma convencida Bianca. Para ella, Lambert no es solo un entrenador, sino una persona de confianza en la que poder apoyarse en los momentos complicados. "Es una persona divertida, amable y caritativa. Está muy abierto a mi viaje en el ámbito de la salud mental, así que si necesito hablar de algo, él me acoge con los brazos abiertos. Solo recuerdo los grandes momentos que pasamos juntos y, además, los grandes resultados que obtuvimos".
DOS AÑOS DIFÍCILES, PERO VALIOSOS
Desde su conquista del US Open 2019, la vida de Bianca Andreescu dio un giro radical. De ser proclamada como la gran joya de la WTA al ostracismo causado por las lesiones, en pocos momentos tuvo Bibi la regularidad necesaria para instalarse en la élite. Con el plano físico en mejor situación, Bianca reflexiona y prefiere encontrar el lado positivo a los momentos de tinieblas. "He aprendido muchísimo. Sobre todo de mí misma, que es algo precioso que tiene la vida, que te permite evolucionar y aprender constantemente. Quiero sentirme cómoda en mi propia piel, no importa si gano o pierdo un partido".