
La marcha de Ulises Badio del equipo de Novak Djokovic ha sorprendido a propios y a extraños. El argentino ha sido una pieza absolutamente fundamental en los éxitos más recientes del balcánico, forjando una relación especial no solo a nivel profesional, sino especialmente a nivel personal. Más que su fisioterapeuta era un amigo más, alguien con quien compartía filosofía de vida y todo tipo de pensamientos, en especial en lo relativo a la visión holística que tiene el serbio de nuestra existencia. El 'timing' en esta despedida podría sorprender, si bien no es la primera vez que Nole decide hacer ajustes en su equipo de trabajo justo a la conclusión de la temporada. ¿Hasta qué punto era importante Badio en el equipo de Nole? ¿Notará verdaderamente su despedida?
El argentino llegó al equipo de Djokovic allá por mayo de 2017, concretamente durante el torneo de Roma. Es importante poner en contexto los momentos de ambos justo antes de este momento. Por un lado, Badio se encontraba trabajando como fisioterapeuta para la ATP, profesión que ejercía allá desde el año 2011 y que le había permitido tratar con Nole de forma esporádica. Nacido en Santa Fé pero criado en Córdoba, Ulises era un tipo inquieto, un estudiante perenne, según se autodefinía, y alguien que siempre mostró amor y pasión por su vocación. Se licenció como fisioterapeuta, pero se especializó en medicina oriental y en acupuntura, ámbitos que llamaron la atención de un Djokovic que buscaba incorporar una nueva pieza a su equipo.
Badio dejó su trabajo y su residencia permanente en Italia para formar parte del equipo de Novak. No se lo pensó dos veces: era una aventura increíble a la que dedicaría cuerpo y alma, hasta el punto de admitir que un tipo como Djokovic necesita de un trabajo "las 24 horas del día, prestando detalle a todas las áreas posibles, desde qué postura adopta para sentarse hasta cuánto tiempo pasa utilizando el móvil". Su atención al detalle, casi obsesiva, es una de las cualidades que más valoró Novak de su trabajo. Allá por 2017, el serbio aún no se había recuperado de una lesión de codo que acabaría desencadenando uno de los momentos más oscuros de su carrera. Después de retirarse de Wimbledon y dar por finalizada su temporada, Badio comenzaría a mimar y tratar a Djokovic, dejando su cuerpo a punto y siendo clave para el renacimiento del serbio justo al año posterior.
Otro de los grandes momentos de esta sociedad tuvo lugar en el Open de Australia 2021. Si 2017 fue la génesis, aquel mes de enero confirmó y cimentó una asociación ganadora. Nole sufrió una rotura abdominal en su partido de tercera ronda ante Taylor Fritz, finalizando el partido con claras molestias y poniendo en peligro su permanencia en el torneo. Fue ahí donde aparecieron las 'manos mágicas' de Uli. Así las llamó, cariñosamente, un Novak que acabó dedicando de forma individual (y especial) el título a su fisioterapeuta, dirigiéndose a él de forma directa y dándole las gracias por su incansable labor, que incluía sesiones de recuperación a altas horas de la madrugada y una atención casi constante al estado de su abdominal.
UN TIMING QUE NO SORPRENDE
Resulta extraño toparse con una noticia de lo que no había ningún tipo de antecedentes. No se conocía ningún problema entre ambos, pero la hemeroteca nos deja claro que Novak suele realizar este tipo de ajustes en su equipo justo a final de temporada. Así ocurrió cuando prescindir de Boris Becker y, más recientemente, cuando anunció su sorprendente ruptura con Marian Vajda, confirmada oficialmente en marzo de 2022, pero gestada y sellada justo después de las ATP Finals 2021. Así, ahora será Claudio Zimaglia quien opere de la forma en la que Uli lo hacía, un tipo de sobrada experiencia en el circuito y que recientemente ha trabajado con nombres como Jannik Sinner o Brandon Nakashima. Es imposible adivinar hasta qué punto esta ausencia se hará notar, pero no había mejor momento para repasar las claves de una fórmula absolutamente ganadora.