Kyrgios: "Mi juego se adapta muy bien a la tierra batida"

El australiano, que ha criticado con dureza la superficie rojiza en multitud de ocasiones, se ve capacitado para lograr buenos resultados sobre ella. ¿Tiene razón?

Carlos Navarro | 6 Apr 2022 | 09.20
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Nick Kyrgios. Fuente: Getty
Nick Kyrgios. Fuente: Getty

Este año, Nick Kyrgios solo jugará un torneo sobre tierra batida. Ya es un avance, pensarán muchos. Desde el torneo de Roma 2019, el australiano no pisaba la arcilla de forma oficial. Lo que nos llegó de él desde aquella fecha ha sido una crítica continua y feroz a todo lo que pasa sobre el manto rojizo de muchos torneos del circuito. El desdén más absoluto, en especial al tenis que practican los jugadores expertos en arcilla y hacia la capacidad de la superficie de atraer nuevos espectadores y generar espectáculo, una capacidad absolutamente nula bajo su punto de vista. Así pues, el hartazgo de Nick y su falta de motivación para entrenar sobre la tierra batida ha hecho que haya estado prácticamente tres años absolutamente desaparecido de las mismas. Y hoy, sin embargo, nos sorprende con nuevas declaraciones en las que se ve a sí mismo como un "posible experto" en la superficie.

Estas declaraciones se han dado tras vencer en su debut en el ATP de Houston a Mackenzie McDonald, un rival al que definió como "realmente complicado" en declaraciones al portal de la ATP. De hecho, el estadounidense ya le había vencido en el torneo de Washington 2021, siendo capaz de atragantársele a Nick debido a que "no comete muchos errores". Y parecía que el duelo marcharía por los mismos cauces, puesto que fue McDonald quien se hizo con el primer parcial... hasta que Nick se puso las pilas, elevó el porcentaje de primeros servicios y comenzó a imponer un ritmo de crucero que le llevó en volandas hacia la victoria, sin pensar en la superficie sobre la que estaba jugando (4-6, 6-3, 6-4).

"Está claro que la tierra batida no es mi superficie favorita, pero simplemente saqué realmente bien, empecé a jugar mucho más agresivo y conseguí encontrar una marcha más. Sí, me resbalé y me caí en algunas ocasiones, pero creo que mi juego se adapta realmente bien a la arcilla. Hay un gran ambiente ahí afuera y la grada se involucra bastante, así que tengo muchas ganas de seguir avanzando a lo largo del evento". No, no es una broma: parece que "el nuevo Nick" también tiene cierto hueco en su corazoncito hacia una superficie que históricamente le fue esquiva. ¿O acaso no es cierto? ¿Puede Kyrgios desplegar un gran tenis sobre arcilla? ¿Es su juego tan efectivo como él piensa que puede ser?

BUENOS RESULTADOS... OLVIDADOS

Lo cierto es que sí hay atributos tenísticos de Nick que pueden brillar en esta superficie, en especial el spin que puede alcanzar su servicio. El de Canberra tiene muy atado el saque con kick, que puede tener un efecto devastador en la superficie y permitirle atacar la bola corta que los rivales dejan en el resto. Además, es una superficie ideal para jugar con los ángulos, situaciones que Kyrgios genera con facilidad desde el lado de la derecha, con la que envuelve la pelota y propicia ángulos cortos con más facilidad de la que parece. Sin embargo, y como es lógico, hay un factor vital en tierra batida que no podemos pasar por alto: hay que ensuciarse las zapatillas, estar dispuesto a correr a por una bola más y ser consciente de que tu movilidad se verá mucho más expuesta.

El currículum de Nick en los últimos años demuestra su nula implicación en la gira de tierra. En 2019, solo jugó en Madrid y Roma, donde consiguió una victoria en total (en Madrid no compareció en segunda ronda). En 2018 repitió la hoja de ruta de esta temporada, jugando únicamente en Houston y apenas venciendo en primera ronda (cedió ante Ivo Karlovic). Es si nos marchamos mucho más atrás cuando aparecen varios buenos resultados en el currículum de Kyrgios, en aquellos días donde no se cuestionaba tanto su actitud y donde el propio australiano, aún en proceso de cocción, parecía mucho más implicado y no tan harto del tenis: una final y una semifinal en Estoril (2015 y 2016), cuartos de final en el Mutua Madrid Open (dejando por el camino a Stan Wawrinka o Pablo Cuevas, en 2016), una famosa victoria ante Roger Federer (en Madrid 2015) y otros dos torneos donde solo Nadal evitó que alcanzase los cuartos de final (Roma 2016, Madrid 2017).

En definitiva: si Kyrgios pusiese el trabajo y las horas y realizase una gira completa y concienzuda, muy probablemente otro gallo cantaría, al menos a la hora de avanzar rondas con mayor facilidad (difícil pensar en títulos). Quién sabe si en 2023, claro...